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Sección: V?a Correo Electr?nico

¿Fin a la cuota del lunch, la gorra y el mandil?

Arturo Reyes Gonz?lez Xalapa, Ver. 13/03/2012

alcalorpolitico.com

Lo acontecido con la hoy candidata presidencial panista, Josefina Vázquez Mota, y el semi vacío de las gradas del “estadio Azul” en la ciudad de México el domingo pasado, donde tomó protesta formal como abanderada de Acción Nacional, envío, me parece, a todas luces, una muy mala señal de su parte previo al inicio formal de las campañas electorales.

Que si bien es cierto que todavía no es el arranque ni tampoco el último evento y todavía hay tiempo de afinar, sí siembra dudas acerca de lo que Josefina y su equipo podrán realizar y alcanzar.

Estamos a 18 días de que la batalla comience y cuando algunos ya pensábamos que los bunkers, los equipos y las estrategias estaban más que definidas, los panistas nos dan una clara muestra de que no es así y que falta mucho, quizá demasiado, por concretar.

Respecto a su equipo de campaña, hasta ahora complementado por imposiciones y herencias, armado con el aval y con representantes de otras corrientes azules, mosaico de expresiones panistas porque la candidata debe ser incluyente si quiere sumar y ganar, no fue capaz, en lo absoluto, de reflejar lo que a través de algunas señales y mensajes nos han hecho pensar que será la punta de lanza de su campaña: el tema de la familia y sus bondades.

Y es que si Josefina cree en ese concepto y quiere proyectarlo, el hecho de que sus operadores tuvieran a las familias, en su día libre, familiar, desde temprana hora esperándola, en nada ayuda a pensar que así será. Simplemente fue más de lo mismo, igual que todos.

Hablé con un amigo panista que estuvo desde temprano en el estadio y me confirmó que hubo gente de estados circunvecinos que llegaron a la capital del país desde las ocho de la mañana, al menos a las afueras del inmueble, al estacionamiento.

En el contexto del mal cálculo del tiempo de espera y de la intensidad del sol, hay dos factores que me llaman la atención: uno, lo poco, muy poco que debió significar el “gancho” con que los simpatizantes, adherentes o ciudadanos fueron embaucados para dejarse llevar a llenar el estadio azul. Y dos, la decisión de ellos de romper con el esquema de mando y obediencia, de levantarse de su asiento y retirarse valiéndoles si la candidata estaba hablando, llorando, gritando, prometiendo o hasta confesando algo.

No, el mensaje debió ser hueco, vacío, no tuvo elementos de significación alguna y nada importó. La gente se dio la vuelta y se retiró. Así de simple.

¿El retiro de la gente, cansada del clima y la tardanza, es además un mensaje ciudadano, una lección, un llamado a tiempo para los partidos?

¿Será que algunos, muchos, están decididos a terminar por fin con la cuota del lunch, la gorra y el mandil, aparte de las despensas y las colchonetas?

¿Que ya decidieron que su participación, su voto, su tiempo y el respeto a sus personas valen mucho más que esas pequeñeces?

Ojalá así sea.

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