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Columnas y artículos de opinión
Andy, ¿candidato?
Luciano Blanco González
27 de mayo de 2022
alcalorpolitico.com
La campaña presidencial anticipada para la renovación del poder Ejecutivo en el 2024, por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha propiciado que tres ilusos aspirantes a ocupar tan importante puesto se desvivan y no por desempeñar la encomienda que se les ha dado en la función pública, sino por sumar adeptos en actividades muy distintas a su labor para alcanzar sus aspiraciones.
 
El Presidente, cuando se refiere al perfil de quien deba de sucederlo, describe una imagen muy distinta a la que reflejan o que poseen los mareados suspirantes que se regocijan y se refocilan, cuando en los mítines masivos sus adeptos entonan lo que para ellos pudiera ser un coro de ángeles que los conduce a la silla presidencial, con el emocionado y estruendoso grito de ¡presidente¡, !presidente¡, ¡presidente¡, la breve y apasionada alabanza, la aspiran como exquisito perfume del máximo poder que enciende las neuronas egoístas de sus inocultables ambiciones.
 
Estos gritos concertados por los organizadores de los eventos, nos muestran la capacidad de organización y de inclinación por un determinado candidato que tienen los lideres morenistas en determinados estratos sociales y territoriales y que con su poder e influencia están dispuestos a movilizar a sus huestes si el método de selección presidencial de las encuestas les fuera adverso, pero sería temerario pensar en desprendimiento de facciones o la migración de estos a otros partidos en caso de no ser seleccionados.
 

Pero no es de creerse que el candidato a postular sea cualquiera de la hoy triunfante tercia de ases, ¿Por qué?, porque el primer mandatario reiteradamente ha dicho a sus correligionarios que quien lo substituya será una garantía para continuar los programas y el proyecto de la Cuarta T, y que habrá relevo generacional, veamos el contenido del discurso del primero de mayo en la refinería de 2 Bocas con motivo de la celebración del día del trabajo, en donde el presidente apasionadamente dijo; el Movimiento de Regeneración Nacional ganará “por paliza” en 2024, Va a haber relevo generacional. Tenemos, ya saben ustedes, los que juegan beisbol, tenemos como cinco pítcheres abridores, mujeres y hombres, y como 10 cerradores, mujeres y hombres, y todos tiran más de 100 millas, pura recta”.
 
La cuarta transformación no tiene cuadros políticos jóvenes relevantes con figura nacional como para competir en una contienda nacional, no tiene jóvenes, no tiene figuras frescas, que le resten al presidente 20 o 30 años, (ese número de años es el que se considera como parte de una generación) como para que se considere un relevo generacional.
 
Doña Claudia, nació en 1962, Marcelo nació en 1959, los dos en la Ciudad de Mexico, en tanto que Adán Augusto nació en 1963 en paraíso, Tabasco, el hijo desobediente que no es candidato de AMLO, Ricardo monreal, nació en fresnillo, Zacatecas en 1960.
 

Si así fuere, el próximo candidato a la presidencia no está en el antiguo edificio del ayuntamiento, ni en el de Tlatelolco, ni en las calles de Bucareli o en el Senado de la República, si escudriñamos sobre entonces quien podría ser, a la vista no encontramos a nadie que reúna las características de continuidad y juventud que el Presidente nos diseña.
 
Solo hay uno, vive en Palacio Nacional, es el hombre de mayor confianza del presidente, por su conducto acuerdan los gobernadores de los estados, los líderes de las cámaras legislativas, los secretarios de estado, los líderes del partido, la cumbre empresarial, a él se le consulta todo lo delicado y lo que se le quiere informar al presidente, el citado se llama Andrés Manuel López Beltrán, Andy, para sus amigos, nació en 1986, estudio en la UNAM y es un activista político de primer nivel en su partido.
 
En este escenario, es posible que los aspirantes, los 21 gobernadores de Morena, los funcionarios del gabinete, los lideres de su partido y las masas populares que son las que mandan, le impongan al Presidente la candidatura de su hijo, a favor de quien declinarían los aspirantes que no tienen más fuerza que les da Andrés Manuel, que en el momento en que los quiera anular de las listas, con la mano en la cintura los borra.
 

