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Sección: Estado de Veracruz

La Virgen Loca, 38 años después… el desagravio

Sabino Cruz V. Xalapa, Ver. 15/08/2012

alcalorpolitico.com

En su enésima temporada, La Virgen Loca de Hosmé Israel, dirección de Enrique Pineda y Escenografía de Ernesto Bautista, treinta y ocho años después de su estreno aún sigue convocando a público de todas las edades, grados académicos, y niveles socioeconómicos, por ser “divertido, profundo y universal”, en el que a través de cuadros escénicos se nos muestra el drama de la soledad, la angustia y desesperación al no tener quien te cierre los ojos del último sueño.

Producto cien por ciento xalapeño, a través de la mirada de Hosmé Israel se recuperan fragmentos de la historia personal de cada espectador, recuerdos de la infancia y las reuniones familiares, los roles en la estructura doméstica y los destinos que a cada integrante le es asignado: mayorazgo o noviciado; matrimonio o vestidora de santos.

Pero también la Virgen Loca, escrita y actuada por Hosmé Israel, es un cuestionamiento al doble discurso de los grupos sociales, las castraciones creativas, las frustraciones corporales, las religiones con todos sus dogmas, las necesidades no satisfechas, el juego de máscaras, el doble sentido, la descomposición de las instituciones, el rechazo a los viejo, antiguo, pasado de moda.

Sin embargo pese a tener toda esta carga semántica, casi cuatro décadas de estar en los escenarios (1974) y el Record Guines por el número de representaciones, la Virgen Loca no pasa de ser una “buena” obra de teatro en donde un actor, disfrazado de mujer muestra las locuras de una solterona que todas las noches le reza a San Antonio para que le permita conocer el amor de un varón.

Ni autoridad universitaria, ni gobierno de cualquiera de los tres niveles ha reparado en la trascendencia de tener en la ciudad, estado y país al actor más reconocido en el plano nacional e internacional por un monólogo que siempre reúne familias enteras, que en cada función produce las mismas carcajadas, enojos, imágenes amorosas. Ninguno de ellos se ha tomado el tiempo para reflexionar en torno al fenómeno social llamado “Virgen Loca”, su autor/protagonista y como ambos de manera directa/indirecta han construido ciudadanía.

Lamentable y reprochable por donde se le vea, que autoridades universitarias ofrezcan doctorados a intelectuales y científicos de otras universidades o instituciones, tanto propias como extranjeras y aquí no pasen simplemente de programar una serie de funciones “por aniversario de estreno” [con programa de mano hecho hace dos años] de este trabajo que reúne los más altos estándares de calidad, posee una propuesta estética y es digno representante del teatro universal.

Bien dice el refrán que es práctica común ser candil de la calle y obscuridad de la casa, tal es el caso de este trabajo hecho con la más pura filigrana, reflejo fiel de un México provinciano que, afortunadamente, sigue vivo para recordarnos que esta es parte de nuestra historia, nuestras costumbres y tradiciones; que cada quien en lo más apartado de sus recuerdos guarda la imagen de una tía abuela, una hermana o una sobrina, que “sacrificó” lo más puro de su ser por los padres.

La Virgen Loca, de Hosmé Israel, es canto de soledad en las tardes lluviosas de Xalapa, sí, pero también es aroma de suelo patrio, llanto de vida, susurro de hombres y mujeres que se aman.

Sea pues estas líneas un llamado a quien corresponda para empezar por dignificar un signo de identidad nacional.