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Sección: Vía Correo Electrónico

“¡Cuba Sí, bloqueo NO!”

Jorge Salazar García 22/10/2018

alcalorpolitico.com

El próximo 31 de octubre el gobierno de Cuba volverá a demandar en la Asamblea General de la Naciones Unidas (73º periodo de sesiones de la ONU) el cese del bloqueo económico impuesto desde 1962 por el gobierno Yanqui a la isla. En ese organismo internacional año tras año, desde 1992, las votaciones han favorecido al Estado Cubano en su petición y ha calificando al bloqueo norteamericano como “el más INJUSTO, SEVERO y PROLONGADO que se ha aplicado contra país alguno”[2].

¿Por qué, entonces E.U. mantiene su agresión a Cuba?

La respuesta es simple; sí la suspende definitivamente pone en juego la poca credibilidad internacional que le queda como defensor de la libertad y los Derechos Humanos. El mundo sabe que esos nobles propósitos son la pantalla del capitalismo voraz para apropiarse de la riqueza de otros y depredar la Naturaleza. Los genocidios y hecatombes ambientales cometidos por E.U. desde sus más de 800 bases militares bajo el pretexto de proteger la libre empresa y propiedad privada quedarían al descubierto, dejándolo moralmente desnudo frente a sus gobernados. ¿Cómo explicar que un régimen socialista, mil veces señalado como opresor y violador de lo derechos humanos este resolviendo los problemas más antiguos de la humanidad, llevando Justicia y bienestar a su población, sin invadir a otros países? Para evitar la rebelión de otros, el títere de la maquinaria guerrerista, Trump, NO le queda más alternativa que continuar violando de manera “masiva, flagrante y sistemática

los derechos humanos de todo el pueblo cubano y califica (do) como acto de genocidio, a tenor de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948.

Si no lo hace así, mucha gente, ahora engañada, comprendería la diferencia entre los dos sistemas políticos confrontados; mientras en Cuba, el Estado sirve a los intereses de los trabajadores, el de los Estados Unidos, funciona para beneficiar a los que más tienen. El pueblo estadunidense sabría que en la isla ¡a pesar del infame bloqueo! ha logrado mejorar los índices de desarrollo humano (según la ONU) superando al mismo imperio donde prevalece la extrema concentración de la riqueza propiciada por el capitalismo. De inmediato se cuestionaría, ¿sí los modos de gobierno son antagónicos, ambos no pueden tener la razón en cuánto a la búsqueda de la libertad, la justicia y la democracia? Evidentemente, la respuesta lógica a esta pregunta no sería favorable a la oligarquía militarista de USA. Por esta razón geopolítica la furia del Imperio se ha volcado contra quien los ha derrotado moralmente 27 veces en la ONU. En la última ocasión (2017) 191 países de 193 votaron a favor de Cuba, dejando solos a dos Estados canallas (E.U e Israel). No hay duda, en el resultado de la votación del próximo 31 de octubre volverá a prevalecer la dignidad.



Al ciudadano del coloso del Norte debe hacérsele saber que Cuba jamás volverá a ser una zona libre para la explotación ni paraíso de narcotraficantes y mafiosos. Nunca más las compañías gringas volverán a tener privilegios de conquista amparados en la enmienda Platt[3] o en la amenaza de invasión. El espíritu indómito de los cubanos NO se rendirá ante la ignominia; la derrotará, tal como lo hiciera con el imperio Español en 1998.

El pueblo cubano puede sentirse orgulloso por los avances económicos, sociales y culturales logrados con la revolución. Por ejemplo, su tasa de mortalidad infantil es de 4 por cada mil, en EU (5.8) y México (12.5); no hay personas analfabetas; sus sistema de salud es admirado internacionalmente por sus aportes en biotecnología, medicinas alternativas y otras especialidades; no existen personas abandonas en las calles; el derecho a la salud y educación son realidades vigentes; los índices de criminalidad secuestros, asesinatos son ínfimo y los más bajos de la región en robos y tráfico de drogas.

Unámonos a la exigencia realizada por El Movimiento Mexicano de Solidaridad con Cuba en su 23º encuentro para que el gobierno y Congreso norteamericanos pongan fin al bloqueo y devuelvan el territorio de Guantánamo ocupado militarmente desde 1898.



[3] Propuesta en 1901 por el senador Orville H. Platt e impuesta en la Constitución cubana bajo la ocupación yanqui, que permite la intervención militar gringa y entrega a perpetuidad la base de Guantánamo.