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Sección: Estado de Veracruz

San Bernardo, II fracción, comunidad llena de pobreza y olvidada por el Gobierno

- Dicha comunidad se encuentra en Tezonapa a más de 30 kilómetros sobre la sierra
- Sus habitantes no conocen las calles, el drenaje ni el agua potable
- Toman agua de lluvia sin hervir, exponiéndose a enfermedades gastrointestinales

Benito Juárez Ramírez Tezonapa, Ver. 01/08/2014

alcalorpolitico.com

San Bernardo, II fracción, una comunidad trepada entre las rocas, donde sus habitantes no conocen las calles, el drenaje, el agua potable o un parque donde sentarse a disfrutar los fines de semana, lo que si conocen bien son la veredas.
 
Esta comunidad se encuentra de Tezonapa a más de 30 kilómetros sobre la sierra, subiendo por Presidio, Vásquez Vela Morelos y de allí, un camino áspero, de difícil acceso, donde su gente como María Cruz Jiménez, dice que bajan a Tezonapa cada mes o dos meses por un pedazo de carne.
 
Tan solo a Presidio, expresa que lo hacen cada 15 días, porque en primera no hay transporte, tan solo para llegar a la comunidad más cerca que es Morelos, tienen que caminar cerca de media hora.
 
La pobreza y marginación aflora; porque aquí no hay agua potable, sus habitantes toman agua de lluvia. Si quieren ir al baño, construyen sus letrinas de forma muy rustica.
 
Llegar a la casa de María Cruz, es subir de peldaño en peldaño, de roca en roca hasta llegar a su vivienda, hecha de madera, piso de madera y sobre rocas que se acomodan a sus necesidades.
 
Expresa que en este momento sus hijos ya no tienen trabajo, más que ir al chapeo de fincas; pero de poco o nada ayuda, porque no hay dinero; los patrones no tienen como pagarles la jornada y eso hace más difícil vivir en esta zona serrana.
 
Aseguran que la ayuda de la presente administración no llega, nadie se acuerda de ellos y ante eso, tienen que ver la forma de subsistir, cortando hierbas del campo, animales silvestres y cortando madera para vender, “no hay de otra forma señor, aquí sufrimos mucho, pero nadie se acuerda de nosotros”.
 
Caminar al medio día entre el caserío de esta comunidad se escucha como las mujeres echan sus tortillas, huele a chile, porque están haciendo su salsa, ya que esperan a sus hombres para darles de comer.
 
Los niños salen a los tanques llenar sus garrafas de agua para tenerla lista en la comida, agua de lluvia sin hervir, lo que los expone a las enfermedades gastrointestinales; pero esa es la vida de esta gente de la sierra de Tezonapa, donde se respira tranquilidad, pero también mucha pobreza y marginación.
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