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Columnas y artículos de opinión
Tuxpan, capital del Estado de Veracruz 1914
Luciano Blanco González
20 de mayo de 2022
alcalorpolitico.com
El país estaba desecho, Francisco I. Madero, el apóstol de la democracia, había sido asesinado junto con el vicepresidente, José María Pino Suárez, precisamente por su secretario de Guerra, el general traidor, Victoriano Huerta, el cuartelazo había provocado una convulsión social y política cuya magnitud podemos imaginar porque en ese periodo, de 1911 a 1914, el país sufrió una serie de levantamientos y persecuciones que llevaron a siete personajes a ocupar la silla presidencial con el carácter de sustitutos.
 
Veracruz no fue la excepción, después del triunfo del antirreleccionismo maderista surgió una fuerte división interna y un sospechosísimo de representar algunos gobernadores los intereses del antiguo régimen porfirista, representado aquí por Don Teodoro A. Dehesa que gobernó durante 5 periodos consecutivos de 1892 a 1911, los maderistas improvisados, se substituyeron continuamente mediante asonadas y rebeliones que solo en ese periodo (1911-1914) hubo 8 gobernadores.
 
Toda la nación se debatía en una sangrienta lucha en pleito por mandos, ideales, posiciones y territorios, Venustiano Carranza, con su plan de Guadalupe, proclamando la legalidad y el constitucionalismo, Emiliano Zapata haciendo eco al eterno reclamo de los campesinos pregonando su grito de tierra y libertad al frente del ejercito libertador del sur, Francisco Villa con sus legendarios Dorados.
 

En Veracruz, la lucha de estas facciones era esporádica pero principalmente el campo era arrasado por hordas de asaltantes que al grito de viva la revolución saqueaban las haciendas, vaciaban los ranchos de ganado, cosechaban los frutos y los granos de los ranchos, asaltaban el ferrocarril, cortaban los cables del telégrafo, quemaban los pueblos previo saqueo y cometían todo tipo de tropelías aprovechando la situación que privaba.
 
Lo más grave en nuestro Estado era la intervención norteamericana en el Puerto de Veracruz, cuya acción no tenia más pretexto que la detención de personal militar de una fragata norteamericana fondeada en el puerto de Tampico, por lo que el gobierno de los estados Unidos lo consideró una ofensa y por lo mismo emplazó al gobierno de México por que se pidieran disculpas y se izara la bandera Norteamericana en la plaza, condiciones que no fueron aceptadas.
 
El 21 de abril de 1914, cerca de 30 000 marines y soldados y 65 barcos de guerra desembarcaron en el puerto de Veracruz, donde fueron recibidos valientemente por la población que no se amilanó a pesar de la aplastante superioridad, pero a pesar de su heroísmo, los marines se apoderaron del puerto e izaron la bandera de las barras y de las estrellas.
 

La realidad era que los Estados Unidos, para proteger sus intereses petroleros principalmente, desplegaban discretamente a lo largo del litoral veracruzano a su personal militar supuestamente para asegurar la vida y los intereses de las compañías petroleras, cuyos ricos yacimientos se encontraban ubicados en el territorio estatal, además tenían sus propios ejércitos, constituidos por sanguinarios y violentos sicarios que atemorizaban a los trabajadores y a los propietarios de los terrenos en donde se ubicaban los campos, para que se los vendieran o se los rentaran a ridículos precios.
 
Y es aquí en donde aparece la figura legendaria de un paisano nuestro, relegado de la historia a un tercer término, cuya profunda huella en la Huasteca Veracruzana es imborrable a pesar de las montañas de obscuridad que sus enemigos han arrojado sobre su memoria y de los esfuerzos que han hecho los apátridas para arrancar las paginas en donde aun aparecen sus hazañas, no vaya a ser que un día alguien quiera imitarlo en sus amenazas para quemar los pozos petroleros con lo que él hizo para hacer que los yanquis no hoyaran más nuestro suelo nacional.
 
Él fue quien hizo de Tuxpan la capital provisional del Estado de Veracruz, resulta que el joven Cordobés fue uno de los pocos hombres que, indignado por la situación de miseria y de explotación en que vivía la paisanada y por la imposición y abusos de la dictadura, muy joven a los 20 años era el encargado de los círculos maderistas, semilla de la no reelección fue de los primeros en presentar batalla aquel memorable noviembre de 1910.
 

Al triunfo de Madero, por sus indicaciones, Cándido Aguilar fue nombrado General y asistente personal del Presidente, quien le encomendó la pacificación de varios estados del país en el norte y en el centro, resultando siempre triunfante,
 
A la caída de Madero, nuestro héroe se puso a las órdenes de Don Venustiano Carranza, quien probó su lealtad y experiencia, utilizándolo en varios combates, por su capacidad de organización lo nombran comandante de la división del centro y él operando aglutina varios regimientos dispersos en un frente que la mayoría de las veces resulta vencedor, pero siempre pensando en su estado natal, y preocupado Carranza por la presencia de los norteamericanos en el puerto de Veracruz, lo envía a pacificarlo y parte como jefe de la división de oriente.
 
Su misión pacificadora y como emisario del constitucionalismo la inicia con esplendidas campañas militares en Chicontepec, Tantoyuca y Tamiahua, el 28 de mayo de 1914 es nombrado Gobernador y comandante general del Estado de Veracruz, para entonces el general Gabriel Gaviria, bajo su mando asedia a los Huertistas y finalmente toma la plaza de Tuxpan.
 

El 30 de junio, el joven general Cándido Aguilar, con tan solo 24 años de edad, toma posesión del puesto y mediante un decreto establece que los poderes estarían provisionalmente localizados en la Ciudad de Tuxpan, Veracruz y nombra como su Secretario de Gobierno a su jefe del Estado Mayor, General Heriberto Jara.
 
Es muy trascendente que Tuxpan haya sido la sede de los poderes, pero no menos importante es que durante esta gestión y desde aquí, haciendo gala de su excepcional sentido de organización, comienza a lograr la pacificación en todo el Estado al cual divide en zonas, expulsa el Huertismo, e impone el constitucionalismo.
 
Tuxpan no tan solo es folklor, también es historia, aquí se han librado importantes batallas en todas las épocas, es cierto que ahora está muy concentrada en su desarrollo sui generis, que se da en todas las áreas de la economía con una infraestructura portuaria, carretera, hotelera, gastronómica, educativa, que coloca ya a Tuxpan como uno de los principales puertos de la república y como atractivo centro turístico.
 

Finalmente, habrá que desear un mayor impulso cultural, enaltecer a la ciudad con sus glorias pasadas es deber de todos los ciudadanos, la ciudad tiene en estos momentos autoridades formadas en un cuño diferente a todos los anteriores y ya existe en la idea de Don José Manuel Pozos Castro su Presidente Municipal, desempolvar los Lienzos de Tuxpan, una verdadera joya arqueológica guardada celosamente según informan, en las bóvedas de la Universidad Veracruzana, estos son una representación pictórica a base de símbolos antiguos que describen magistralmente el entorno geográfico de aquella ciudad señera para el norte de Veracruz, su difusión contribuirá sin duda, al natural deseo de conocer las costumbres de nuestros antepasados.- Por el bien de la causa.