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Columnas y artículos de opinión
No sabemos por dónde se irá Movimiento Ciudadano en el 24
Luciano Blanco González
10 de junio de 2022
alcalorpolitico.com
Muy alentador para la democracia mexicana, fueron el desarrollo y el resultado de las pasadas elecciones celebradas el pasado 5 de junio en los seis estados en que se disputaron las respectivas gubernaturas y algunas diputaciones.
 
En ellas se observó un ambiente totalmente distinto a las elecciones celebradas con anterioridad en que fue muy visible la participación de las fuerzas obscuras y violentas que ensangrentaron y ennegrecieron todo el escenario, con persecuciones, encarcelamientos, asesinatos y un sinfín de mapacherías aberrantes, que en muchos casos influyeron en los resultados mediante estas prácticas nefastas y aborrecibles.
 
Su invisibilidad no quiere decir que ya hayan desaparecido, ya que quizás no se utilizaron por no ser necesarias, ya que desde el principio eran de calcularse los resultados en cada caso por el arraigo y extracción de los candidatos y por la aceptación que de ellos manifestó la ciudadanía.
 

El partido Morena y sus aliados iban por todas las gubernaturas en disputa, en la inteligencia de que no tenían ninguna de ellas, en cambio la alianza opositora conformada por los partidos PAN, PRD y PRI las tenían todas, estos últimos lograron conservar solo dos y el resto, el pueblo se las entregó a los morenos y las sobras a sus aliados.
 
La razón superior puede ser la enorme derrama económica que el gobierno Morenista hace a través de los programas sociales hacia la población, por cierto, no toda desvalida como erróneamente se piensa, todos sabemos de adultos mayores pudientes que reciben religiosamente cada 2 meses su pensión sin necesitarla, o de jóvenes ninis de la alta sociedad que se inscriben y son beneficiarios de esos programas.
 
Lo que realmente nos revelan los resultados es que hay una aprobación mayoritaria de la ciudadanía a la forma en que Andrés Manuel administra los fondos públicos y que al pueblo no le interesan los recalcados señalamientos negativos que le hacen sus detractores.
 

Pero apuntemos que también un factor determinante para el triunfo de Morena, lo constituyó la emigración masiva de los militantes priistas hacia Morena, ante la falta de perspectivas de desarrollo y ante la falta de trabajo organizativo y de presencia de sus candidatos y líderes opacos, cuya bandera se limita a criticar sistemáticamente al Amloismo, esta corriente arrolladora arrastra todo con la inercia que provoca el presidente, dándoles imagen de vencedores, así la proyectan hacia las conciencias del electorado que los ve y los considera triunfadores aun antes de las elecciones.
 
A los priistas no les gusta el Partido Acción Nacional, ni el Partido de la Revolución Democrática, se inclinan más hacia Morena, a quien sí le gustan estos partidos es a Alejandro Moreno y su Consejo Nacional quienes se empeñan en consolidar la alianza de Va por México, que muy poco productiva ha sido, pero que para el imaginario colectivo es una esperanza solida para que la oposición pueda llegar al palacio nacional.
 
No avizoran otra opción para ese propósito y lo enfocan como el único camino, así podría ser si las circunstancias para la elección presidencial fueran las mismas que ahora en que el mapa político ha variado sustancialmente del 18 para acá, están espantados por el crecimiento del partido en el poder, pero así se veía cuando el PRI fue derrotado en el año 2000, siendo entonces casi partido único con más de 20 gubernaturas, entonces como ahora todos enterraron al PRI, todos lo dieron por muerto, han sido tantos los tumbos y tropezones en ese cadáver que al parecer es ese ruido el que lo reavive.
 

El descalabro se dio gracias a la descomposición del ADN del tricolor, los gobernadores priistas en donde ese partido fue derrotado son sin duda los únicos responsables de la caída estrepitosa en los resultados electorales, su pésimo desempeño y el temor de que les pisaran la cola sucia del lodo de la corrupción los inclinó a entregar la plaza sin presentar batalla, ordenando a sus liderazgos locales a guardar las armas o a dar la media vuelta y colaborar con el adversario, inclinando a sus seguidores para que en las urnas entregaran al partido votando por la oposición.
 
