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Sección: Estado de Veracruz

Sufrió para pagar el predial; no queremos café y galletas, sino eficacia: Jubilado

- No hubo organización ni quién dirigiera a las personas de edad avanzada: Víctor Raúl Domínguez

- Le informaron que no se tienen programadas reuniones de evaluación del servicio

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 03/01/2013

alcalorpolitico.com

“Una cosa es entregar cobijas, medicinas, colchonetas, láminas y despensas y otra cosa, muy distinta, es ser una eficiente servidora pública. No. No queremos café y galletas, queremos y merecemos eficacia”, expresó Víctor Raúl Domínguez Rodríguez, profesor jubilado luego de vivir una amarga experiencia este miércoles al pagar su predial en el Ayuntamiento de Xalapa.

Este hombre como muchos y como muchas mujeres de la tercera edad, vivió la ineficacia de la administración local y relata momentos que parecieran increíbles, pero para la gente que apenas si se pudo levantar de su cama o llegar con andadera, verdaderamente fue una pesadilla.

“Como jubilado, fui a pagar el predial el este miércoles, el primer día. ¿Resultado? El caos, la irritación generalizada. Gente de mi condición, con bastones, andaderas o muletas, no pocos de ellos; obligados a seguir la cola que después de 45 minutos, nos enteramos es la cola equivocada. La explicación es que en la puerta se hace un embudo entre los que ya resellaron su credencial y los que no la habíamos hecho. En ese embudo se hacen 4 y hasta 5 filas. Nadie orienta en ese embudo.

Después de dos horas por fin fui instalado en un sector de 50 sillas militarmente ordenadas. El mecanismo es que uno tiene que sentarse en la silla número 50 y al llegar a la número 1 se han realizado ya 50 sentadillas (tal vez faltó la foto de “promoción a la salud”). Algunos lo hicimos a propio esfuerzo, otros ayudados por sus bastones, muletas o andaderas.

Después de 30 minutos en este sector, nos enteramos que del otro lado (credenciales ya selladas) hay 6 cajas; nosotros tenemos 2. Un compañero de batalla (adquirido ahí, pero ya sentido como tal), me dice “fulanito llegó hora y media después que yo y ya pasó”.

De poco nos vale la atención de señoritas que muy amablemente nos ofrecen café y galletas. Comentamos entre nosotros “no queremos café y galletas, queremos que se agilice el proceso”. Alguien comenta “ya ni la friegan, apenas si me pude levantar y del otro lado avanzan mucho ¡más rápido! ¡Allá hay 6 cajas! ¿Por qué acá solo 2?” otro, más atrevido, comenta valientemente en voz alta “¡ya ni la… ni porque viene uno a dejar el dinero que se roban!”

Ante el caos y la desesperación, me animo y hablo con el funcionario “X” para intentar realizar, en buena lid, sugerencias simples para agilizar el proceso. Me dice que tengo razón, que hablará con la licenciada, con el Subdirector de Egresos, pero nada. Todo sigue igual, hasta que los viejitos de la tercera edad nos rebelamos y tomamos, prácticamente por asalto dos cajas del otro sector. Hay aplausos y voces de aprobación.

Ultimas precisiones:

Me entero que la vía “Pago por Internet” fue un fiasco, para no decir una burla o un engaño.

Personalmente, me dice “X” funcionario con quien intenté razonar el caos, que no hay previstas reuniones de evaluación o retroalimentación para evaluar el proceso.

Cualquier universitario con mediana o poca experiencia, sabe que la evaluación de los procesos es VITAL para detectar errores para mejorar un programa. En el Ayuntamiento, o no lo saben, o no les interesa (cualquiera de estas opciones me aterra).

Finalmente, deseo expresar objetivamente, que una cosa es entregar cobijas, medicinas, colchonetas, láminas y despensas y otra cosa, muy distinta, es ser una eficiente servidora pública. No. No queremos café y galletas, queremos, y merecemos, EFICACIA.