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Sección: V?a Correo Electr?nico

Explosiones, deducciones y especulaciones

Manuel Mart?nez Morales 07/02/2013

alcalorpolitico.com

Francis Bacon, precursor de la ciencia moderna, en su obra Novum Organum propuso los fundamentos de lo que después sería conocido como el método inductivo: a partir de cierto número de observaciones sobre algunos hechos o situaciones se realiza una generalización para intentar ofrecer una explicación, lógica y racional, de las mismas. Una explicación lógica es aquella que se ajusta a los dictados de la lógica; por ejemplo, no debe incurrir en contradicciones y, además, aquello que de sus premisas pueda deducirse debe ser no solamente válido lógicamente sino también verdadero, es decir, ajustado a los hechos reales. En su sentido más acabado, una explicación científica es una teoría.

Bacon afirma que de su método pueden derivarse grados de certidumbre sobre las explicaciones dadas y advierte acerca de los obstáculos a superar para llegar a un buen fin; su propuesta consiste en “hacer comparecer los hechos… sin teoría preconcebida”, para lo cual desarrolla un procedimiento basado en la construcción de tablas donde se clasifica a los hechos en positivos y negativos, según favorezcan o no a determinada teoría o explicación de los hechos investigados.

A mi juicio, esta obra de Bacon es vigente y debería ser material de estudio a partir de la preparatoria. En particular, no le vendría mal su estudio a políticos y funcionarios tan inclinados a soltar discursos del todo incoherentes, carentes de toda lógica y valor explicativo.

Por ejemplo, la conferencia de prensa que el Procurador General de la República ofreció el lunes pasado por la noche constituye precisamente un discurso de este tipo: incoherente y plagado de contradicciones, lo cual le resta cualquier asomo de credibilidad. Para empezar, dijo que la explosión ocurrida en el edifico B2 del Centro Administrativo de Pemex había sido consecuencia del estallido de gas metano acumulado en alguna parte de los niveles subterráneos del edificio, para más adelante afirmar que no se sabe cuál fue el origen del gas (del cual tuvo que acumularse una enorme cantidad para dar lugar a una explosión tan destructiva).

Queda sin explicación si el edificio de oficinas contaba con ductos para el flujo de este gas y cuál era su utilidad en instalaciones administrativas. O tal vez el gas, violentando las leyes termodinámicas, llegó desde afuera y se fue colando poco a poquito al sótano por algún orificio. Lo extraño es que no se detectara a tiempo su presencia.

Luego el funcionario dijo que no se había provocado fuego pues “ni un papelito en el lugar se quemó”, para más tarde contradecirse diciendo que había tres lesionados por quemaduras. Sin ser expertos en la materia hemos averiguado que, en efecto, el metano es altamente inflamable y puede formar mezclas explosivas con el aire. Pero -atención- el metano es asfixiante y puede desplazar al oxígeno en un espacio cerrado. La asfixia puede sobrevenir si la concentración de oxígeno se reduce por debajo del 19.5 por ciento por desplazamiento. ¿Habrá entre los heridos o fallecidos quienes sufrieron esa asfixia, o nos dirán los funcionarios que era tan baja la concentración del gas que no alcanzó a ocasionar tal trastorno? Aunque sí fue suficiente para causar la tremenda explosión…

Más adelante, el Procurador declaró que la explosión había sido “difusa y horizontal” para contradecirse inmediatamente afirmando que las lozas divisoras entre el sótano y la planta baja, y entre ésta y el primer piso, habían sido destruidas por empuje hacia arriba (vertical ¿no?) y luego,con lógica espléndida, concluyó que como las lozas y vigas habían subido (para arriba), entonces tuvieron que caer (para abajo) y que eso era lo que había producido la enorme destrucción en el sitio.

Para descartar la posibilidad de que el siniestro hubiera sido causado por explosivos colocados intencionalmente, el portavoz del gobierno federal señaló que no se encontró cráter alguno en el punto de origen de la explosión (según él, este sería el caso si se hubieran colocado explosivos) para después aclarar que todavía no era posible llegar a ese punto debido a la gran cantidad de escombro. Entonces se infiere que entre los peritos se encontraba alguno con visión de rayos X…

Para qué dar tanto brinco estando el suelo tan parejo: tan fácil que sería sintetizar toda la información recabada en una de las tablitas propuestas en el siglo XVII por Bacon, en la cual para cada hipótesis posible (accidente, atentado, etcétera) se enlistaran los hechos que favorecen a una u otra. Y ya empleando la matemática moderna (la lógica difusa), dar grados de certidumbre a cada una de las hipótesis y aplicar técnicas elementales de inteligencia artificial, que superarían la inteligencia de cualquier político, llegar a la conclusión más probable. ¿Será como pedir nueces al guayabo?

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.