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Sección: V?a Correo Electr?nico

El sentido universitario

Rafael Arias Hern?ndez 27/05/2013

alcalorpolitico.com

Palabras, Homenaje al Maestro Roberto Bravo Garzón. Facultad de Economía. 24 de mayo 2013.

Señor Rector, señor Director, familiares, invitados, compañeros académicos, trabajadores y alumnos. Público en general.

Hoy mi voz sólo es instrumento de una reflexión, simple medio de una exigencia y preocupación que viene de lejos, de allende las fronteras del espacio y el tiempo.



Intentaré interpretar algunas de las principales características de una persona que, por decisión propia y vocación fortalecida, sobresale para ganarse un reconocido lugar en el presente y futuro de muchas generaciones.

Roberto Bravo Garzón, es un ejemplo, en el infatigable esfuerzo y la alentadora esperanza, basada en la posibilidad de lograr la plenitud de la existencia individual y en continuar la interminable construcción de un mundo mejor.

No en esperar resignadamente. Ni en invocar religiosamente, la fuerza que venga de fuera para transformar y lograr lo que se anhela. Mucho menos imponer la simulación y aceptación obligada de una realidad inexistente.



Me refiero al sentido universitario de Roberto Bravo Garzón. Antes que todo ser humano, hijo y padre, maestro, incansable alumno y generoso amigo, que supo y enseñó a extender y dar la mano, no a meterla en el recurso público y el presupuesto; y tampoco a manosear o mangonear las instituciones públicas, al disponer de sus atribuciones y funciones para su beneficio personal o de grupo.

Por eso hoy, les pido me disculpen, pero me desviaré un poco, del cariñoso y respetable grupo de familiares, amigos y conocidos, que con toda razón y justicia señalan un copioso listado de hechos y acciones, de lugares y fechas, de nombres de instituciones y programas que hoy respaldan ampliamente, los diversos calificativos de este singular promotor cultural y científico, de este respetable funcionario gubernamental.

Respetable y honorable servidor público, ahora que la proporción de la decencia y el decoro en

todos los ámbitos de gobierno, ha sido afectada y disminuida por la delincuencia gubernamental; y que lamentablemente, salvo que exista la pureza y la perfección, no le es ajena a los organismos autónomos como las universidades públicas, en donde basados en el disimulo, la complicidad y la impunidad, incluso hay algunos no presuntos, sino conocidos y amonestados culpables, que persisten en su adicción al poder, aun sabiendo que siguen siendo prófugos de la justicia y conocidos delincuentes.

Seguro, que a Roberto Bravo Garzón, los jóvenes de ayer, de hoy y de siempre, van a recordarlo por su erudición y congruencia, por su pensamiento crítico y actitud constructiva. Pero sobre todo por su hombría de bien, decencia y decoro.

Aquí está, el último de los enciclopedistas. Invocado y evocado como economista, amateur director de orquesta, filósofo, temprano nadador, educador, internacionalista, teatrero, líder estudiantil, editor, promotor cultural, investigador científico, impulsor industrial, temprano estadístico e informático, apoyador y difusor de idiomas nacionales y extranjeros, humanista, en muchas formas renacentista; y también, conocido como abogado, en el mejor sentido del término y profesión que, llevado a la práctica, lo convirtió en ferviente creyente de la justicia y un luchador social comprometido en los hechos y no sólo en los dichos.



Su generosa y solidaria actitud, lo transformó en muchas formas y momentos, en manifestante, huelguista y, en su peculiar forma, en un auténtico luchador social, enemigo de las injusticias y, desde luego, de las delincuencias.

Perdón, también se le recuerda como político, ya que fue diputado.

Hasta donde yo sé y me consta, nunca se enriqueció ni favoreció de la admisión, funcionamiento o egreso de la Universidad. No fue escritor, académico o periodista a modo y conveniencia. Tampoco avaro, traficante, usurero, drogadicto o prestamista. Nada de qué avergonzarse.



El principio y el fin

Como advertí, en esta ocasión, en su lugar (reitero petición de disculpa por el atrevimiento), intentaré, como el maestro bien decía ir al origen, a lo importante y trascendente.

Para alimentar su recuerdo y dar vigencia a su ejemplo, interpretaré algunas enseñanzas y seguiré su método preferido: esto es, a partir del análisis objetivo y del pensamiento crítico, propiciar recuerdos reflexivos; y si es posible, diálogos y debates (que tanto disfrutaba), en la siempre actitud constructiva de encontrar respuestas y hasta soluciones a los problemas planteados. Verdaderas respuestas y soluciones, no simulaciones.



