Luego de señalar que el país está atravesando por un momento de mucha desesperación y perplejidad, el escritor Juan Villoro consideró que la solución sería, de entrada, hacer un recuento de los votos porque eso restablecería la credibilidad de las instituciones electorales, permitiría tener una confianza mucho mejor en la elección y saber qué fue lo que pasó.
Entrevistado en el marco del homenaje a Sergio Pitol, Premio Cervantes 2005, Villoro dijo que la situación política que impera es muy complicada y nadie puede descifrarla y, además, ha dividido al país como nunca, en divisiones regionales, de clase, incluso, raciales; es un momento de mucha desesperación y donde muchos actores han participado de manera equivocada.
“El momento era histórico, pero realmente ha costado trabajo encontrar una vía que pueda ser la segura, que pueda ser la certera, creo que ahorita muchos estamos en la perplejidad.
“Quisiera creer que hay para el futuro un optimismo pacífico, de concordia, de justicia y democrático”, puntualizó.
Por eso, consideró que la solución sería de entrada ahora hacer un recuento de los votos porque eso restablecería la credibilidad de las instituciones electorales, permitiría tener una confianza mucho mejor en la elección y saber qué fue lo que pasó.
Asimismo, manifestó que la izquierda está en un camino muy complicado y posiblemente peligroso.
Destacó que él apostó por López Obrador porque cree que es el mejor candidato y que hay que combatir la desigualdad que es lo que nos está lacerando, y en ese sentido es lo mejor.
Ahora, indicó, esto hay que hacerlo en el marco de una lucha democrática, pacífica y con consenso.
Juan Villoro consideró que primero, lo importante, es limpiar la elección, y, sin ser triunfalista, dijo, se ganó mucho también.
“No hay que ser poquitero, ni conformista, ni triunfalista con poco, pero el PRD tiene la segunda fuerza en la Cámara, es mucho lo que se ha avanzado, al mismo tiempo, también la ciudad de México consolidó su fuerza de manera extraordinaria, hay un gran capital político que no se debe perder y lo que se debe hacer ahorita es construir y también reconocer errores”, puntualizó.
A su juicio, ha faltado autocrítica en la izquierda, eso es clarísimo, a pesar de que fue una contienda muy desigual, que fue una elección de Estado en cierto sentido y que fue una contienda animada por el miedo y por las calumnias. A pesar de todo eso, la contienda se pudo haber ganado y de eso, apuntó, está absolutamente convencido, aunque también reconoció que la izquierda cometió errores.
López Obrador, apuntó, debió haber estado en el primer debate; no estar ahí fue una afrenta para el diálogo; debió haber desactivado esta campaña del miedo estableciendo muchos más vínculos en diálogos con la sociedad civil más amplia que los de sus seguidores.
En ese sentido, cree que también la izquierda tiene que admitir errores, refundarse a sí misma y construir hacia el futuro. Ahora, indicó, si la estrategia va a ser una estrategia de transformar a través de un movimiento pacífico toda la sociedad y desconocer al actual gobierno, primero que nada eso se tiene que pactar, pues ahorita la cúpula del partido no lo puede decidir, de ahí que la idea de la Convención le parece importante.
Reconoció que mucha gente está muy preocupada y está abandonando la idea de que es un candidato viable, porque en cierta forma mucha gente ve que López Obrador se empieza a parecer a lo que decían sus enemigos, o sea, una persona que antes de que le cometan el agravio ya se está quejando.
Piensa, sin embargo, que hay una base moral legítima para pedir que se limpie la elección “pero me parece absurdo que se cierren las vías de comunicación de la ciudad de México con apoyo del gobierno de la ciudad, con nuestro dinero, que se le quite el trabajo a miles de personas pobres y que se indemnice a sus patrones, a los gerentes y a los dueños de los hoteles con dinero de los contribuyentes, todo eso es un sin sentido; es decir, esas medidas se tienen que hacer después de que consuma un agravio, tenía que ser después del 6 de septiembre, antes de que falle el Tribunal no se puede hacer”.
Por eso, ha sido una estrategia equivocada, al mismo tiempo pedir que el Tribunal actúe y descalificar de antemano su resultados, acusar sin pruebas seque están todos corrompidos, es posible que se trate de un fallo equivocado, pero tenemos que ir paso por paso, yo creo que eso es lo que la sensatez y la lógica demandan.
Dijo entender la “desesperación de todos nosotros porque tuvimos un sueño en el que trabajamos muchísimo y es terrible aceptar que has atravesado el mar a nado y que de pronto te ahogaste cuando estabas a unos metros de la orilla, es tremenda esa frustración, esa impotencia; además, en una contienda desigual y plagada de errores, pero bueno, limpiar esos errores es la primera asignatura, ir poco a poco.
Externó su temor es de que se está adelantando la idea del agravio antes de que se cometa y me preocupa más para el futuro que la izquierda exclusivamente lo único que haga, sea actuar a partir del agravio, no construir no proponer, no cambiar leyes.
Comentó que se que necesita una reforma política urgente, una segunda vuelta en las elecciones, acortar el plazo entre el fin de la justa y la toma de posesión, por ejemplo, y si sólo se va a estar actuando desde el agravio y la usurpación del triunfo va a ser terrible.
“Esa circunstancia pasa por la autocrítica y la reconstrucción democrática entre nosotros mismos, entre la gente que esperamos que la izquierda sea democrática, no caudillista y no sea mesiánica”.