A más de una década del surgimiento de la plaga del coco, se comienza a recuperar el fruto

En los últimos cinco años la zona costera de Agua Dulce, ha recuperado la presencia de grandes palmeras de coco, luego de la plaga de amarillamiento letal que afectó el sureste veracruzano a principios de la década de los años noventa.

Las palmeras del denominado coco híbrido, el cual fue plantado como solución a la devastación causada por la plaga, al ser más fuerte genéticamente se ha adaptado de manera perfecta al entorno local.

Sin embargo los productores no encuentran en el coco la viabilidad comercial que representaba hace varios años, pues éste se vende en grandes cantidades en las costas tabasqueñas.

Invertir en actividades copreras resulta imposible para los dueños de las parcelas, quienes han enfocado sus terrenos a la cría de ganado, resultando mucho más rentable, aseguraron los propios habitantes del ejido Punta Gorda.

En algunas regiones afectadas por la plaga, se cultivaron miles de palmas de aceite con fideicomisos gubernamentales, pero el precio de este producto cayó y dejó en la ruina a cientos de productores en la sierra de Soteapan, razón por la cual los dueños de los terrenos temen apostarle a nuevos cultivos.