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Sección: Estado de Veracruz

Sursum Corda

"Dios te quiere como eres pero te sueña santo”

Pbro. José Juan Sánchez Jácome 26/10/2020

alcalorpolitico.com

En el propósito de difundir la vida de los santos, se percibe que hay una motivación santa y piadosa. El conocimiento de estas historias provoca alegría, sorpresa, admiración y esperanza, por lo que se siente el impulso por darlas a conocer y que generen no sólo conocimientos sino el fuego mismo de la fe.

En la vida de los santos nos encontramos con hechos sorprendentes, actos heroicos, vidas ejemplares y caminos inéditos para encontrarse con Dios. Se han convertido en gigantes de la caridad cristiana, como San Rafael Guízar y Valencia, por lo que nos apasionamos por asomarnos a su vida y situarlos mejor en el contexto histórico que les tocó vivir.

Su vida puede alcanzar las alturas de una leyenda por el cariño que despiertan, por la admiración que provocan, por la motivación que dejan en nuestra vida y por la intercesión que dispensan para sentirnos cobijados por la gracia de Dios.



Pero más allá de esa imagen legendaria, están las coordenadas espacio-temporales en las que los situamos y ante las cuales se agiganta su imagen por la pureza de su corazón, la entrega sincera de su propia vida, la confianza incondicional que tuvieron en el Señor y la bondad con la que se consagraron a los más pobres y necesitados.

La grandeza y la bondad de estas almas logra despertar nuestra admiración, al grado de generar una inquietud vocacional que nos hace pensar en nuestra propia realización y en la posibilidad de consagrarnos al Señor, de acuerdo a los innumerables caminos que ellos recorrieron y que siguen vigentes. Sus caminos pueden ser muy diferentes -porque a través de ellos la misericordia llega a todos- pero llevan a la misma meta: Jesucristo.

Su ejemplo es tan estimulante que no nos deja indiferentes, sino que nos atrapa para pensar seriamente en el rumbo que le estamos dando a nuestra vida. Se siente la provocación -al constatar una vida tan entregada y desprendida-, para desinstalarnos, para romper con la comodidad y para llegar a darle un giro a nuestra vida, en el que lleguemos a vivir con entrega y convicción.



Además de la motivación vocacional, la vida de los santos es una propuesta pedagógica para transmitir valores, a través de testimonios concretos y de personas de carne y hueso que, ante las adversidades -en los distintos tiempos que les tocó vivir-, no se rindieron, sino que sintieron el impulso del Espíritu para coronar en sus vidas la obra de Dios.

Personalmente reconozco la trascendencia y conveniencia de una educación como ésta, especialmente en estos tiempos necesitados de modelos, de personas creíbles y caminos viables para la realización humana. Pero me doy cuenta que en mi caso sólo lo veía como una cosa piadosa.

Ahora descubro que es mucha más que eso, que no sólo se trata de una cuestión piadosa, de una motivación vocacional y de inculcar valores a través de historias edificantes, sino de una enseñanza más completa que nos hace reconocer la presencia de Dios en todos los momentos de la historia, suscitando hombres y mujeres que abren caminos nuevos para llevar alegría y generar esperanza.



Como las grandes lecturas, sus vidas nos sumergen en un mundo fascinante e inaudito donde aparecen de manera sorprendente los recursos de la gracia divina abriendo nuevos caminos allí donde el pecado y la maldad extendieron su dominio.

Poco a poco caemos en la cuenta de las formas tan sutiles y novedosas que tiene Dios para hacerse presente en la historia e irrumpir en nuestro mundo, cuando se cierran las posibilidades para llevar una vida digna.

Por lo tanto, al asomarnos a este mundo fascinante que ha generado la gracia en hombres y mujeres que se dejaron transformar por Dios, nos llenamos de esperanza al reconocer que en nuestro tiempo Dios seguirá abriendo caminos para superar las adversidades que estamos enfrentando.



Decía Chesterton que: «Los cuentos de hadas no dan al niño la idea de lo malo o lo feo; esa idea está ya en el mundo (…). El niño conoce al dragón desde siempre, desde que supo imaginar. Lo que el cuento de hadas hace es proporcionarle un San Jorge capaz de matar a ese dragón».

Chesterton también afirmaba: "En todo romance debe haber tres personajes: debe haber la Princesa, que es una cosa para ser amada; debe haber el dragón, que es algo contra lo que se lucha; y debe haber San Jorge, que es una cosa que tanto ama y lucha". Los santos son esos hombres y mujeres que Dios ha forjado precisamente para enfrentar y contener el espíritu del mal.

Mons. Fulton Sheen, analizando la complejidad de los tiempos modernos, insistía que la única manera de vivir estos tiempos turbulentos es hacerse santos. Dios seguirá suscitando la santidad en los hombres y mujeres de nuestro tiempo que generarán esperanza y abrirán nuevos caminos que rompan la hegemonía del pecado.



Somos parte de esa generación que debe escuchar el llamado y comprometerse con el Señor que siempre concede su gracia. Como dice Mons. Ignacio Munilla: "Dios te quiere como eres, pero te sueña santo. Y los sueños de Dios se hacen realidad".

Estos días celebraremos el heroísmo y la santidad de todos los hombres y mujeres que se dejaron iluminar por Dios. Pero también meditaremos en la santidad que Dios está suscitando en esta generación que enfrenta situaciones delicadas por la amenaza de la violencia, el comunismo y la descomposición social. La santidad que brotará también en medio de la pandemia.