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Columnas y artículos de opinión
Ante la Federación, separatismo a la yucateca o Brexit jarocho
Luciano Blanco González
11 de noviembre de 2016
alcalorpolitico.com
Al fin despierta del letargo político en que se encontraba sumido y adormilado el Estado Libre y Soberano de Veracruz, desde su nacimiento asociado a la Federación de los Estados Unidos Mexicanos, a quien le ha entregado legítimamente la explotación y administración de sus recursos naturales como el agua de los mares, ríos y lagunas, para que la marina mercante de altamar navegue libremente por nuestras aguas transportando un sinfín de mercancías propias y del país que en las aduanas de nuestros puertos, Veracruz, Coatzacoalcos y Tuxpan, pagan inimaginables cantidades de dinero por concepto de derechos fiscales y que al aliado conformista y entregado sumisamente de por siempre al omnímodo poder central le acepta la asignación mezquina, arbitraría y caprichosa que vía participaciones y aportaciones, le envía de lo que resta después de cubrir sus gastos y el de las demás entidades federativas de las que recauda en el país junto con Veracruz por concepto de impuestos, derechos, aprovechamientos, productos y contribuciones la nada despreciable e indescriptible cantidad de 3 billones, 102,440.3 millones de pesos de conformidad con el presupuesto de ingresos correspondiente al año 2016, si es que leí bien las cifras publicadas en el diario oficial de la federación.
 
En nuestras aguas y en nuestras tierras son extraídas por nuestro socio indolente, voraz e indiferente a nuestros problemas, mediante sus feroces agentes fiscales del Gobierno de la República, vía PEMEX y un sinfín de compañías extranjeras y nacionales enormes caudales de oro negro y un tonelaje muy elevado de gas natural, cuyo costo hace rebosar las arcas de la Federación con una cantidad de dólares que nuestra mente no alcanza a concebir y con la cual se cubren los gastos necesarios para mantener la estructura gubernamental del pesado aparato del Estado.
 
La Federación se ha apoderado de lo mejor de nuestro estado como son las extensas zonas federales, donde se asientan, los grandes y maravillosos hoteles, infinidad de industrias y comercios que aportan vía derechos, aprovechamientos e impuestos por concepto de concesiones un capital indescifrable que legítimamente deberían de cobrar los ayuntamientos para implementar servicios en favor de su población. La Federación solo favorece a sus consentidos, preferentemente en donde sus socios tienen grandes inversiones, olvidándose de que hay regiones hermosas pero abandonadas, porque no son propiedad de ellos o de sus generosos amigos.
 

De nuestras tierras se ha explotado hasta la saciedad la inacabable veta de la faja de oro que si estuviera ya en su mínima etapa de producción le calcularíamos a nuestros mantos petrolíferos un flujo diario de 100,000 barriles de crudo a un precio promedio de 40 dólares, mensualmente estaríamos hablando de una producción de 3 millones de barriles lo que reditúa 120 millones de dólares de a 20 pesos igual a 2 Mil 440 millones de pesos mensuales, imagine cantidades reales, el ejemplo solo es un punto de partida y al calcular incluya la refinación y la explotación de gas.
 
A este bendito Estado que vive mareado como las palmeras Laristas, en el chacoteo y en el chismorreo grosero e infecundo de sus políticos ávidos y enfermos de poder, la Federación le entrega por concepto de participaciones y aportaciones la ridícula cantidad de 89 mil 421 Millones 344 mil 780 pesos anualmente o sea que por mes arriba a este resignado feudo, una cantidad aproximada de 7 mil 480 Millones de Pesos, para atender todas las necesidades administrativas del Estado y el pago de los servicios a la población. Pensiones, universidad, médicos, enfermeras y hospitales, seguridad, policías, equipo, armamento, burocracia, magistrados, diputados, organismos electorales, partidos políticos, legislatura, juzgados y tribunales, vialidad, ecología, procuración de justicia, agentes del ministerio publico, protección civil ¿y la obra publica qué?, cuánto queda.
 
La Federación además entrega al estado la eximia suma de 6400 millones para renglones como el desarrollo regional, personas con discapacidad, infraestructura carretera y caminos rurales, salud, sistemas de agua potable, cultura, organismos descentralizados, desarrollo municipal entre otros.
 

Por si fuera poco, Veracruz en la década de los setenta renunció a su capacidad recaudatoria en los importantes ramos del comercio, la industria y los servicios profesionales y empresariales entre otros, delegando esta función exclusivamente en la Federación, pagamos por comer por los servicios mínimos de consumo, todo está gravado de origen con el impuesto al valor agregado IVA del producto y con el impuesto sobre la renta ISR a las ganancias del expendedor: refrescos, golosinas, alimentos industrializados, cuyos conceptos se escurren para la clase pudiente de manera insensible, pero su repercusión a las clases necesitadas las empobrece cada día mas.
 
Un profesionista o un empresario próspero tienen que cargar al costo de sus productos y servicios el 16% de IVA y el 30% de ISR, (los causantes menores tributan porcentajes menores pero nadie se escapa) esta referencia es sólo para tener una idea de la enorme recaudación que los agentes fiscales hacen en nuestro territorio.
 