Pero en un balance serio, el PRI demostró que es escuela y que sus exmiembros, señalados por corruptos en el seno del PRI, al emigrar a otros partidos se vuelven puros y santos, su nueva militancia tiene el efecto sanador de un exorcismo en el que el demonio corruptor se les sale del alma y se vuelven buenos, ahí está el ejemplo de Américo Villarreal en Tamaulipas, un pura sangre tricolor que brincó a Morena y, con el todo el aroma priista, cuyo número de seguidores lo conduce sin tropiezos al Palacio de Gobierno allá en Ciudad Victoria, Tamaulipas, el mismo ejemplo lo da el exsenador Julio Menchaca Salazar, el antiguo militante priista de Hidalgo, cuya postulación por morena le permitió imponerse en las urnas.
 
Obsérvese que con estos perfiles las alianzas que no se dan en la cúpula, florecen en las bases, por identificación en métodos y costumbres corporativistas, quizás es la reafirmación de la personalidad del Presidente de la República que proviene de las filas del tricolor y su formación proviene de aquel partido.
 

Por eso es muy importante no perder de vista que el próximo candidato a la Presidencia de la Republica deba de tener un perfil hibrido y no puramente Morenista, lo que le permitirá atraer un número mayor de electores.
 
El caso incomprensible e inexplicable de este embrollo es el de Movimiento Ciudadano, cuyo líder, el maestro Dante Delgado, ha sido muy preciso en cuanto a que ha afirmado que su partido no formara parte de la Alianza Va Por México, pero en su discurso no hace alusión a no hacerlo con la coalición de juntos haciendo historia.
 
Lo más preocupante es que tampoco hace mención a la posibilidad de postular al único candidato que en este momento le pudiera hacer cosquillas a Morena en la próxima elección, me refiero a Luis Donaldo Colosio Riojas, Presidente municipal de Monterrey, Nuevo León. Quien también al parecer no tiene intención de participar, pues sobre el particular no se ha pronunciado.
 

Tiene razón Dante en no ventilar aún cuál será la ruta de este partido, que viene empujando con fuerza y que cada día tiene más adeptos con una indiscutible presencia en todo el territorio nacional, con principios muy sólidos y con liderazgos eficientes y suficientemente arraigados entre la sociedad civil.
 
En las mesas del rumor se cuchichea sobre una posible alianza de Movimiento Ciudadano con Morena si el canciller Marcelo Ebrard, vía Ricardo Monreal, es el candidato de ese partido, asegurándose que entonces el candidato a la gubernatura de Veracruz por Morena seria Dante, no es una idea descabellada, ya que a ambos senadores se les ha visto muy juntos en el Estado.
 
Por lo pronto, nace en lo obscurito la fraternidad de exgobernadores, como un movimiento político que influirá intensamente en las decisiones del 2024, apenas es un embrión pero según fuentes, ya se han sumado más de 130 Ex, que pronto saldrán a escena. En fin, Dante sabe mover y muy bien las fichas y cualquiera que sea la jugada le saldrá bien.
 

Finalmente, por ahora no sabemos cómo evaluar la decisión de nuestro presidente para no concurrir a la Cumbre de las Américas, cuyo propósito es el de unificar a los gobiernos de toda América en torno al imperio, porque vaya que se necesitan tamaños para despreciar una invitación de tal envergadura, si en lo personal nos sentimos ofendidos cuando invitamos a alguien a nuestra fiesta y nos desprecia, nos sentimos menos y normalmente lo damos de baja en nuestro circulo de confianza, aquí no sabemos ahora qué va a pasar, aunque es cierto, los Estados Unidos de Norteamérica, no tienen amigos, tienen socios, sus capitales no tienen patria, pero tienen un fuerte ejército para hacer valer sus decisiones y para defender sus intereses por cualquier medio y al parecer nosotros no entendemos, no nos vayan a dar un doloroso y caro escarmiento que tengamos que lamentar todos los mexicanos. Pero hay confianza en que se imponga la política de la buena vecindad, en que ganemos todos.- Por el bien de la causa.