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Sección: Estado de Veracruz

En la marcha de la rebeldía, Yunes Landa llega al PRI arropado con cientos de simpatizantes

Bajo la lluvia, entre empujones y gritos marchó por Ávila Camacho al ritmo de la batucada y al viejo estilo priista

Ángeles Godoy Morales Xalapa, Ver. 24/02/2010

alcalorpolitico.com

Ni la lluvia frenó a los cientos de simpatizantes que acudieron este miércoles a brindar su apoyo a Héctor Yunes Landa. Armados con sombrillas, pancartas, tambores e impermeables, cientos de ciudadanos esperaban ansiosos la llegada de su candidato. Desde temprana hora acudieron al Teatro del Estado y esperaban pacientes, sin importarles las inclemencias del tiempo.

“Hola, gracias por acompañarnos, ya viene en camino mi papá”, eran las palabras de Andrea Yunes, quien feliz caminaba entre la multitud. Los medios aguardaban la llegada de uno de los políticos más reconocidos dentro del Partido Revolucionario Institucional.

La lluvia no cesaba y las porras continuaban en un incesante canto de apoyo: “Yunes Landa no necesita propaganda”, “Yunes amigo, el pueblo está contigo”, “Sí se puede, sí se puede”, “Yunes avanza, al pueblo da confianza”, “Héctor amigo, el pueblo está contigo”.
Finalmente, alguien gritó “ahí viene, ahí viene”.

Yunes, sonriente, llegó conduciendo su camioneta blanca, se estacionó en Ignacio de la Llave e inmediatamente la prensa se abalanzó sobre él. Sin perder el estilo y la sonrisa, se bajó a ponerse el saco. Saludó a los medios y entre las porras intentó avanzar.

Fue ahí que comenzó el recorrido hacia la entrada del Teatro e iniciaron los empujones por parte de los medios. “Una valla, una valla para que pase”, pedían quienes iban con Yunes. Su hija lo custodiaba en todo momento, y no perdía la sonrisa en su rostro. “Héctor, Héctor”, coreaba la multitud.

Con paso firme, y mano abierta a quien se la extendiera, Yunes avanzaba rodeado por la prensa. Entre empujones de la gente, reporteros y fotógrafos, se detenía a saludar a quien se encontraba en su camino. Gente de todos los estratos sociales que reflejaba en su rostro la esperanza de que “ahora sí, Yunes llega a la grande”.

“Hagan la valla, ábranla”, pedían desesperados los encargados, al ver que Yunes se perdía cada vez más entre la multitud.

“Por acá, por acá”, gritaban otros. “Héctor, Héctor, a donde vaya, vayamos”, vociferaban desde atrás. Y seguían las porras aclamando: “Yunes Landa no necesita propaganda”

Los medios optaron por abrirle camino para que pudiera avanzar, era una ola de gente que se abría paso por donde avanzaba.

Justo frente a la entrada principal, se detuvo para dar unas entrevistas.

“Silencio, silencio, que va a hablar”, y así fue que Yunes dijo a la gente: “el registro se reprogramó porque movieron la hora”.

“Que se calle la batucada”, pedían las señoras desesperadas por escuchar

Yunes afirmó: “vamos a esperar un poco más, para ir caminando hacia el registro, les pido que no invadamos calles que sea un movimiento diferente como lo hemos estado haciendo, en orden y nos vamos por la banqueta; allá entramos al auditorio del partido y procederemos al registro”.

Así, Yunes declaró que esperaba la certificación del registro, con cerca de 100 mil firmas que los avalaban. La multitud rompió en júbilo exclamando “Sí se pudo, sí se pudo”.

Y de nuevo, otra entrevista con la prensa: “Me siento entusiasmado, sobre todo porque no viene gente acarreada, aquí todos llegaron por su cuenta, óyelos, lo están diciendo, aquí viene gente por convicción, que me conoce, con los que he estado, a quienes ha convencido la propuesta, en ese sentido me emociona mucho; por eso quise venir con la gente y ya de aquí irnos para el registro”.

Abrazado por su esposa y su hija, Yunes indicó que hay un clima difícil dentro del partido: “no es el mejor ambiente, veo una cerrazón, espero que cambie hoy porque si no se autoriza el registro, si mañana nos informan que el registro es rechazado, entonces tendré que proceder ante las instancias electorales federales, para que sean ellos quienes obsequien el registro”.

Yunes miró a la multitud que lo acompañaba y sonriendo exclamó: “Yo espero que sea mi partido el que lo haga. He militado muchos años en él y aquí la gente que está son gente que viene de abajo como yo, que hemos echado la porra que hemos hecho las mantas que estamos cargando, que hemos cargado en los hombros, los triunfos de muchos candidatos del PRI, por eso yo espero que el PRI me otorgue el registro”.

Y con un dejo de tristeza afirmó: “Yo solicité a los sectores y organizaciones que me dieran su adhesión, lo solicité incluso por escrito, ninguno me respondió. Yo los entiendo. Los obligan a ello”.

Su rostro se iluminó por el calor de sus simpatizantes y agregó: “hay una parte que no se puede mover y es la militancia. El PRI no tiene dueño y si algún día le tenemos que escriturar a alguien es a la militancia y a la gente que está acá, que es con la que se gana o se pierde una elección. Y con ellos lo vamos a ganar”, y la gente respondió con sonoros aplausos.

“Estoy listo para lo que venga. Espero no estar viviendo la crónica de un registro negado. Espero que sea la comisión de procesos internos la que acuerde la procedencia de mi registro y que no sea un tribunal. Soy priista y espero que sea mi partido quien me de el registro”.
Y así, sin importarle mojarse, inició su peregrinación al templo sagrado del PRI.

Con la batucada por delante, la multitud encabezada por Yunes avanzó ordenadamente por Ávila Camacho, para doblar en Francisco Moreno y bajar a Adolfo Ruiz Cortines.

Fue así como entró. Empapado por la lluvia, pero cobijado por la fe de sus adeptos. Primero entró al auditorio y luego a la presidencia. Ahí entregó los documentos para obtener su registro como precandidato a la gubernatura.

Y cuando obtuvo su acuse de recibo exclamó jubiloso “ahora sí, periodistas que quieran firmar, todavía pueden hacerlo”, provocando la risa de los presentes en la presidencia del PRI, donde mañana se decidirá su destino.
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