Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Vía Correo Electrónico

“Mi 68”; la matanza que cimbró a México

Aún después de los hechos del 2 octubre, líderes estudiantiles de todo el país sufrieron persecución

Dr. Josué Cortés Zárate* 12/10/2018

alcalorpolitico.com

Cumplo años los 5 de septiembre, por lo que ya el 2 de octubre del 1968 tenía 15 años de edad. Recuerdo que un día de ese año, no puedo precisar la fecha, ni la hora (pero era de día), me mandó mi madre por carne a la Carnicería “Techacapa” (esq. Landero y Coss con Xalapeños Ilustres); y al bajar Xalapeños Ilustres atrajo toda mi atención lo que sucedía a unos pasos, a unos cuantos metros de mí, estaba llegando un contingente silencioso de una manifestación a quienes ya esperaban soldados cerrándoles el paso (para los jóvenes les comento que el cuartel militar en esa época estaba en lo que ahora es conocido como el cuartel de policía de San José).

Los manifestantes en la vanguardia al llegar al bloqueo de los soldados, con señas invitaron a sentarse a todos los participantes de la marcha en el pavimento, en completo silencio. El silencio sin duda es más impactante que las ruidosas consignas. No sé cuánto tiempo pasé observando a los manifestantes muchos con ropas coloridas y/o pelo largo. No sé si llegué a mi casa con la carne que me encargaron, lo que sí recuerdo es que llegué a mi casa impresionado, impactado, pues tenía alguna idea de que en nuestro país estaba pasando algo muy grande y lo que acababa de presenciar era evidencia de ello.

Esa escena que guardo todavía en mi memoria, la de los manifestantes sentados pacíficamente vigilados por los soldados, y claro los acontecimientos del 2 de octubre me marcaron de por vida. Después de la matanza del 2 de octubre el país se cimbró y nunca volvió México a ser igual, este movimiento cambió las vidas de muchas personas, claro de las que estuvieron de lleno en el movimiento, pero de las siguientes generaciones también, pues queríamos o queremos darle continuidad a la transformación política y social que se inició con el movimiento del 68.



Hasta la fecha sigo buscando información que me ayude a entender el movimiento en su carácter global ya que en muchas ciudades del mundo hubo protestas ese año. En México hubo un desborde de ciudadanos jóvenes y viejos luchando por un país más justo y democrático, con mayores libertades políticas y sociales. Hoy a 50 años del 2 de octubre, creo que lamentablemente hemos dado uno o varios pasos atrás y hemos traicionado la esencia del movimiento. Fin de la PARTE I Mi 68: Parte II y última (Publicado el 4 de octubre del 2018 en mi FB: Dr. Josué Cortés Zárate).

Después del 2 de octubre del 68

Para entender la época, hay que tomar en cuenta que había en el país pocas televisiones, no había Internet ni redes sociales, lo diarios eran prácticamente todos oficialistas. Si nos llegaban noticias, eran las del gobierno, las de su partido, las que convenían.



En el contexto internacional debemos mencionar la guerra de Vietnam, la guerra fría entre las dos potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética y los movimientos estudiantiles en diferentes ciudades del mundo.

Con miedo, pero la sociedad civil se levantó y se reorganizó de muy diversas maneras después del 2 de octubre, muy lentamente incluso a veces de manera secreta, clandestina, pues había quedado claro que el Estado no toleraría ninguna acción ciudadana fuera de su control, mucho menos de la “peligrosa” juventud estudiantil.

Para disminuir la tensión social inicia el presidente Luis Echeverría un acercamiento con líderes estudiantiles llegando en sus giras con grandes regalos para las escuelas (camiones, equipos, laboratorios, etc.) y becas al extranjero, recuerden que CONACYT surge en 1970.



Los estudiantes de México se dividían por sus intereses en dos grandes vertientes después del 68: los independientes (revoltosos, o subversivos, “jipiosos”, como un servidor) vinculados a toda clase de luchas populares y los que buscaban un lugar en las juventudes priístas (adivinen de qué lado estaba AMLO que hasta un himno les compuso cuando fue su dirigente), y los beneficios a que podían aspirar por ello, que por cierto eran muchos, este era el comportamiento “normal”, “inteligente” si quería uno ser “alguien” en nuestro país.

Llegó el momento de irme a estudiar a Orizaba en la Facultad de Ciencias Químicas, donde me empecé a involucrar en actividades culturales, así se le llamaba a todo lo que no era oficial como las mesas directivas vinculadas al PRI), y con 2 compañeros más, integramos un grupo cultural que editaba un periódico y organizaba eventos artísticos de protesta (así se les llamaba).

La facultad estaba muy politizada, por el sismo político que representó el 68, había asambleas plenarias de estudiantes, ejercicios muy interesantes en donde participábamos todos los estudiantes a puerta cerrada para tomar decisiones colectivas sin la autoridad presente, pero finalmente eran expresiones del partido oficial y de jóvenes líderes que aspiraban a ser presidentes de la mesa directiva e integrarse a la política en algún momento para ocupar cargos en el gobierno o para obtener una plaza en PEMEX.



Como con nuestro grupo no teníamos realmente cabida como expresión estudiantil independiente en la facultad, incursionamos en la política de la región Córdoba-Orizaba, formando una organización estudiantil, que integraba algunas secundarias, bachilleratos y a un grupo disidente de la mesa directiva del Tecnológico de Orizaba.

Siendo una región industrial era natural que tuviéramos contacto con algún movimiento obrero, pero lo que radicalizó más nuestra participación fueron los movimientos sociales junto a campesinos de la Sierra de Zongolica.

En ese contexto creo que llevamos a cabo la primera manifestación conjunta estudiantes, obreros y campesinos en el centro del pueblo de Zongolica. Y vivimos para contarlo. Recuerdo también con afecto, la participación de los estudiantes de la normal rural de Los Reyes (ubicada entre Orizaba y Zongolica).



Entre las personas interesantes que conocí en esa época fue un líder carismático de Orizaba y que en ese entonces era estudiante de Ciencias Políticas de la UNAM con quien realizamos entre otras actividades: poesía coral y puestas en escena de obras de contenido político. Con él iniciamos lecturas muy interesantes y prohibidas para la época: por ejemplo, Bertrand Russell, Karl Marx y de los educadores Makárenko y Paulo Freire.

Ya no era el 68, pero muchos jóvenes llevamos con responsabilidad y compromiso, de generación en generación, el legado del 68. Como líderes estudiantiles fuera del sistema, sufrimos de persecución, siempre vigilados por agentes del gobierno, disuadidos muchas veces para “institucionalizarnos” y pues claro hubo algunos reprimidos.

En mi caso, ocuparon a directivos de la facultad para intentar convencernos de no continuar con nuestro activismo político, presionaron a familiares y amigos con mensajes intimidatorios, el envío de emisarios de gobierno a “ablandarnos” y claro los porros, sobre todo del Tecnológico de Orizaba, tratando de tomar el control de nuestro grupo político estudiantil. El resto es para contarse, pero ya no sé si lo quiera hacer por esta vía.



En conclusión, el cómo influyó el movimiento del 68 en lo que ahora soy, queda claro en mi lema de aspirante a la rectoría de la Universidad Veracruzana en el proceso de designación rectoral 2017: #UniversidadEsCompromisoSocial


* Investigador de la Universidad Veracruzana