Aplicarán prueba piloto con toxina botulínica en el CRIO de Orizaba

El Centro de Rehabilitación Integral de Orizaba, (CRIO), será modelo a nivel nacional y estatal del estudio, investigación y aplicación de la toxina botulínica, con el objetivo de que las personas que padecen algún tipo de discapacidad motora, puedan recobrar el movimiento que un día perdieron o que en su defecto nunca tuvieron, indicó el Director de este centro, Alberto Godoy Reyes.

Durante la visita que hiciera este día el doctor Francisco Aguilar Rebolledo, quien es investigador del Departamento de Neurología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS, y especialista en la aplicación e investigación de esta toxina con fines de mejorar la vida de este tipo de pacientes; el director del CRIO comentó que este médico tiene la finalidad de hacer un trabajo amplio con pacientes de la zona centro y que sean un gran número a quienes les alcance este beneficio.

Puntualizó que este día se les aplicó a una promedio de 25 pacientes esta toxina, que a más tardar en una semana empieza a dar resultados en cada uno de las personas de manera diferente, “hay casos que en una hora la persona empiezan a tener cambios radicales”.

Sobre el costo de esta, resaltó que el precio por unidad es de aproximadamente 4 mil 800 pesos, y cada paciente necesita diferente dosis, agregó que las personas a quienes se les aplica esta medicina, solo tiene que pagar como máximo el 50 por ciento del costo de la misma, pero hay ciertos casos en que la gente no tiene ningún recurso económico y se busca que no aporten nada, “hay una señora que no tiene lo más mínimo, ella está exenta, algunas pagarán menos dependiendo de la dosis que se necesite”.

Recordó que el secretario de Salud en el estado, Manuel Lila de Arce y el mismo gobernador Fidel Herrera, tiene conocimiento sobre este proyecto por lo cual este centro espera que ambos funcionarios, decidan lo más pronto posible apoyar esta labor. De igual forma señaló que este medicamento no está en el cuadro básico, lo cual lo hace más difícil para que pueda ser patrocinada por alguna institución o incluso hasta el gobierno.

Cabe hacer mención que este producto es líder en el tratamiento y prevención de líneas y arrugas de expresión facial, sobretodo en la frente, entrecejo, patas de gallo, arrugas de conejo en las paredes laterales de la nariz, labios y comisuras bucales. Se puede aplicar en hombres y mujeres de cualquier edad.

Y sobre su importancia médica se sabe que en la década de 1860, un cirujano inglés llamado William Little realizó la primera descripción médica de un extraño trastorno que atacaba a los niños en los primeros años de vida y que hacía que los músculos de sus piernas y brazos se mantuvieran rígidos.

El trastorno, que fue llamado enfermedad de Little durante muchos años, se conoce popularmente como parálisis cerebral. El cuadro clínico tiene la particularidad de que no se va a agravar y, potencialmente, puede mejorar a través de programas de terapia física u ocupacional, así como con la aplicación de ciertos medicamentos, entre ellos la toxina botulínica (sustancia elaborada por la bacteria Clostridium botulinum).