Gobierno sin autoridad, ni capacidad

Lo lograron. De una u otra forma obtuvieron la diferencia de votos necesaria para ganar el derecho y la obligación de representar y gobernar.

Nuevo gobierno, renovadas esperanzas. Pero no todos los privilegiados del voto festejaban el triunfo; de entre los ganadores algunos, incluyendo al titular, sentían la presión de esa nueva realidad y el mundo de renovadas esperanzas, que tanto señalaron como objetivo de sus acciones, una vez electos.

Lo sabían, ante los nuevos y viejos problemas y reclamos había que cambiar; y, en efecto, una vez más cambiaron; pero sólo el discurso, las palabras, los ademanes y los gestos. En toda la campaña simularon y ganaron.

Hoy saben que se sacaron la rifa del tigre; aunque también, que trae sus ventajas y beneficios.

La razón es simple y fácil de entender, pero su desmedida ambición aún no los deja ver y apreciar el tamaño y complejidad de los problemas, ni la poca paciencia y resistencia de los que, desde siempre, esperan atención.

Esa nueva realidad se desborda y rebasa a quienes no entienden, ni respetan los principios de legalidad y, sobre todo, de legitimidad que rigen y limitan a quienes tienen la responsabilidad de gobernar.

La representación se obtiene en el momento de elección, pero la legitimidad, como la credibilidad y la confianza, se gana o se pierde en cada acto de gobierno: tanto en los que se demuestra la capacidad de respuesta, como en los de previsión y anticipación.

En el terreno de los hechos y no de en el de los discursos y boletines auto-animados. En el frente de batalla ofreciendo buenos y mejores resultados. En los logros y los avances tangibles y comprobables. En los hechos, es donde se gana reconocimiento y respeto, que es la esencia de la autoridad. Recuérdese que sin aceptación y aprobación, el ejercicio de la autoridad simplemente se complica y, hasta, se niega y repudia. Mandar es fácil, hacerlo oportuna y correctamente es otra cosa.

La soledad del poder. El aislamiento de la realidad, amplia la insensibilidad y la distancia con los representados. Mas pronto de lo que se espera, se abusa de la simulación como recurso fantasmagórico para crearle su propia realidad al que manda.

El servilismo de los cercanos, que alimenta al auto-engaño; la obediencia aduladora que constituye la base de la cultura del, “sí señor”, “usted es lo máximo”, “no pasa nada”, “todo va bien”, “y viene lo mejor”. La política y el ejercicio del gobierno, como universo sin límites de la indignidad, la abyección y hasta la delincuencia.

Frente a esta costumbre y cultura política del poder gubernamental, ahora se sabe que la población tiene una organización y movilización mayor de la que se pensaba; y también, que gracias a las innovaciones tecnológicas la capacidad de comunicación a disposición pública, se popularizó y globalizó, a tal grado que todos somos reporteros, fotógrafos y cronistas en potencia, voluntarios o involuntarios. Imposible ocultar lo inocultable.

La comunicación abierta y accesible, planetaria y casi instantánea, ha hecho obsoletos a la política y los políticos autoritarios, corruptos y delincuentes, que basan su control y dominio en el engaño, la simulación y la ignorancia (o falta de información). Ni que decir de los mediocres e ineficientes. Lo cierto hoy, aquí y en China, es que unos y otros, no pueden contener su desprestigio e impopularidad crecientes. Gobernar no es ocultar.

No importa que muchos de los tradicionales medios de comunicación no cumplan con su responsabilidad social, encubran, distorsionen e inventen; y continúen siendo identificados como prensa vendida, y otros como radio y televisión de la complicidad, el entretenimiento y la enajenación. El caso es que, hoy por hoy, también ellos están siendo cuestionados y alcanzados por la nueva realidad.
NADIE EXPERIMENTA EN CABEZA QUE DA PENA.

Y ahí va la inconformidad creciendo. Las calles se convierten en puntos de encuentro, a las voces que se multiplican y demandan lo que tienen derecho.
Las ciudades más importantes sienten la presencia y acción del activismo en aumento. Pronto, llegaran a cien en España, en donde hace seis meses los ilusos del nuevo gobierno festejaban.

Y en lo que menos se espera, serán cientos de miles y después millones los que pidan un nuevo gobierno, porque sospechan que este no sirve para nada y si, en cambio, aumentan los recortes, los sacrificios y las limitaciones a la sufriente población. La breve levedad del no ser.

Desempleo, pobreza, marginación, des-pensiones, pérdida de capacidad de compra, etc. Ni que decir de la deuda pública en aumento, los que todavía no nacen ya deben.

Explicaciones, pretextos, justificaciones. Todo lo que sea necesario para ocultar el engaño, la farsa, la simulación, el escapismo y el lenguaje placebo lleno de infundadas expectativas y esperanzas. Gobierno sin autoridad, ni capacidad.

Y eso que todavía no llega el rescate, para quienes se tiene identificados como algunos de los principales responsables de la crisis, que no se le ve fin. El electo y su equipo cada vez más limitados, aislados y desprestigiados. España es la continuación del desastre, que ahí viene.
Como siempre, la política de roto el chucho de Hood Robín, la de ayudar y apoyar a los que más tienen sigue adelante. Ahí van los subsidios, los rescates, los privilegios fiscales y los incentivos a los bancos, los grandes empresarios y sus cómplices, dentro y fuera del gobierno, que simplemente gozaran de los beneficios del poder de la complicidad y la impunidad. La población, también como siempre, asume y asumirá los costos, las pérdidas, las limitaciones y los sacrificios. Paga y pagara la deuda pública y los costos sociales en aumento.

De ahí que los de siempre, se aferran a la vida y a la renovada esperanza. Insisten y desesperados, siguen y seguirán saliendo a protestar y a reclamar, que otra cosa les queda: ¿resignarse a morir quietecitos, sin perturbar ni hacer ruido?

Algunos de los ineptos electos, en sus últimos recursos y desesperación, no resistirán la tentación autoritaria, y para empezar criminalizarán sus libertades y derechos, para reprimir y perseguir en nombre del orden y la paz públicos. Vieja historia con repetido final: la caída del gobierno.

La inconformidad y los reclamos seguirán en aumento. La elección cuenta ya con su contraparte, la revocación. Rápidamente se extiende la idea convertida en consenso, de que no hay porque soportar y padecer a un mal gobierno. Lo saben los españoles; y cada vez, mas y mas ciudadanos en el planeta, llamado Tierra.
Las voces que viene de lejos, se repiten aquí, allá y en todas partes. Quien quiera oír que oiga.

Veracruz hoy

A marzo del 212, según la Encuesta Nacional de Ocupación y empleo (ENOE):
1.- En cuanto a trabajadores remunerados sin acceso a prestaciones de ley, Veracruz ocupa uno de los últimos lugares (25), con un 52%: uno de cada dos está desprotegido. El peor Tlaxcala con el 59%; y el mejor Coahuila, con 22%.

2.- Está en el lugar (24), en condiciones críticas de ocupación, con un 16%. El ultimo Chiapas con 31%; y el primero Chihuahua con 4%.

3.- Y en ocupación informal, ya tiene al 27%: uno de cada cuatro. Tlaxcala es el mayor, con 41%; y el menor Colima, con 19%.