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Sección: V?a Correo Electr?nico

Charlas de concierto

Arturo Reyes Gonz?lez 24/11/2010

alcalorpolitico.com

Sucedió en el medio de una presentación espectacular, “revolucionaria”, en una tarde de clima tropical. El canta autor mexicano encargado del show musical que deleitó a miles de jarochos es uno de los mejores de todos los tiempos, ídolo del pueblo, querido por todos, una estrella en toda la extensión de la palabra.

La zona de sillas correspondía al termino “Platino”, buena ubicación y acústica, vista privilegiada, lugares a nivel de cancha y cerca del escenario; lugares, insisto, privilegiados sin duda alguna en comparación con el graderío.

Se podía voltear a un lado y al otro y tener a la mano a varios de los todavía secretarios de despacho del gobierno fidelista: jóvenes, viejos, altos y bajos, blancos y morenos. De todo como en la viña del Señor.

Los comentarios, los chismes, las confesiones y relevaciones estuvieron a la orden del día. Claro, sin validez pública, pero si con el aval de la boca de los mismos autores, quienes sobredimensionando los decibeles musicales pensaron que no se les escuchaba.

Así, por ejemplo un secretario maduro, moreno, estricto, muy serio en su carácter y con excelentes relaciones en el altiplano comentaba con su señora esposa la situación de otro compañero de gabinete y el hecho de que fue él quien le ayudó a conseguir mejores boletos de los que originalmente tenía.

“¡Mira, ahí está él!” –le dijo su esposa al secretario y éste le expresó afirmándolo más que dudándolo:– “Sí, fíjate que dicen que es… es… rarito”, con ese término tratando de ser piadoso con su comentario, al insinuar que el compañero fidelista incorporado en la ultima etapa del sexenio no se decide a “salir del closet”, como se dice ahora de manera coloquial, refiriendo a sus preferencias sexuales.

La charla continuó. Él comentó a ella algo referente a que el gober le habló por celular y le alertó de algo que el secretario consideraba no era tan apremiante. La señora de inmediato, a boca jarro, sin pensarlo, sin titubear un solo momento, soltó su opinión, su comentario: “¡Ay viejo, solamente tu le crees a Fidel!” Él funcionario mejor se quedó callado por un momento y luego ella remató: “¡Si Veracruz ya lo conoce!” (“No me ayudes vieja”, debe haber pensado el funcionario y cambió el tema).

¡De lo que se entera uno!

Al frente. El novel titular de comunicación social, muy bien acompañado por dos mujeres jóvenes con aspecto de cuenqueñas, no paró de bailar y cantar, con esa pasión que le imprime a su trabajo y que se vio reflejada en su excelente comparecencia, que parecía que el alma se le podía ir en un suspiro. ¡Demasiada candela mi gordo!

Al otro costado, el secretario de Gobierno Reynaldo Gaudencio, quien, la verdad, fue muy saludado en su paso hacia su lugar, muy bien acompañado también, feliz, sonriente, pleno.

Y así transcurrían las cosas hasta que por fin dio inicio al 5 para las 9 de la noche el esperado y “revolucionario” concierto, que terminó aproximadamente a las 10:40 y que tuvo su momento de catarsis con la canción “Abrázame muy fuerte”, y aquél, que la abraza, mientras esperaban a que llegara “Ya lo sé que tú te vas”.

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