Celebran milenaria tradición Totonaca: el corte, arrastre y colocación del palo de volador

Este domingo se celebró una de las ceremonias más místicas, de gran riqueza cultura y que nace del corazón del pueblo Totonaca, el corte, arrastre y levantamiento del palo volador en el parque ecológico Kiwikgolo.

La ceremonia ancestral inició desde muy temprano en la comunidad  Zapotal Santa Cruz, donde se reunieron integrantes de diversas asociaciones  de danzantes y habitantes de la región, quienes fueron convocados por la escuela niños voladores libres de la costa para levantar su primer palo de volador.

El primer paso fue la selección del árbol que reunía las condiciones necesarias para efectuar la danza, como fueron altura, grosor y uniformidad del tallo, eligiendo uno que media más de 15 metro de largo.

Previo al corte, los voladores adultos y más sabios realizaron una ofrenda de incienso, aguardiente, música, velas y flores para pedir permiso al Kiwikgolo (dueño del monte) y como aviso al propio árbol de que fue elegido para participar en el ritual milenario.

El árbol fue derribado por un caporal, quien inició los hachazos según la orientación de los puntos cardinales, luego de repetir la ofrenda acompañada de música de flauta, e iniciaron su traslado a las instalaciones de la escuela niños voladores libres de la costa.

Luego de una ardua labor, cerca del mediodía arribaron a la escuela de voladores, donde comenzaron con los trabajos para el levantamiento del palo volador, únicamente con tijeras, armados de tarro, mecate y la fuerza de todos los totonacos.

Previo a la colocación del árbol, los danzantes depositaron en el hoyo ofrendas a Kiwichat una gallina viva, tabaco y aguardiente; de acuerdo con los sabios, el ave es para que la diosa se alimente y no apetezca la vida de alguno de los danzantes, el aguardiente para saciar su sed y no tome la sangre de los voladores y los enferme,  el tabaco es para combatir el mal viento que pudiera ocasionar un accidente.

Sin ninguna maquina lograron  levantar este nuevo palo, para luego comenzar armar la manzana que va en lo más alto y fueron los hombres pájaro que en punto de las tres de la tarde surcaron el cielo para realizar de manera oficial el primer vuelo, arrancando el aplauso de todos los asistentes.