Al grano. No se nace ser humano. Con perdón de los animales, se nace como lo que somos, parte de la zoología del planeta. Todos y cada uno, somos ni más ni menos que eso, simples proyectos. Lo humano se gana y alcanza, se sostiene y fortalece, no viene incluido en el acta de nacimiento, ni se adquiere con un título universitario, incluyendo el doctorado. Ser humano intentar serlo. Proyecto siempre en construcción, hasta el último aliento.

En este esfuerzo siempre presente, entre esta dualidad animal-humano, de las muchas formas que se puede contribuir al fortalecimiento y toma de consciencia de esa condición humana, pero necesariamente humanista, están la instrucción, la educación, la ciencia, el arte y la cultura en su más amplia concepción.

El maestro apostó a la indivisible y múltiple acción de la enseñanza-aprendizaje del interminable proceso educativo, reconocido hoy como derecho humano imprescriptible; al valor de los valores y principios, de la ética como esencia del comportamiento humano; a la refutación y comprobación, a la invención y el descubrimiento, con todas sus consecuencias de las ciencias y la tecnología; a la sensibilidad y creatividad de las artes; y desde luego, a la CULTURA, así con mayúsculas, al proceso social que caracteriza y define a un pueblo, a generaciones enteras que hacen un mismo tipo de historia, su historia.
Ser y hacer lo humano es el reto primigenio.



Por eso siempre creyó en la libertad, la justicia y la responsabilidad social de cada uno de nosotros. A tal grado fue su compromiso social que vivió, gozó y sufrió sus consecuencias, buenas y malas.

Lo mismo presumía de las facultades e institutos de ciencias y humanidades, que de los grupos artísticos, ejecutantes creadores y promotores. Igual se sentía orgulloso de la expansión escolar y la descentralización institucional, que siempre se preocupó por ampliar la cobertura universitaria. Y en efecto lo hizo, hasta un nivel que simple y sencillamente, no ha sido superado o intentado hacerlo, excepto por un loable intento, ahora presente, del que hablaré en su momento.

Simplemente advertía ¿Qué se quiere, los jóvenes en las aulas o en las guerrillas?
Imposible e injusto dejar de mencionar, que padeció represalias, cárcel y persecución por sus ideas libertarias, su inconformidad frente a la injusticia y su inmensa solidaridad sin límites con la juventud, a la que simple y sencillamente le llamaba, la esperanza de una vida mejor.



El ejemplar maestro, fue a la cárcel por sus ideales y su compromiso social, sobre todo con los jóvenes y los marginados. No por haber causado daño patrimonial, hecho negocios redondos, obtenido beneficios personales, familiares o de grupo, mucho menos por el uso y abuso de los recursos de la institución. Ahí está su herencia moral y no material. Vivió y murió en la modesta medianía.

Sí. El emprendedor incansable que, no se sentó cómodamente a disfrutar de las pocas o muchas ventajas y atribuciones de la institución a la que, por cierto, dedicó su vida.

Como pocas veces se intentó la vinculación con quienes apoyan y sostienen la Universidad, con las y los veracruzanos que poco o nada son tomados en cuenta.



Fortaleció la vinculación con la sociedad, porque además de la docencia y la investigación, de la difusión cultural y la extensión, siempre se preocupó y ocupó por el desarrollo integral de Veracruz; por la disminución de la desigualdad extrema e injusta, el indigenismo y la erradicación de la miseria; por la promoción industrial y la seguridad social en general.

Pero sobre todo no abandonó a su suerte a los jóvenes y mucho menos se refugió en el pretexto de supuesta calidad educativa o falta de recursos, que ha servido para producir, generación tras generación de innumerables rechazados, previsible y creciente mercado obligado, para incrementar los negocios redondos de la preparación para la admisión, la inscripción, y hasta la titulación. No alentó el crecimiento de “los ninis”, ni de “los nonos”.

En todas partes crece la pregunta ¿Hasta cuantos rechazados se quiere llegar? ¿Y la obligación del gobierno de garantizar el acceso a la educación?

Así, identifico y combatió los grandes rezagos económicos y sociales. El carácter desigual del crecimiento económico. Y también, señalo la importancia del Medio Ambiente, respaldo al Gobernador ecologista, Rafael Hernández Ochoa y en muchas ocasiones expreso su preocupación por la inocultable destrucción de los recursos naturales de Veracruz.



Destrucción del medio ambiente, imparable y creciente, de la que hay que preocuparse y ocuparse cuanto antes.