No hay inconveniente constitucional, pues en este país cualquier ciudadano puede ser titular del Ejecutivo, independientemente de su parentesco o de su afinidad sanguínea o emocional, el mandatario no puede oponerse, no tiene argumentos más que el de que la sucesión así hecha, podría ser algo parecido a una monarquía constitucional en que el presidente sería su hijo y el a la manera de Plutarco Elías Calles, el mandamás, el auto proclamado jefe máximo de la revolución, en este caso AMLO, sería el máximo líder de la transformación, un nuevo maximato al acecho, pero no es descabellado.
 
El cambio así intentado no tendría riesgos de derrota, no se expone la permanencia en el poder porque gran parte de la gente que decide con su militancia y con su voto hasta ahora cree ciegamente y apoya sin condiciones todo lo que se identifique con el Presidente, habrá andanadas verbales de críticas, manifiesta inconformidad, impugnaciones infundadas, pero nada es obstáculo.
 
No hay peligro a la vista, una elección en México según la memoria histórica no se gana solo teniendo el voto mayoritario, se gana también cuando se mantiene el control del árbitro electoral, si el triunfo de la oposición es inminente, como cuando la elección de Cuauhtémoc Cárdenas, se cae el sistema y hay la oportunidad de manipular casillas, boletas, actas, firmas y el cómputo final, sin problema si los órganos electorales están sometidos, avalarán el resultado que convenga y se cantarán las elecciones más limpias y transparentes que legitimen con su fallo cualquier elección.
 

O las controvertidas elecciones del 2006, en que una supuesta manipulación del sistema arrebató la victoria al actual presidente y que en su momento hicieron surgir una serie de impugnaciones provocando movilizaciones de millones de inconformes, pero nada pasó, los partidos entonces mayoritarios avalaron la elección que se calificó de fraudulenta y la opinión pública estuvo de acuerdo.
 
No hay riesgo, porque los partidos de la oposición se han desgastado tanto que han descuidado construir una estructura política a todo lo largo y a lo ancho de la república que les permita un activismo dinámico y atractivo para la ciudadanía y además, que les permita contar con elementos leales que cumplan y que no se vendan, suficientes para nombrarlos representantes de candidato y de partido en todas las casillas, comités municipales, distritales, estatales y nacionales, que son miles y miles, muchas veces los designados son corrompidos o amenazados y entonces, se justifican diciendo que no pudieron llegar, se enferman o bien firman todas las actas sin protesta y sin observaciones.
 
Máxime ahora en que los principales activistas son los gobernadores de la casa y los de enfrente, estos últimos son los que más colaboran con el partido en el poder en busca de impunidad, para que no les esculquen sus sucias cuentas y además para con el beneplácito oficial ganar un puesto o una embajada. Esto sucede en el seno del PRI, que debería de sentirse orgulloso y satisfecho con sus ex, porque habría que presumir que no hay enjuagues, sino premios a su honradez.
 

Finalmente, aquí en Veracruz, en medio de críticas muy acidas hacia el Gobierno del Estado por las medidas adoptadas para darle un nuevo giro al portentoso y moderno Acuario de Veracruz, surge un nuevo panorama respecto del funcionamiento de este centro cultural y de recreo con nuevos propósitos. Es cierto, fueron largos 30 años en los que un grupo de brillantes empresarios lograron consolidar una institución de recreo e investigación científica, amable con el medio ambiente y la preservación y estudio de las especies marinas, cuyo esfuerzo mereció el reconocimiento local e internacional, pero a la que se consideró necesario darle un novedoso enfoque, pero sobre todo aprovechar la magnífica infraestructura para acercarla más a la población de escasos recursos y de zonas marginadas.
 
El reto del Gobernador, Cuitlahuac García así visto, es mayúsculo, pero con su esfuerzo y el de sus colaboradores, pronto será un centro de estudio al que concurran de manera gratuita los escolapios de la ciudad y de la montaña a contemplar esa maravilla que poseemos los veracruzanos y que hasta hace poco era deleite solo de una clase privilegiada, ahora seguramente mejorará aumentando sus servicios, su caudal y su belleza para deleite de los visitantes y como un pródigo laboratorio para los biólogos, El Aquarium en manos del gobierno mejorará sustancialmente. Por el bien de la causa.