A un año de enfermar del síndrome de Guillain-Barré, Abel recobró la movilidad en todo su cuerpo

Desesperación, tristeza, ganas de no seguir viviendo, entre otros muchos sentimientos, son los que Abel Romero López experimentó cuando enfermó de Guillain-Barré. Hoy, después más de un año de haber desarrollado la enfermedad, recobró la movilidad y aunque con las secuelas que deja el mal puede hacer su vida lo más apegada a la normalidad. Se recuperó en el Centro de Rehabilitación Integral de Orizaba (CRIO).

Joven de 24 años, originario del municipio de Atzacan, con muchos sueños por realizar, tuvo que dejar sus estudios, cuando una infección respiratoria lo atacó y después el síndrome “no podía mover ni un solo dedo, no podía hacer nada, pero ahora requiero recuperar para volver a la vida normal. A mí se me paralizó desde los dedos de los pies hasta la cabeza, fue una situación muy difícil, es doloroso, sin poder respirar, evacuar, sin mover nada de tu cuerpo, los huesos sientes que se van a romper”.

Abel relató que inició con gripe, tos, dolor de cabeza, fiebre de 45 grados y debilidad. Él fue atendido en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social, ahí le dijeron que el mayor tratamiento era la rehabilitación “estuve cinco meses paralizado por completo, casi no podía hablar ni abrir los ojos, quedé como un trapo u objeto, mi mente nunca se afectó, pero la movilidad sí”.

El vivir esta experiencia, dijo que le cambió la vida pues ahora puede entender de una mejor forma lo que es la discapacidad, “quiero decir a las personas que si les llega a dar esta enfermedad, que hay esperanza, con mucho esfuerzo claro, pero uno puede recuperar la movilidad, yo les digo que no se desesperen que le echen ganas”.