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Sección: Estado de Veracruz

Al producir “Jóvenes Zapateadores”, se cumplen sueños del bailarín Ernesto Luna

- La jarana y el fandango presentes en su vida desde niño

- Como bailarín profesional promueve, con su familia, el folklor veracruzano

Arturo Benjamín Pérez Xalapa, Ver. 27/09/2019

alcalorpolitico.com


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Los investigadores de las raíces del son coinciden que todo esto se aprende al vivirlo, esto lo reafirmo al charlar con el maestro Ernesto Luna, quien nos comparte que, desde pequeño, era uno más entre sus hermanos que cada sábado frente al río, se reunían alrededor de su padre mientras tocaba la jarana.

“Cada uno de mis hermanos mayores se integraba con los sonidos de sus jaranitas. Nosotros, como éramos los más pequeños, no hablábamos, nos acercábamos en silencio, porque eso de inmiscuirse en plática de adultos no lo permitían. Las señoras se acercaban y si había más gente, uno de mis hermanos hasta quitaba la puerta de la casa, que era de palma de yagüa; la tiraba atrás de los señores que ya tocaban sus jaranas en lo que era el inicio del fandango”, afirma.

“De lunes a viernes, nuestra vida era ir a la milpa. Pero los sábados, era testigo de esa convivencia con los vecinos. Ya cuando sonaban las jaranas, las señoras que habían llegado, se subían a unas tarimas de palma y se armaba el fandango”, recuerda.



Oriundo de Casas Viejas, población asentada a la orilla de la ribera del río San Juan, cerca de Tlacotalpan, ya a los cuatro años el pequeño Ernesto andaba laborando en el campo. “Mi padre nos llevaba a la milpa, ya fuera a la siembra, a la cosecha, a la ordeña, al corte de caña, desde los cuatro años yo iba”, añade.

Ernesto Luna llegó a Xalapa en 1978, impulsado por su madre Mamalena, quien como maestra dio clases y formó a muchas generaciones en la Casa de la Cultura de Tlacotalpan. Él fue de los afortunados en ser becado por la Universidad Veracruzana al bailar en el incipiente Ballet Folklórico que dirigía el maestro Miguel Vélez Arceo.

“Ahí hice mi vida, primero como becario, después un interinato y luego la plaza. Toda esa camada que ingresamos, hemos sido bendecidos por eso, porque en el mundo no tenemos una Universidad como esta, con su Unidad de Artes”, asevera.



En ese tiempo, el joven bailarín Ernesto Luna soñaba en tener su propia escuela de danza. “Cuando seamos grandes tendremos una universidad de educación artística, una compañía de música”. Y todo ese camino, se le ha cumplido.

Como artista maduro, tiene presente que no promoverá el "folklor escénico que tenemos y que hemos mamado por muchos años, que sea algo diferente". Es, en ese momento, que surge el proyecto de los jóvenes zapateadores.

Con el proyecto de “Jóvenes Zapateadores” y el grupo artístico “Son Luna”, ofrecen funciones, con apoyo del programa México en Escena, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA).



“Tenemos cuatro años beneficiados con este proyecto y lo importante es que los jóvenes que bailan en la compañía reciben un recurso del FONCA. Creemos que estamos haciendo líderes de escena, en nuestra licenciatura de educación artística, por eso exhortamos a los jóvenes a que no bailen o toquen gratis”, comenta.

Los días 1° y 2 de octubre, presentan este espectáculo de “¡Vívelo!”, a cargo de “Jóvenes Zapateadores”, en el Teatro J. J. Herrera, con Blanca Ramírez, como directora general; Nora García, en relaciones públicas, iluminación y audio; Ernesto Luna, coreógrafo, director del grupo; así como los asistentes Nancy Luna Ramírez y Ángel Mercado.

“Cuando estás en escena, te sientes transportado, extasiado con lo que haces, se da la empatía con el público. Eso es lo que buscamos encontrar. No sólo presentarse, terminar de bailar y que el público aplauda y ‘tan tan’. No, eso no, ya el público en México está educado, al terminar una pieza aplaude”, menciona.