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Sección: V?a Correo Electr?nico

Espacio Ciudadano

¿Qué le pasará al IPE?

Jorge E. Lara de la Fraga 23/01/2013

alcalorpolitico.com

“Uno crece cuando enfrenta al invierno aunque pierda las hojas y proyecta además lo que puede ser el porvenir…”

Hace unos días periódicos nacionales aludían a la incertidumbre que se palpa en los sistemas pensionarios de algunas entidades del país; hacían referencia específica a la problemática existente en Nuevo León, Tlaxcala, Colima, Jalisco, Baja California, Estado de México, Aguascalientes, Tamaulipas, Chihuahua y Veracruz. Por cuanto a nuestro feudo, se expresaba: “En Veracruz, el Instituto de Pensiones del Estado (IPE) que atiende a más de 118 mil 302 derechohabientes, tiene un déficit millonario por un préstamo otorgado a la administración estatal pasada…” Sobre el particular, lo cual es del conocimiento público, la Copipev no se ha cruzado de brazos y ha solicitado a las autoridades superiores que se efectúe una investigación, evaluación y transformación a fondo de ese organismo solidario. A manera de apunte, el 28 de agosto de 2012 la Coalición aludida planteó la necesidad de asegurar la viabilidad del IPE bajo los principios de preservar el modelo solidario, de garantizar transparencia y rendición de cuentas y de profesionalizar y democratizar los órganos de gobierno del Instituto.

Los jubilados, pensionados y amplios sectores de trabajadores que cotizan en el IPE observan con preocupación la ausencia de respuesta del gobierno estatal sobre el asunto candente de las pensiones; se configuran rumores en el sentido de que puede acontecer un “albazo legislativo” y ponerse en operación, de manera unilateral, una normatividad y una estructura técnico – administrativa que lesione a los derechohabientes en lo general, sin tomar en consideración las propuestas y puntualizaciones de los interesados. La Copipev ha sido insistente al respecto; entre otras cosas ha externado por la vía escrita que las autoridades locales procedan con visión de futuro, con propuestas de largo alcance, que no se aterrice la resolución en meros remiendos o en afeites cosméticos, sino que la reestructuración del Instituto se enfoque a cuestiones de fondo, a efecto de superar deficiencias del orden estructural. Ha manifestado además que “el proceso de rescate será complejo y necesitará de la participación concertada de todos los involucrados y también de expertos en el tema…”

En un cuaderno de trabajo la Coalición de pensionistas asevera: “Los sistemas como el IPE comprometieron a las nuevas generaciones en un pacto de solidaridad que está en inminente peligro de no tener reciprocidad. En otras palabras, esas nuevas generaciones de trabajadores no tienen aseguradas sus pensiones en los términos pactados, de no tomarse medidas radicales e inmediatas…” Es un hecho que a lo largo del camino, en el IPE se han cometido errores y omisiones; se han dejado de lado las normas y ha imperado la connivencia del poder político – sindical, así como la complicidad pasiva de los trabajadores. Tal estructura ya no aguanta más y tendrán que sobrevenir los necesarios cambios. Es la hora de las decisiones con sensibilidad política e inteligente.

El 17 de enero de este 2013 hubo una reunión plural de jubilados en la ciudad y puerto de Veracruz; estuvieron presentes representantes de diferentes regiones y localidades de la entidad jarocha. Ahí se habló largo y tendido sobre la crisis pensionaria, se proyectaron actividades a realizar y se lograron acuerdos preliminares. Se vertió asimismo la inquietud de que la reforma laboral y la reforma educativa, planteadas por el gobierno federal, pudieran acelerar la problemática de las pensiones y obligar a medidas emergentes. Ante ello, se juzgó prudente solicitar a la máxima autoridad gubernamental el establecimiento de mesas de análisis y negociación, donde todas las representaciones existentes manifiesten sus propuestas ante instancias oficiales acreditadas, con capacidad de decisión. No hay de otra, las autoridades respectivas deben tomar al toro por los cuernos y “poner a disponibilidad sus cartas sobre la mesa”, a fin de arribar a soluciones consensuadas sobre el complejo asunto.

No quiero dejar en el tintero ideas que se plantearon en ese evento referido del puerto de Veracruz. Se dejó consignado que mientras no acontezca la reestructuración pertinente, resulta necesario que prevalezca una política de plena transparencia, que se apliquen medidas que reduzcan el deterioro financiero del organismo, que se salden las deudas del gobierno con el Instituto, que se efectúe la entrega automática de aportaciones de los trabajadores y de los patrones y se retome el espíritu del artículo 114 de la Ley del IPE (2007), que reza: “En ningún caso ni por autoridad alguna se podrá disponer de los fondos del IPE, ni siquiera a título de préstamo reintegrable…”