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Sección: Estado de Veracruz

Sursum Corda

"Cuando quiero enterarme de las últimas noticias, leo el Apocalipsis"

Pbro. José Juan Sánchez Jácome 27/05/2019

alcalorpolitico.com

Caigo en la cuenta de que muchas de nuestras quejas delante de Dios tienen que ver todavía con cosas intrascendentes que bien se podrían superar si tuviéramos fuerza de voluntad y entendiéramos el dinamismo propio de la vida. Se trata muchas veces de reacciones primarias y hasta caprichosas que reflejan la falta de carácter y madurez en la vida espiritual.

Reconozco que cuando reaccionamos de esta manera nos situamos muy lejos de lo que se espera de nosotros como cristianos. Tendríamos que aceptar y reconocer que mientras reaccionamos con inmadurez estamos muy lejos de la posibilidad de responder a Dios que nos está llamando para estar con Él en lo más duro de la batalla.

Mucha gente seguía a Jesús cuando sanaba a los enfermos, cuando multiplicaba el pan, cuando hacía milagros y cuando sus palabras confortaban a todos. Pero muchos lo abandonaron cuando la cruz apareció en su vida y en el momento de su muerte.



No le resto importancia a las luchas que cada quien tiene que enfrentar todos los días, pero nos falta consolidar la vida cristiana en la fortaleza, perseverancia y fidelidad ante las realidades difíciles, angustiantes y peligrosas que vive nuestro país.

Nos falta madurez y actitud para ir rompiendo con los condicionamientos de este mundo que nos tienen atados a la vanidad, la indiferencia, la superficialidad, el egoísmo y la comodidad. Pero también nos falta fe y confianza incondicional en Dios para no dejarnos desalentar por el panorama preocupante y desolador que se impone en nuestra sociedad.

El tejido social se sigue desgarrando por el escandaloso aumento de asesinatos y por la inseguridad que se está saliendo de control. Cuánta necesidad tenemos de medidas coyunturales y de instituciones que entiendan y asuman el tamaño del desafío, en vez de seguir estancados en justificaciones culpando a gobiernos anteriores.



Mientras el discurso oficial se separa del neoliberalismo, las medidas que se toman siguen girando en torno a este mismo sistema. Y sin importar el ambiente de muerte que hay en México, la descomposición del tejido social y la agudización de la crisis económica, hay instituciones de gobierno que exacerban este deterioro al rendirse a los postulados de la ideología de género que implanta una agenda de muerte a través del aborto, que margina y subestima a la familia y que va imponiendo el adoctrinamiento sexual de los niños y adolescentes pisoteando el derecho de los padres de familia a la educación de sus hijos.

Se trata de una carga pesada. Somos personas de fe y hemos experimentado la gracia de Dios de distintas maneras, pero lo que está viviendo nuestro país representa una carga muy pesada.

Sin embargo, damos testimonio de que cuando se acaban nuestras fuerzas y cuando somos presa del cansancio, la gracia de Dios irrumpe de una manera sorpresiva y viene a rescatarnos de esa oscuridad, de ese dolor y de ese cansancio ante las situaciones complejas que enfrentamos y que rebasan nuestras propias capacidades humanas.



El Espíritu Santo nos dará la luz y la fortaleza para enfrentar este deterioro y comenzar a poner las bases de una nueva sociedad. Ante el cansancio y el desánimo, de los que nadie se libra, sigo al pie de la letra la recomendación de León Bloy que decía: "Cuando quiero enterarme de las últimas noticias, leo el Apocalipsis".

No leo las noticias de twitter, o de un portal noticioso, o de algún periodista distinguido. Leo el Apocalipsis que sostuvo en la fe, en la fortaleza y en la perseverancia a los cristianos que vivían tiempos críticos de confrontación y persecución oficial.

No son las últimas noticias en sentido cronológico sino las últimas en sentido definitivo. Es un llamado a la confianza incondicional en el triunfo de Dios a pesar de que los acontecimientos apunten en otra dirección. Es un mensaje de esperanza especialmente para los que nos desanimamos y cansamos por el estado que guarda el mundo que vivimos. Se trata de vivir la fe no con resignación sino con la convicción de que Dios está con nosotros en esta lucha y nos llama para sostener a los más débiles así como para permanecer a su lado en lo más duro de la batalla.



Lo último no son las balaceras, las mentiras, la corrupción y la pobreza. Es hora de leer las últimas noticias, es decir de ir al Apocalipsis porque: «El que estaba sentado en el trono, dijo: “Ahora yo voy a hacer nuevas todas las cosas”» (Ap 21, 5).