Buscan sustentabilidad en cafetales de Veracruz

Al dar a conocer el programa y objetivos del simposium “Hacia la sustentabilidad en agroecosistemas cafetaleros en el centro de Veracruz”, Robert Manson, investigador del Instituto Nacional de Ecología, informó que el consumo de café en nuestro país bajo de 800 a 500 gramos por individuo al año, en cambio somos el segundo mercado más grande en el mundo de Coca-cola después de Estados Unidos.

En conferencia de prensa, el especialista y responsable del evento, comentó que en el proyecto “Biocafé” que financia el CONACYT e INECOL, se analizaron 18 fincas de café de la región de Coatepec en donde se estudiaron12 grupos taxonómicos simultáneamente, es decir se investigaron insectos, vertebrados, plantas, hongos, suelos, temperatura y humedad para apoyar a los productores a diversificar sus productos y al mismo tiempo conservar el agroecosistema y los servicios ambientales que presta a la población.

El doctor del INECOL mencionó que en los dos días de trabajo, el próximo 25 y 26 de junio, habrá 14 mesas redondas en donde se expondrán los principales resultados del proyecto Biocafé y 4 conferencias magistrales con especialistas en la materia de Estados Unidos, Oaxaca, Chiapas y de la Universidad de Chapingo, como Susana Santamaría, Robert Rice, Laura Trujillo y Lorena Soto, en la que se esperan 300 participantes entre grupos de productores, autoridades y académicos.

Robert Manson dijo que el interés es evitar que los productores derriben cafetales para convertir en pastizales o cañales, porque las fincas con los manchones del bosque mesófilo de montaña ayudar más a conservar la biodiversidad, de las que se encuentran inventariadas mil 842 especies y además ayudar a los productores a certificar su café porque México es el productor número uno en café certificado del mundo y por los suelos y humedad, con poca inversión se puede producir café de calidad internacional.

Recordó que en Coatepec hace 20 años era reconocido entre los cuatro primeros sitios productores de café de calidad del mundo, junto con otras poblaciones de Jamaica y Etiopía, pero cuando las expectativas económicas del café redujeron con la desaparición del INMECAFÉ en la década de los noventa del siglo XX se quedaron a la deriva y comenzaron a convertirse en cosechadores de lo que malamente dan las fincas sin invertirles, de la cantidad que gasta un neoyorquino en una tasa de café mexicano sólo le toca al productor de la zona 5 por ciento.

Por último recordó que mientras en Brasil se consumen 4 kilogramos anuales de café por habitante y 10 en los países escandinavos, en México sólo 500 gramos, por lo que la meta es además de certificar el café, aumentar el consumo interno del país, porque las grandes tiendas extranjeras desplazan el café de calidad de la región por el de mala extranjero, en lugar de promover en los desayunos escolares el consumo de café con leche, como lo hacen en el país amazónico, en cambio se prefiere el consumo del refresco, que también tiene cafeína y que resulta más dañino y ha provocado muchos enfermos de diabetes.