Aunque el alcalde de Nogales, Antonio Bonilla Arriaga, hizo el compromiso de dragar al cien por ciento las presas retenedoras de sólidos ubicadas en el margen del río “Chiquito”, Ricardo Rodríguez Demeneghi, encargado del programa
Salvemos al Pico de Orizaba, lo desmintió tras recorrer la barranca “El Infiernillo” y exhibir que no se dragaron ni al 10 por ciento, por lo cual existe un riesgo para pobladores de la zona baja.
Por ello, la única posibilidad real de resguardar a civiles ante un fenómeno de “barrancada” será la alerta que haga en tiempo y forma personal que monitorea en Base 3000 y Base Chinela, en las faldas del volcán Pico de Orizaba y que de acuerdo con la experiencia se dispondría una hora para evacuar zonas urbanas en Ciudad Mendoza y Nogales.
En entrevista, Rodríguez Demeneghi recordó que “El Infiernillo” es la experiencia de un trágico suceso que costó la vida de muchas personas en la cuenca baja del río a finales del año 2003, primero por el arrastre de piedras y el desbordamiento del río en tres municipios y en segunda, por la explosión de los ductos de PEMEX que afectó de manera directa a familias de la comunidad “Balastrera”.
“En su momento la Comisión Nacional del Agua, el Gobierno Federal a través de Protección Civil y PEMEX, construyeron estas presas que tienen la finalidad de detener el agua, pero sabemos que esta va corriendo con piedras y lodo, por eso baja turbia y las presas se llenan de sedimentos. Es el mismo caso que tenemos en la presa hidroeléctrica de Tuxpango que está funcionando al 10 por ciento, porque ya está operando con sedimentos”, indicó.
“Tuvimos la semana pasada una práctica con el encargado de Protección Civil, fuimos a hacer un recorrido y las presas fueron limpiadas en menos del 10 por ciento. Hay un riesgo y esperemos que el monitoreo que realizan en las partes altas dé tiempo suficiente para poder evacuar las comunidades de la zona baja en caso de una emergencia”, conluyó