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Sección: V?a Correo Electr?nico

¿El factor seguridad influyó en las derrotas?

Arturo Reyes Gonz?lez 10/07/2012

alcalorpolitico.com

He leído análisis, teorías y acusaciones, razonamientos desde distintos ángulos acerca del por qué del resultado electoral adverso que en Veracruz obtuvo el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en alianza con el Partido Verde (PVEM), espacios que también se le han dedicado, aunque considero que en menor medida, a los otros partidos que contendieron el pasado 1 de julio, el PAN, el PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano.

En ellos se ha hecho referencia a prácticamente todos los factores posibles que uno se pueda imaginar y a otros que algunos ciudadanos ni siquiera tomamos en cuenta o considerábamos; no lo aburro con la lista, usted seguro tiene idea, sin embargo, me parece que hay uno que no se ha comentado tan a fondo y es el de la inseguridad.

Inseguridad no nada mas pensando en una posible balacera o intromisión de grupos delincuenciales el día de la elección como muchas veces se llegó a mencionar, como parte de los riesgos que cada equipo de campaña debía valorar, no, sino el impacto que ya la palabra, los hechos, las referencias habían dejado entre los ciudadanos, en el electorado, pues.

Me parece que solo cuando hubo ataques directos hacia el PAN y el presidente Calderón se destacó una y otra vez la cifra de los más de sesenta mil muertos; en el caso de los candidatos distintos a los blanquiazules el discurso de la mayoría de ellos iba y venía en el mismo sentido: de ganar vamos a legislar para que haya mayor seguridad, patrullas, armamento, palabras más palabras menos, sin meterse en conflicto alguno.

Pero, ¿hasta dónde el fenómeno de la inseguridad, el temor, influyó para llevar a la victoria o a la derrota a una u otra propuesta? Me da la impresión de que en una parte del electorado sí termino influyendo, aunque fuera de manera inconsciente.

Le pongo dos ejemplos, uno, el caso de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, qué tanto pudo influir la ola de violencia que se vivió en aquella zona durante algunas semanas hasta la llegada de la Marina a tomar el control de la seguridad.

Boqueños me han confirmado que el candidato a diputado federal panista por el distrito de Veracruz rural, Alonso Morelli, cuando convivía con la gente en las colonias no dejaba de destacar el hecho de que el gobierno federal había puesto orden, que había traído relativa paz y tranquilidad a la zona a través del envío de los marinos.

Y que en una ocasión en particular aceptó que su líder, el presidente Calderón, cargaba con una lamentable cifra de conciudadanos fallecidos, pero que lo hacia por el bien del país, seguido de un rollo que trataba de justificarlo. El resultado en los distritos de Veracruz ya lo conocemos, ganó el PAN.

Segundo ejemplo, mucho se ha comentado el lastre que cargaba el candidato a diputado federal priista por Xalapa urbano al haberse desempeñado meses atrás como Procurador de Justicia del estado, sobre todo en momentos críticos para la seguridad de Veracruz.

A su paso por dicha dependencia le tocó lidiar con varios pasajes considerados álgidos para la presente administración y que trajeron como consecuencia su relevo de dicho cargo. Tanto él como el candidato priista por el otro distrito de Xalapa rural fueron señalados directamente de contar con una imagen manchada producto del tema de la inseguridad en Veracruz.

A su derrota se le suma el no haber podido resolver casos sensibles y muy significativos para la ciudadanía de la capital del estado, desde la desaparición de varias jovencitas menores de edad hasta la trágica muerte de una compañera reportera y digna representante del gremio periodístico que enlutó a lo medios estatales y nacionales.

Me parece que hubo temor de enfrentar los temas relacionados con la inseguridad que se vive no sólo en el estado sino en todo el país, en varios casos se prefirió recurrir a la retórica y evadirlo por completo; también que prácticamente nadie salió a destacar, a capitalizar o, digamos, al menos a tratar de reivindicar el enorme esfuerzo y sobre todo la valentía que tuvo el gobernador Duarte para romper con ciertas inercias del pasado y confrontar a los grupos delictivos, para lo cual decidió solicitar el apoyo de las fuerzas federales.

Ningún candidato priista tuvo la visión, quizá les ganó el temor, el desconocimiento del tema, a lo mejor los estrategas de cabecera decidieron que no era conveniente ni siquiera arrimarse a la palabra, al término, con ideas o propuestas concretas, abandonando a las fuerzas de seguridad estatales y su esfuerzo. Porque si bien hay conflictos, también hay aciertos. El resultado de ese posible temor ha costado la derrota.

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