Lo social y lo ambiental es, sin duda, antecedente señero, fuente de inspiración, de lo que ahora Arturo Bocardo Valle, Rey Acosta Barradas junto con otros maestros y alumnos, en la Facultad de Economía han planteado, como un regreso al origen y a la esencia, como punto de partida de renovación para fortalecer la eficiencia profesional presente y futura, abrir a discusión y participación LA ECONOMIA SOCIAL SUSTENTABLE, de la que pronto tendremos noticias, acciones y movilizaciones.

El dualismo y el crecimiento de Veracruz



La importancia de la demografía y la economía veracruzana, su contribución al ámbito nacional es conocida e incuestionable. Por ahora simplemente démoslo por sabido y repetido. Pero ahora resaltaremos, lo que también es cierto e incuestionable: que su crecimiento es desigual, polarizado y lleno de rezagos, deudas, limitaciones e injusticias.

Bajo esta visión y previsión, entre otras muchas acciones, fundó hace más de 47 años su querida, nuestra querida Facultad de Economía y Estadística, después con su maestría en desarrollo regional y su revista DUALISMO, a través de la cual se difundieron temas relacionados con el crecimiento desigual, el fomento económico, el desarrollo regional, la concentración del ingreso, el crecimiento de la pobreza, el indigenismo y muchos otros más.

Su visión premonitoria hoy simplemente la corroboran los hechos. Para 2010, Veracruz ocupa el segundo lugar nacional en pobreza, con 4.5 millones de pobres, después del Estado de México con 6.5 millones.



También cuenta con 1.4 millones en pobreza extrema. En rezago educativo, poco más de 2 millones. Y en carencia por acceso a: Servicios de salud, 2.8 millones; Seguridad Social, 5.3 millones.

Los hambrientos, o sin alimentación, 2.0 millones.

Veracruz obtuvo el primer lugar en crecimiento de pobres (208-2010, al lograr el incremento mayor, con 600 mil pobres más.



De sus pobres que tuvieron que emigrar, recibe en promedio 3.5 millones de dólares diarios, por remesas, casi 1,290 millones de dólares al año; además, ocupa el primer lugar nacional, en el programa federal OPORTUNIDADES, con más de 650 mil familias.

Se ha calculado recientemente, que de 5.5 millones mayores de 15 años, casi 550 mil son analfabetas, casi un millón no ha terminado la primaria, poco más de 2.7 millones la secundaria; y así, el rezago se acumula en los siguientes niveles educativos. Veracruz es cuarto lugar nacional en rezago educativo, sin concluir la secundaria.

En cuanto a “los ninis”, así denominados los jóvenes que ni estudian ni trabajan, se estima una población de más de 550 mil.



Esto sólo para estar conscientes de la realidad real, no la del “todo va bien” y “no pasa nada”.

Pero no todo es adverso. Como lo señalé al principio. Hoy, simplemente quiero dejar sobre la mesa, un loable intento convertido en alternativa educativa en Veracruz, gracias al esfuerzo y perseverancia, de otro amigo y discípulo del hoy recordado Roberto Bravo, el Maestro Guillermo Zúñiga Martínez.

Alternativa diferente, difícil y en superación constante, que a poco más de un año ya es una opción real para casi 70 mil mujeres y hombres, de todas las edades, condición económica y social, en casi todo el territorio veracruzano. La Universidad Popular Autónoma (UPAV), que hace realidad ese derecho humano a la educación, del que habla la constitución general de la República, y que no tiene prescripción.



La creación y operación de la UPAV por el gobernador Javier Duarte, así debe tomarse, como una alternativa educativa que se suma a otras; un intento que como todo, enfrenta limitaciones y defectos, obstáculos y retos.

Pero que a diferencia de las visiones exclusivistas, presuntuosas y excluyentes, ha contribuido a disminuir “los ninis”, representa una oportunidad para todas las edades en todas partes; y no deja, en el simple e irresponsable abandono, a generación tras generación. Alternativa que, junto con otras públicas y privadas, no se conforman y refugian en la negación como permanente respuesta, a quienes buscan y tienen derecho a una oportunidad. Por lo demás. No hay monopolio de la educación, en cualquier nivel. Peor no hacer nada, como ha quedado demostrado en los últimos casi 25 años.

Educación que en México hoy, antes que todo, junto con otros es un derecho humano que el Estado, tiene la obligación de garantizar en todo tiempo y lugar.



En algunos casos, es notorio que la alternativa educativa UPAV, todavía no es entendida, comprendida y atendida en sus potencialidades y alcances.

Sustentados o no, esos respetables puntos de vista revelan parte del trabajo que hay que hacer. Pero lo que ya es incuestionable, es que en poco tiempo, se ha convertido en el segundo intento más importante de descentralización de la educación superior en Veracruz. Ahí están hechos y cifras.

La educación es un reto, un desafío permanente, nunca acaba. Si es de calidad y humana, de efectividad y sustentabilidad, con mayor razón.



