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Sección: Vía Correo Electrónico

Cambio verdadero: esperanza y oportunidad, con participación y evaluación social permanentes

Rafael Arias Hernández 09/07/2018

alcalorpolitico.com

A 137 días, del inevitable adiós, con los resultados de la elección se avanza en una posible transición, que no sea más de lo mismo.

Bien por reconciliar y reorganizar en la pluralidad y la libertad. En diciembre se renuevan obligación oficial y responsabilidad social.

No va a ser fácil ni rápido, tampoco simple, sencillo y barato, pero hay que intentarlo, esa es la alternativa elegida por mandato popular.

En general, autoritarismo y nepotismo, fueron derrotados. Al respecto abundan y habrá innumerables explicaciones y opiniones periodísticas; de ellas, sencilla, clara y directa, sobresale la del maestro José Pablo Robles, cuya lectura es recomendable para políticos y ciudadanos en general.

Se confirma que la generalidad de las encuestas tenía razón, MORENA triunfa abrumadoramente, en la mayoría de las elecciones convocadas.



Andrés Manuel en el país, Cuitláhuac en el Estado y en general todos los electos, están ahora ante el privilegio de la representación democrática y la singular responsabilidad de concretar el cambio, que se caracterice como lo que han llamado: la Cuarta Transformación.
Decirlo es fácil y rápido, hacerlo realidad exige de un gran esfuerzo responsable e incluyente, participativo y organizado. Se concretan esperanza y oportunidad, hay que aprovecharlas.

En fin, para cambiar es imperativo permanente, exigir información actualizada y rendición de cuentas verdadera; para, por lo pronto, evaluar desempeño y tamaño del daño, a los que están y ya se van. Indispensable contar con diagnósticos reales y actualizados, para no ocultar, minimizar, distorsionar o inventar.

Téngase presente que los problemas no se han resuelto, que crecen y se complican para millones y millones de seres humanos, limitados y sacrificados en su vida diaria.



Inocultables inseguridad, corrupción, pobreza, hambre, debilitamiento institucional, opacidad, endeudamiento y crisis de administración y finanzas públicas.

En Veracruz, oportuno insistir y preguntar. ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual? ¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quiénes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Es obligatorio sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos supe sueldos y beneficios especiales?

Saber distinguir cuando un gobierno es malo, es importante tarea de la democracia. Problema mayúsculo y más delicado, si de malo pasa a peor, porque en ese caso, simplemente es cuestión de supervivencia.



CAMBAR PARA GOBERNAR AL GOBIERNO

Preciso entender y atender dinámica y alcances del hartazgo e inconformidad social. Empezar, por exigir que se atienda bien y a tiempo; y en consecuencia, cambiar lo que se deba cambiar; y conservar, lo que es útil y valioso.

Reformarse y actualizarse, reorganizarse y ser eficiente, es deber ineludible de todo buen gobierno. Si no lo hace, si no cumple con su doble obligación, de atender el presente y de prever el futuro, entonces hay que cambiar el gobierno y, desde luego, señalar responsabilidades, enjuiciar y aplicar las sanciones correspondientes. De lo contrario gobernaran irresponsabilidad, corrupción e impunidad. Bienvenida la revocación de mandato.



No más acciones y decisiones que causan daños y pérdidas, sacrificios y sufrimientos, a millones de seres humanos.

Determinante prever lo previsible y evitar lo evitable; esto es, asumir actitudes más responsables y razonables, tolerantes e incluyentes, que den cause a los reclamos e inquietudes, a las necesidades e intereses de la sociedad.

En resumen no hay necesidad de sacrificios, ni de victimas si se tiene un buen gobierno. Si se promueve y consolida la magnitud del cambio social necesario; y no se permite detenerlo, cancelarlo, eliminarlo o distorsionarlo, favoreciendo o protegiendo intereses y privilegios que se necesita eliminar o afectar.



Fundamental recordar y tener presente, que el origen y destino de la representación pública es el ciudadano y la sociedad en general.
El gobierno no puede estar por encima de la sociedad; está para servirla, no para servirse de ella, saquearla o sacrificarla. Es responsable ante la sociedad y no al revés.

En todo caso, el gobierno debe estar comprometido con la construcción de una sociedad participativa e incluyente, estable y cambiante. Gobierno moderno, eficiente y creador de oportunidades para todos, impulsor de la democracia participativa.

Ante retos y desafíos, adversidades y oportunidades, problemas y conflictos, es preciso no confundir y distinguir aciertos de errores, para corregir deficiencias y pérdidas; o para identificar y sostener logros y avances alcanzados, casi siempre, a través de enormes sacrificios, cuantiosos recursos y valiosos esfuerzos.



En las democracias con alta competencia, los liderazgos políticos se debilitan o fortalecen, son renovados o desaparecen por diferentes causas y de diversas formas.

Hay que facilitar e incorporar la acción participativa y de evaluación social permanente, en la vida cotidiana. No solo de vez en vez, cuando solo a través del sufragio, grupos y personas permanecen o acceden al poder, se relacionan y sostienen, para encaminar los esfuerzos individuales y colectivos hacia objetivos y metas planteados.
Gobernar bien significa hacerlo de manera democrática, atendiendo con eficacia y oportunidad, con evaluación y previsión, las demandas y exigencias de la población. La sociedad, no el gobierno, es la actora principal, la protagonista central del desarrollo y, en última instancia, la razón primigenia de toda organización gubernamental.
Insistir y recordar.

Reto central de un buen gobierno es profundizar en la democracia, pues ésta no termina cuando concluye un proceso electoral; es contribuir a la construcción y fortalecimiento de una ciudadanía activa; y es crear las condiciones para que todos hagan valer sus derechos, cumplan sus obligaciones y participen responsablemente, para que asuman su condición de protagonistas de su propio desarrollo.
El gobierno es y debe ser, causa y efecto de la democracia representativa y participativa. Legal, legítimo, incluyente y eficiente.
Esperanza y oportunidad, reconciliar y reorganizar esfuerzos y voluntades, para aprovechar potencial y fortalezas existentes.



-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH