icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
De la Democracia obsoleta a la Democracia moderna
Luciano Blanco González
28 de enero de 2022
alcalorpolitico.com
La democracia es el arma más poderosa que los pueblos han logrado imponer a los dictadores de toda calaña que han desfilado a lo largo de toda la historia universal. Sólo en las sociedades ideales de las que no encontramos huella, cederían pacíficamente las decisiones trascendentes en el gobierno de un conglomerado humano.
 
Los mexicanos en el camino hacia la libertad, no la lograron a base de ruegos, de inocentes peticiones o de sentidas oraciones al creador, tampoco con aguerridas manifestaciones o con el impulso divino en la procesión. No, la consiguieron con la fuerza de las armas, con el sacrificio de su propia vida, con el coraje que provocan las humillaciones y el maltrato de los amos, resignados a morir y murieron miles de ellos para lograrlo, tanto en la independencia encabezada por Don Miguel Hidalgo contra el despotismo Español, como en La Guerra de Reforma comandada por Don Benito Juárez contra la dictadura de Santa Ana, al igual que la revolución maderista cuyo mártir logró el destierro del dictador Porfirio Díaz.
 
Así ha sido siempre y en todas partes, son las armas las que han derrocado los grandes imperios, las masas solo necesitan de líderes decididos para revelarse y empujados por la pasión participar en cualquier aventura, finalmente es poco lo que tienen que perder y sueñan ilusionados en ganar mucho, al inicio no saben a dónde van, simplemente se sienten cobijados y parte de lo nuevo que viene al participar en los movimientos.
 

Aunque después ya cuando triunfan y aniquilan o someten a sus verdugos sean conducidos por caminos desconocidos, en ese tramo quienes se opusieron o no estuvieron de acuerdo, fingieron, traicionaron o que por su capacidad representen un peligro para rebasar al jefe, su inminente destino es la persecución, la cárcel, el exilio o el panteón, seguido de la confiscación de todos sus bienes y el destierro o desplazamiento forzoso de su familia y colaboradores.
 
Es de considerar por ejemplo si los millones de campesinos rusos deseaban el comunismo aun con todas las limitaciones de libertad, de trabajo, de alimentación y de superación personal, habría que preguntarse si el bullanguero pueblo cubano quería realmente el socialismo o si este fue una imposición brutal a un conglomerado ignorante de las teorías marxistas, o si los nicaragüenses deseaban llegar a esta dictadura de más de 20 años que coloca a su nación sin futuro y sin alternativas de progreso.
 
El menú del final en que desembocan los grandes movimientos es impredecible, el sueño puede convertirse en un dramático infierno o en iluso paraíso terrenal, sea cual fuere su terminación, participar en ellos requiere de valor y de esperanza y para ello no se requiere ni ser salvaje, ni ser civilizado, los primeros se inclinarán por el despojo, el robo, la imposición, hará prevalecer la ley del más fuerte y no habrá mas ley, ni mas justicia que la suya, sólo tendrán derechos los que él diga, los que le aplaudan, los que le rindan pleitesía, los que guarden silencio y obedezcan ciegamente, los demás continuarán siendo unos parias, sin derechos.
 

En cambio, cuando se es civilizado y existe plena conciencia de lo que se quiere para hoy y para el futuro, sus líderes y las masas buscan construir un sistema de derecho en el que prevalece la dignidad individual. El respeto a la familia y el respeto del gobierno a los derechos de los individuos que se plasma en las constituciones políticas, entre otros el de elegir libremente a sus gobernantes y el de practicar libremente la religión que cada uno elija, así han surgido los pactos desde antaño y han logrado subsistir cuando el poder se ejerce para beneficio de todos, sin privilegios y sin exclusiones.
 
Ese es el camino que eligió México desde 1824, con algunas diferencias de forma que con el tiempo se han ido transformando, pero en esta ruta ha habido importantes movimientos sociales, militares y políticos para deponer a los políticos abusivos que con su actuar han vulnerado el sentir nacional.
 
La democracia ha sido uno de los principales logros, por décadas y en cada elección se hacen presentes nuevos y viejos vicios, la compra de votos, los acarreos, la amenaza, la intimidación, el secuestro, el asesinato, la persecución, el retiro o la no aceptación de representantes de partido y de candidato, relleno de urnas, robo de urnas, embarazo de urnas, alteración de actas de escrutinio y cómputo, secuestro de urnas, uso de recursos públicos en las campañas, funcionarios de todos los niveles participando en campañas, presión laboral sobre los trabajadores para que voten por determinado candidato y una lista aberrante de faltas que se presentan en cada proceso a pesar de que la ley sanciona a los particulares y a los funcionarios públicos y electorales con cárcel, con multas, con destitución de los cargos.
 

Todo bajo la mira de una nube de fiscales especiales y tribunales electorales para sancionar las faltas, pero qué pasa cuando se cometen, pues que se hace con el mayor sigilo y sin dejar huellas de tal manera que en los tribunales la mayoría resultan inocentes a veces con la sospechosa complacencia de las autoridades pues hasta en el más alto nivel se les echan porras y se les reconoce que se portan bien.
 
Desafortunadamente todas estas conductas anómalas están previstas en la legislación federal y local que ahora resultan anacrónicas y caducas, porque no resuelven en gran parte los problemas que se presentan y por lo voluminosos que son, como resultó la última elección del 18, en que se eligieron presidente de la republica, senadores, diputados federales y locales, gobernadores y más de mil ayuntamientos para lo que se tiene que hacer acopio de toneladas de papel para elaborar boletas, actas de instalación, cierre, escrutinio, cómputo, etc., nombramientos de funcionarios, representantes de partido y generales, 5 urnas para cada una de las más de 40, 000 casillas que se instalan, además se gasta en vehículos para transportar el material, se rentan despachos, bodegas y se contratan miles de trabajadores a los que hay que viaticar, en fin somos de pensamiento atávico y sólo confiamos en lo que habla el papelito aunque éste, esté viciado.
 
Es tiempo de que cambiemos de mentalidad y de una vez por todas construyamos una democracia moderna, cuya operatividad resulte económica y cómoda para todos, que no nos obligue a tener que ir a hacer colas a las urnas, que acabe con el acarreo y que no tengamos que ir a perder todo un día en tránsito hacia las casillas sobre todo en las zonas rurales, inclusive a sustituir la credencial de elector por una credencial de identidad que nos asigna un numero, una clave y nos accesa a la plataforma y a la emisión del voto, personal, directo y secreto, o en todo caso con la credencial tradicional.
 

Por fortuna ya se avizora en el sistema democrático del sindicalismo mexicano, un avance sustancial que los ubica como pioneros en utilizar las plataformas electrónicas para la emisión del voto de todos los trabajadores petroleros para la elección de sus dirigente nacional, el SIRVOLAB o sistema remoto de votación laboral, creado por la Secretaria del Trabajo para facilitar el acceso universal de todos los miembros del sindicato al proceso electivo garantizándoles la secrecía del voto libre y directo. La plataforma digital cuenta con un cerebro que contiene el padrón previamente validado y mediante un mecanismo simple, los trabajadores podrán votar por medio del teléfono.
 
En nuestra legislación el Código Federal de Instituciones y Procesos lectorales, ya señala el procedimiento para el uso de medios remotos para la emisión del voto mediante el uso del internet y desde luego sus plataformas, pero es exclusivamente para los mexicanos que residen en el extranjero.
 
Finalmente, es muy importante que los mexicanos defendamos con toda nuestra pasión, la presencia y la existencia del Instituto Nacional Electoral y que si se le substituye sea con la visible intención de mejorar nuestra democracia, modernizándolo con una estructura y funcionalidad acorde con los tiempos actuales que nos atan a un pasado perverso de truculencias y mapachadas electorales, para lograr con ello transparencia y eficiencia en la operación y en los resultados, éste sí sería un verdadero cambio que impactaría positivamente en la participación ciudadana, primero podría ensayarse en todas las elecciones locales del 2023 que faltan, inclusive los millones de ancianos que ya no pueden ir a las urnas tradicionales, los enfermos, inclusive quienes trabajan o viajan ese día, los campesinos que puedan y lo soliciten, mediante un registro previo de identidad podrían hacerlo desde sus celulares. El Presidente debe de tomar la iniciativa y el ejercicio que ahora se está haciendo desde la Secretaria de Trabajo y Previsión Social trasladarlo al ámbito general de la nación, millones de mexicanos se lo agradeceremos.- Por el Bien de la causa.