Hacen falta sacerdotes; en promedio se ordenan sólo 4 al año

El vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Juan Sánchez Jácome informó que en promedio se están ordenando cuatro sacerdotes al año, lo cual refleja que a los jóvenes se les hace difícil un proceso de formación sacerdotal. Por ello, reconoció que hace falta que la Iglesia maneje las características de la juventud actual, para poder acercarlos a tomar los votos.

“No es que Dios no esté llamando, que no haya gente interesada en el sacerdocio, a lo mejor nuestros métodos no se han modernizado. No se puede seguir invitando a los jóvenes a ese estilo de vida con esquemas de hace 10 ó 20 años”.

Por ello, dijo que deben reconocerse las características de la juventud del inicio del tercer milenio, en aras de modificar sus estrategias y empaparlos del estilo de vida que implica el sacerdocio.

“Este año entraron 30 alumnos al curso introductorio del Seminario y la mitad de ellos ya tienen carreras profesionales, incluso con maestrías y para nosotros es un indicador que cuando cambian las estrategias y entendemos mejor la mentalidad de los jóvenes, hay forma en que se interesen y rompan con el egoísmo, permisivismo y entienden que su vida tiene sentido, que se puede alcanzar la felicidad cuando sirven a los demás”.

En entrevista, destacó que en lo que va de este año el arzobispo Hipólito Reyes Larios ha consagrado a siete nuevos sacerdotes y en diciembre tendrán dos más.

No obstante, aún faltan ya que en Xalapa tienen aproximadamente 150 sacerdotes para un territorio que abarca 36 municipios veracruzanos y un municipio del estado de Puebla; así como 83 parroquias que forman parte de la Arquidiócesis.

“En promedio y de acuerdo a los datos del INEGI del Censo 2010, cada sacerdote atiende un promedio de 20 mil habitantes, realmente necesitamos refuerzos, más sacerdotes”.

Respecto a los grupos y movimientos que han atrapado adeptos que dejan la religión católica, precisó que de acuerdo al censo, han detectado que es población flotante, personas que se van a los grupos con denominaciones cristianas y que regresan.

“Sí es una situación preocupante y lo primero que nos preguntamos es en qué fallamos para que la gente considere otro tipo de vida religiosa. También tiene que ver con las facilidades y el ambiente de descalificación hacia las instituciones, a veces por las irregularidades que se han cometido en la misma iglesia y que se han sobredimensionado en los medios, lo cual impacta en la imagen”, concluyó.