Ante FGE, Rosío Córdova admitió que su investigación sobre secuestros no es comprobable

Se desdice Rosío Córdova en su declaración ante las autoridades estatales, pues la académica dejó en claro que no tiene conocimiento de si las 9 personas de la comunidad universitaria que mencionó como desaparecidas, aún lo están; toda vez que ese dato fue resultado de encuestas anónimas y sin números precisos, ya que no se puntualiza si el hecho fue hace varios años o en la actualidad.

La muestra sistemática y estratificada con la que se realizó el primer corte de la encuesta: “Contexto y perfección de las violencias en Veracruz”, se realizó al 10 por ciento de la población universitaria, pero no existen datos certeros al respecto, expuso la investigadora de la Universidad Veracruzana (UV), María Esperanza del Rosío Córdova Plaza, durante su declaración ante la Fiscalía General del Estado (FGE).

Según los datos recabados de la declaración, Rosío Córdova expuso que los resultados de algunos delitos fueron expresados de forma anónima por los encuestados, quienes eran personal estudiantil, administrativo y académico de la UV.



Declaró que de los datos procesados resultó que 27 personas manifestaron sufrir delitos de secuestro, secuestro exprés y "levantón".

“Es importante recalcar que la respuesta fue desde la persona que responde ‘EGO’ (persona encuestada); por lo que es evidente que ya no sufría este delito”.

Sin embargo y sobre las 9 personas de la comunidad que supuestamente se encontraban desaparecidas, la investigadora señaló en su declaración que “fue a lo largo de varios años, sin tener el dato preciso en este momento”. Agregó que no tiene más datos al respecto.



“Manifiesto desconocer a quiénes y dónde han sido objeto de estos delitos mencionados con anterioridad”.

La investigadora también explicó que las encuestas que se realizaron son anónimas, se aplicó el método cuantitativo y se les hicieron preguntas como: ¿has sufrido extorsión, robo, agresión sexual u otros?, con una respuesta de sí o no y si es dentro o fuera de los espacios universitarios.

“Lo único que buscamos es obtener resultados estadísticos, más no preguntamos la forma en que pudieran haber ocurrido los delitos”, expuso.



También señaló que las encuestas se entregan en papel, por lo que las personas se encargan de realizar el llenado de la forma que crean correspondiente y unas vez obtenidas, lo único que se considera es cuántas personas han sufrido algún tipo de delito.

“Es de mencionar que de las 9 personas que mencioné que sufrieron desapariciones, desconozco si éstas aún se encuentran desaparecidas o ya aparecieron; así como las condiciones en que aparecieron”.

Recalcó que en la encuesta lo único que preguntan es si han sufrido los delitos antes mencionados, más no si continúan.



Por último, la investigadora puntualiza en su argumentación ante la FGE que su declaración en el evento académico en días pasados fue mal interpretado por los medios de comunicación, pues en ningún momento dijo que ese número de personas estuvieran actualmente desaparecidas.

Con la declaración de Rosío Córdova, queda claro que con la encuesta aplicada es imposible saber si la gente efectivamente desapareció (porque es anónima), ni tampoco si se encuentran desaparecidas.

Su información es no comprobable y por lo tanto, no se pueden considerar como datos duros debido a que se trata de una muestra de la comunidad universitaria elegida al azar, la replicación de la encuesta arrojaría datos distintos.



En su argumentación, la propia investigadora acepta que no sabe quiénes, cuándo o dónde habrían desaparecido las personas.

Resulta muy aventurado entregar cifras de este modo, puesto que con la pregunta: ¿Tienes algún compañero desaparecido?, si 9 responden que sí, no significa que hayan desaparecido 9 personas, pues puede ser que esas 9 conozcan a la misma.

Cabe destacar que el conocimiento científico es por definición comprobable y las cifras de esta encuesta no lo son, reconoció la propia investigadora en su declaración oficial ante las autoridades.