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Sección: Estado de Veracruz

Las palabras de la ley

Administración Pública Municipal y SP

Salvador Martínez y Martínez Xalapa, Ver. 19/09/2018

alcalorpolitico.com

El H. Ayuntamiento Constitucional de Coatepec, Veracruz, a través de la Dirección de Gobernación y participación ciudadana, en coordinación con el Comité de Contraloría Ciudadana de Coatepec y Reconstruyendo Acciones por México A.C., está circulando invitaciones para el Conversatorio sobre Administración Pública Municipal y la Seguridad pública, el cual se llevará a cabo el viernes 28 de septiembre a las 10 horas, en la Sala “Francisca García Batle” (Pacona) ubicada en los altos del Palacio Municipal.

Participarán en el evento cuatro representantes de las profesiones jurídicas: Diego A. Hernández Alonso, Héctor Peredo Salazar, Isaías Cruz Luna y Salvador Martínez y Martínez; todos ellos bajo la conducción y moderación de Manlio Fabio Casarín León.

¿Un grupo de abogados conversando sobre Administración Pública Municipal? En nuestros días parece un tema olvidado el hecho de que en las profesiones jurídicas podemos distinguir dos grandes agrupaciones: una, de tipo administrativo, cuyos representantes más conocidos son los notarios y los asesores jurídicos de empresas públicas y privadas; y, otra, de tipo coactivo, en la que encontramos jueces, fiscales, abogados.



Estos dos grandes grupos convienen entre sí en su misión de servir a la sociedad, coadyuvando directamente al cumplimiento o aplicación de la ley (en la médula misma de la administración pública se encuentra la aplicación de la ley). Se distinguen en que las unas —las de tipo administrativo— procuran la existencia y el mantenimiento de los derechos del ciudadano dentro de una legalidad legítimamente constituida; las otras, en cambio, de tipo coactivo, velan por la eficacia de esa legalidad o la restituyen allí en donde la maldad o la torpeza de ciudadanas o ciudadanos la hayan destruido.

La “H” que precede a la expresión <<Ayuntamiento Constitucional>>, como es sabido por todos, resulta ser abreviatura de honorable y esta palabra alude a lo que es digno y merece ser honrado y respetado. En los días que corren se debe alentar a los Ayuntamientos que andan en busca de esa “su” honorabilidad, pues diversas administraciones la extraviaron en el camino. El evento al que se nos invita es un acto constructivo en el campo de la participación ciudadana y dentro de un tema tan espinoso como preocupante, que es la llamada “seguridad pública”.

Sin rodeos, la ciudadanía vive y sufre el problema de que el adecuado desarrollo de las tareas fundamentales del Estado parece encontrarse rebasado por dos factores que se han posicionado como el punto débil de un gobierno que no se ha encontrado en la posibilidad real de enfrentarlos con éxito, a saber: la fragilidad de los cimientos económicos que sostienen al país, y la inseguridad resultante de la actuación del crimen organizado, pero, sobre todo, del crimen desorganizado.



Hay quien ha señalado que “Podría parecer en principio que a los ciudadanos no nos queda más remedio que apretarnos el cinturón, seguir trabajando –como podamos–, mantenernos alerta, cuidar a los nuestros y a nuestros bienes, escondernos de los delincuentes que actúan cada vez con mayor impunidad, y tratar de evadirnos del fuego cruzado tanto entre las bandas del crimen organizado [y las acciones del crimen desorganizado, agregamos], como entre éstas con las fuerzas policiales –federales, estatales y municipales– prestas a combatirlas.” (Ramón Galindo Noriega).

Aunque podría ponerse en tela de juicio la “prestancia” de todas las policías, lo cierto es que el aumento de las policías sólo produce un estado de terror. Amén de que ya no hay de donde jalar más policías. En palabras del mismo autor: “Este asalto de preocupación paranoica no es gratuita: el dinero cada vez es menos y la seguridad se desmorona entre los dedos. Quien se atreve hoy a menospreciar la rabia ciudadana provocada por estas incertidumbres, desconoce la vida de millones de mexicanos en sus propias comunidades. Ahí, en las comunidades, es donde se padece con mayor agudeza el estruendoso desgarre de un modelo económico que ha enviado al patíbulo a la supuesta piedra angular y primigenia del Estado: la institución municipal.”

La expansión de las leyes penales no remedió nada. Ésta consiste en que todo conflicto y cualquier conflicto se convierte en delito y el endurecimiento de las penas —hasta una subrepticia pena de muerte— cuya única función es “hacer sufrir” (Alejandro Alagia). Hoy, la expansión de las leyes penales ya tiene una respuesta y el clamor de algunas personas ahora es “mano dura contra el castigo”, “tolerancia cero al castigo”. Nuestra postura se adhiere a la de aquellos que afirman que no deben existir delitos inventados y que, ni modo, se deje pasar la pena cuando, sin lugar para duda, y ante un tribunal debidamente constituido, con un debido proceso, se compruebe que un sujeto realizó una conducta típicamente delictiva, contraria a derecho y culpable.



Marisol Luna Leal, distinguida jurista y académica de la Universidad Veracruzana, escribió sobre La necesidad de gobiernos eficaces y eficientes. Una mirada al municipio veracruzano. Alguien nos explicó que la palabra eficacia, sencillamente dicho, significa: hacer las cosas bien; y que la palabra eficiencia, también con palabras sencillas, quiere decir: dejar contenta a la gente (a la clientela).

El estudio de Marisol permite entrever que la administración pública municipal sufre una asfixia legal (un exceso de leyes, que van desde el Artículo 115 de la Constitución Política de México, las leyes orgánicas del Municipio libre de cada entidad federativa, un sinnúmero de leyes federales y locales que le son aplicables y, por supuesto, sus bandos de policía y buen gobierno). Salvador Valencia Carmona de plano dejó establecida la necesidad de un Derecho municipal. De aquí que no parezca equivocado que los abogados sean los primeros en hacer uso de la voz.

Concluyamos nuestro comentario refiriendo una de las conclusiones del estudio invocado: “Es necesario que haya democracia en el gobierno y eficacia en los servicios públicos. La democracia implica que no debe hacerse el mero gobierno desde arriba o desde afuera, sino con la participación de la comunidad, misma que requiere de mecanismos jurídicos idóneos para expresarse.”



De la seguridad pública está ocurriendo lo que pasó con el “chupacabras”, todo el mundo habla de ella, pero nadie la conoce. Aquello que se sufre es la inseguridad.

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