¿Quién quiere ver el debate?

A ver, a ver, a ver señores candidatos, Presidencia de la República y consejero presidente del Instituto Federal Electoral, don Leonardo Valdés Zurita (mera cortesía lo del don). ¿Por qué su molestia en contra de Tv Azteca y su dueño, Ricardo Salinas Pliego, por ofrecer a los mexicanos un partido de fútbol de la liguilla del actual torneo nacional? ¡Ah, porque coincide con su debate electoral! Caray, qué pena.

Para empezar, no se trata de un Barcelona vs Chelsea, de un Real Madrid vs Munich, mucho menos de un América contra las Chivas del Guadalajara, no, ni de un Cruz Azul vs aguiluchos de Coapa y tampoco de un Rayados del Monterrey vs Tigres de la Universidad de Nuevo León; y ya no se diga la final del torneo, ¡noooo!, ¡para nada!

Ojo señores y señoras aficionadas a este deporte, no por eso resto mérito a sus equipos –mencionados o no– que lograron estar en la fiesta de la liguilla.

Después: ¿De qué se quejan? Una vez más, de que coincide con el horario del debate que van a protagonizar Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador, Gabriel Quadri y Enrique Peña. Ajá, ¿y?

¿Que es por esa razón que muchos miles de mexicanos no los van a ver por televisión? Pena debería darles que la gente pueda preferir un partido de fútbol, a su “lucha” por descontar puntos al contrario, en un evento al que ellos mismos se han referido en distintas ocasiones sin que logren atraer la atención de los electores.

Esto es, han tenido –y van a tener– cientos de minutos en radio y televisión, mítines, eventos, entrevistas, espacios en distintos medios de comunicación masiva, ¿y se quejan de que los ciudadanos no los vayan a ver en la batalla por denostar al oponente electoral?

Han contado ya con suficientes oportunidades de promover y ofertar sus propuestas, ¿cuáles? ese es otro punto, pero la idea es que han desaprovechado su tiempo y hoy algunos (candidatos) quieren que los vean encarar en persona al candidato puntero para ver si así los televidentes que sufragan les brindan su simpatía y sobre todo su voto.

Pero, además, señores y señora candidatos: más allá del deber ciudadano, de la cultura cívica y política, de la magnifica oportunidad que nos brindarán de escucharlos, en pocas palabras y para no darle tanta vuelta al asunto, el gran problema es que no despiertan el interés de los ciudadanos y electores.

Hoy es un partido de fútbol. Estoy seguro que si no fuera el caso estarían quejándose del final de la novela de moda, del concierto del adiós de Chente Fernández, de la “premiere” de la película de Harry Potter, de Avatar, del capítulo de “pequeños Gigantes”, etcétera, etcétera, etcétera.

Así es que más pena profesional y electoral debería de darles porque ni el morbo que puedan generar previo al debate es capaz de superar el interés por el partido de fútbol que hoy se espera les reste una significativa dosis de atención. Lo tienen muy claro, lo saben y por eso su molestia.

En lo personal no considero que el debate vaya a ser definitivo ni tan siquiera se acerca a ser un factor capaz de cambiar el rumbo que hasta hoy marcan las encuestas. ¿Por qué? Porque lo que nos vengan a contar, lo malo de los otros, o ya tenemos idea o prácticamente lo sabíamos y sólo vienen a confirmarlo; por otro lado, no veo la actitud retadora y ganadora de parte de los protagonistas como para salir a noquear al puntero.

Es como si se tratase de un cartel anunciado como estelar de una pelea de boxeo de estos que están tan de moda y promueven ambas empresas televisivas cada fin de semana, aún sin ser experto, desde que ves el porte, el músculo, la pose y la mirada de quien va a contender, aunado a la trayectoria, sabes que se va a tratar de un buen espectáculo digno de ocupar nuestro tiempo y atención. ¿Qué haces en consecuencia?, ¡lo ves! Hoy, hoy no es el caso.