Luego entonces, además de que es obligado reconocer lo bueno, como parte de una actitud constructiva, también es hora de preguntarse y preguntar, en el ámbito de las universidades públicas.

¿Por qué no se ha dado todo el apoyo a esta y otras alternativas como el sistema abierto, semipresencial, intercultural y demás?

¿Cuál es la razón para no involucrarse en serio, en formas como la educación on-line y las basadas en el auto aprendizaje?



¿Qué no importa el derecho humano y la eterna o alargada condición social de deudas y rezagos sociales, de rechazados, excluidos y marginados?

¿Qué hay respecto a la vinculación efectiva, con las y los veracruzanos que sostienen a las instituciones públicas, desde el ciudadano hasta la sociedad en general y que hasta hoy en poco o nada participan?

Ni hablar por ahora de transparencia, fiscalización y rendición de cuentas. Temas que, cuando menos deberían analizarse y discutirse permanente y públicamente.



Ante descomunales presupuestos, nunca hay para lo básico e importante.

En fin. Pensamiento crítico y actitud constructiva que lleva a la evaluación objetiva como obligado punto de partida.

Desde luego, también hay que considerar y tomar en cuenta lo hecho y lo que se dejó de hacer o está pendiente; identificar los pocos o muchos logros y avances, que se consiguen con tanto esfuerzo, tiempo y recursos.



Reconocer aciertos y errores; y sobre todo, para continuar el gran esfuerzo que, en muchas formas, realiza la comunidad entera: alumnos, académicos, artistas, ejecutantes y trabajadores.

Y en especial, a saber y tomar consciencia de las limitaciones y sacrificios de los jóvenes. Aspectos que, junto con otros, deben formar parte de la evaluación permanente y del mínimo diagnóstico institucional.

Evaluación puntual y objetiva, como parte de la defensa y fortalecimiento de la Universidad, que estamos obligados a hacer y en la que, para empezar y adelantar, incluidas críticas y diferencias, hay que reconocer la existencia y garantía de principios esenciales, libertades y derechos básicos, por parte de la Rectoría que en unos meses concluye.



Universalidad del sentido universitario. Donde todos piensan igual, nadie piensa.
Dejo estas rápidas y resumidas notas, del tema que tanto apasionó a nuestro homenajeado, para insistir que hoy, como en muchos otros momentos, está con nosotros:

Quien nos enseñó a soñar despiertos y estar conscientes del sentido universitario y su responsabilidad social ineludible.

El perseverante maestro del cual aprendimos a no cejar, ni claudicar cuando nos involucramos en la efectividad y alcances de la justicia y nos adentramos en los infinitos espacios de la libertad.



El promotor educativo creativo, abierto y siempre dispuesto a no detenerse en las fronteras de la conveniencia burocrática, ni instalarse en la comodidad del esfuerzo heredado y los beneficios o ventajas alcanzados por las instituciones.

El auténtico defensor, impulsor y descentralizador de la educación universitaria, entendida como un derecho humano, que el Estado debe garantizar.

El impulsor del patrimonio universitario en todas sus formas, que contribuyó a un esfuerzo que viene de lejos y que cada generación está obligada a continuar y sumar, para ampliar la cobertura y mejorar la calidad del servicio público que está obligada a ofrecer.



Y para concluir. También le recordamos, porque siempre hubo y tuvo razones del corazón, que estuvieron presentes en su vida.

De las muchas, recuerdo a primos, tías y otros familiares cercanos.

En particular a sus queridos hijos: Laura, Citlalli, Leticia y Raúl.



A su esposa, compañera solidaria en muchas luchas, gran influencia en su vida y en la música: la maestra Yolanda.

También recuerdo cuanto quiso a Sergio Aguilar y a Miguel Bernal. Y desde luego a sus innumerables alumnos y amigos que trato en diferentes formas y momentos.

Pero en especial a los jóvenes presentes y ausentes, de aquí y de todas partes, de ayer y de siempre. Razón de vida y causa suficiente para no claudicar ante las injusticias y la falta de oportunidades que padecen.



Los rechazados, los negados, “los ninis”, “los nonos”, los indignados, la “prole”, los aborígenes, los marginados o discriminados y todo aquel excluido en el presente y negado en su futuro, son motivo y razón suficiente para sostener la causa, mantener la llama, remontar el vuelo de lo mejor del sentido universitario por ser humano.

El maestro y su enseñanza. El ser humano con sus virtudes y defectos están, presentes.

El sentido universitario individual, es a la vez una responsabilidad, un ineludible compromiso social.



El sentido universitario del ser humano. Ser, no parecer.