Por amor al necesitado, a quien sufre todos los días porque no tiene qué comer y ahora menos que nunca, es que la comida que se reparte a los pobres por parte de la Casa de la Misericordia no se suspende.
En este sentido el padre Román Elías Oficial Gil, indicó que este fin de semana tocó el turno de atender en este servicio al prójimo, al equipo de la Casa de la Iglesia preparar los alimentos y sí se vio el aumento de número de personas que llegan por su porción de comida, la cual está siendo entregada para llevar pues por prevención del COVID-19 no se sirve en el comedor como se había venido haciendo desde la fundación de este lugar de ayuda.
Y es que dijo que en medio de esta alerta sanitaria lo único que se detuvo fue la atención por medio de las consultas de tanatología, psicología, asesoría jurídica, sin embargo sí hay un médico de guardia
y los voluntarios que acuden a preparar los alimentos no faltan.
Añadió que la instrucción del obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino tal y como lo ha expresado el Papa Francisco, es atender a los pobres, pues la situación para este sector que siempre ha padecido y es probable que sea más difícil en esta época su situación.