Alumnos, padres de familia y profesores deben saber reaccionar ante hechos violentos

En materia de seguridad, la cultura de la prevención se ha fomentado en todos los órdenes sociales, de tal forma que las escuelas y centros educativos no son la excepción. Ante esto, la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha implementado el Manual de Seguridad Escolar en donde se destacan las formas en que deben actuar no sólo profesores sino padres de familia y alumnos.

Silvia Conde Flores, consultora de la SEP para el programa Escuela Segura, informó que actualmente este Manual de Seguridad Escolar sólo está disponible en su versión electrónica; sin embargo, a finales de este ciclo escolar se imprimirá para distribuirse en las escuelas del país.

Mencionó que esto implica un proceso de capacitación de los docentes para enfatizar la forma en que deben responder en casos de emergencia. Para la realización de este manual, intervinieron especialistas de estados como Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz, Nuevo León, Guerrero que han vivido situaciones de riesgo.

El manual incluye situaciones como qué hacer ante retenes de presuntos criminales en las inmediaciones de la escuela, ante un homicidio en el entorno escolar, ante la intromisión de un agresor a la escuela, así como ante el ingreso de alumnos o personas armados al plantel.

También incluye casos como ante amenazas y extorsión, riesgo de presencia de explosivos en la escuela, y ante la presencia o consumo de drogas en el entorno escolar.

Al final de cada situación de riesgo, se plantean recomendaciones para convertir las crisis en experiencias de aprendizaje. Destaca el capítulo que presenta una serie de herramientas complementarias para identificar problemas de inseguridad, elaborar mapas de riesgo, recomendaciones para mantener la calma y tomar el control de la situación. También para la construcción de redes locales de protección, así como la importancia de la coordinación interinstitucional.

El manual indica que para proteger a los alumnos, el personal debe sentirse protegido, estar en equilibrio, manejar sus emociones y recibir apoyo de especialistas, en caso de haber sufrido eventos de violencia que le hayan dejado alguna secuela.

De ahí la importancia que después de una situación de riesgo, se recomienda que, cuando regrese la calma, los maestros tengan una reunión de evaluación, en un ambiente cálido, humano, en el que comenten cómo se sintieron, qué falló, qué harían mejor y qué se hizo bien.

Esto debido a que la reflexión luego de la crisis, permite afirmar y valorar el esfuerzo, compromiso del personal, así como reconocer que hay circunstancias que con frecuencia rebasa y marca a quienes las experimentan.

De esta forma el plantel educativo se prepara para enfrentar una eventual crisis de seguridad, ya que se identifican los riesgos potenciales; se definen las estrategias y procedimientos para reaccionar de manera asertiva en caso de crisis.

En el manual se enfatiza que el escenario de muchas ciudades del país ha cambiado ya que se ha hecho más evidente la presencia del Ejército, Marina y diversos cuerpos policiacos, fuertemente armados. Esto tranquiliza a muchas personas, pero intimida y atemoriza a otras.

Los niños y niñas se confunden al ver armados a quienes los protegen y a quienes los ponen en riesgo. De ahí que las acciones que realice la escuela en el marco de la seguridad escolar ayudarán a la población a comprender que el Estado es el único que puede usar legítimamente la fuerza y que debe hacerlo para proteger a la población. Al complementar estas acciones con el cumplimiento del deber, se puede mejorar la confianza en las instituciones y la gobernabilidad.

Si desea consultar este material puede acceder al link http://basica.sep.gob.mx/escuelasegura/pdf/guias/manualSeguridad.pdf