Un médico especialista que cobra 600.00 por consulta, acumuladas al año si factura mas de un millón de pesos tendrá que pagar, 360,000.00 de ISR y retener y enterar 160,000.00 por concepto de IVA y a sus utilidades restarle un 10% para el pago de utilidades a sus trabajadores que a la vez si es un millón de pesos, tendrá que repartir el 10% y sobre ese monto retener el ISR sobre esa cantidad, para enterarlos nuevamente al SAT, desde luego previa deducción de los gastos necesarios en los insumos para generar la producción de esos servicios. Ahora tratemos de calcular los pequeños y grandes empresarios que aportan millonadas de capital.
 

Es un mar de dinero que se exacciona de los bolsillos de los veracruzanos y que desde luego deben de utilizase para elevar el nivel de vida de sus habitantes, impulsar el desarrollo social y económico de su población con una infraestructura de salud, de educación y de comunicaciones a la altura de la riqueza que aportamos.
 
Pongamos en la mesa del análisis, tan sólo la cantidad de dinero que deben de pagar las tiendas de conveniencia y los grandes almacenes por concepto de IVA, ¿Hay una idea de los millones de refrescos que se consumen mensualmente en el estado? Las toneladas de papitas embolsadas, dulces, gansitos, cigarros, whisky, ron, brandy, tequila, cerveza, aguardiente o la venta y consumo de ropa, zapatos, enseres domésticos, automóviles, o los miles de litros de gasolina que se consumen diariamente, o usemos nuestra calculadora mental para tener una idea de cuánto recauda una caseta de peaje por hora, por día, por mes, por ejemplo La Antigua o la de Rinconada o la que usted quiera, todo un cúmulo de gravámenes que sumados han sido suficientes para sostener mediocremente nuestro desarrollo y subsidiar el gasto de la República y de algunos Estados, aunque nuestras carreteras y caminos rurales estén deterioradas, aunque en los hospitales no haya medicinas, ni gasas de curación, aunque la seguridad esté por los suelos.
 
Hoy se alzan voces de chantaje a la Federación desde el Congreso de Veracruz, pero son simples manifestaciones retóricas, no son actitudes comprometidas, porque de ser así, la posición del diputado Buganza debió de haber sido la de integrar una comisión de trabajo para revisar en todos sus órdenes el sistema tributario estatal y los convenios de coordinación con la Federación como una preocupación permanente y real, y no como un recurso demagógico, lleno de contenido, pero vacío en sí mismo al no plantear la continuidad seria, para poder plantear nuestra indignación por el manejo indiscriminado que se hace de los recursos propios del estado y plantarse ante quienes deciden, con propuestas que partan del análisis serio, de la reflexión objetiva y no de la calentura de un día, utilizando la tribuna para lucimiento personal y ofertar veladamente sus servicios a quien pronto gobernará Veracruz.
 

Y no sólo es importante la cuestión tributaria, es necesario revisar desde sus cimientos el pacto federal pues el gobierno central se arroga cada día atribuciones que rompen el marco de la convivencia armónica y pacífica que deberían de contener todas las leyes que se dictan. Adelgaza la fuerza del Estado convirtiéndolo en famélico administrador y ejecutor de normas ajenas y contrarias a nuestra idiosincrasia como sucede en materia de justicia penal, procesos electorales y derecho familiar.
 
Debe de hacerlo, entre otras razones, para evitar la duplicidad de burocracias cuya existencia conlleva elevados gastos y costos adicionales innecesarios que limitan el desarrollo económico, político y social de la entidad.
 
La Federación no contenta con su manipulación económica, se le monta al estado para jinetearlo a gusto, al igual que a su población, con la taimada intención de mantener sujetos a ambos al férreo control central mediante el truco de mantener la pobreza y administrarla, disponiendo de las cantidades reales de la riqueza pública, que pertenecen al estado porque se generan en él, colocándolas a su antojo y lo que para ellos es el desarrollo desde el frío cálculo de las insensibles computadoras, desvinculados de una población reclamante de servicios y urgentes prestaciones.
 

Para el efecto establece delegaciones autónomas e independientes del gobierno de los estados y de los municipios, duplicando funciones, costos y por ende dispersión de recursos que muchas veces las autoridades locales desconocen, pero que al parecer juegan la importante función de promover la imagen benefactora del Presidente de la República o de los aspirantes, captando grandes núcleos de población que aplauden al benefactor o al oculto aspirante que coloca sus personeros en los puestos claves que se encargarán de promover a los que indiquen sus jefes. Así tenemos programas de Pensión para Adultos Mayores, de Empleo Temporal, de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras, de Atención a Jornaleros Agrícolas, para Migrantes, Seguro de Vida para Jefas de Familia, Comedores Comunitarios. PROSPERA, Programa de Inclusión Social, de Conversión Social, de Fomento a la Economía Social, de Abasto Rural a cargo de DICONSA, de Abasto Social de Leche a cargo de LICONSA, para las Personas Adultas Mayores, para el Fomento de las Artesanías, para la Juventud, para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad, apoyo alimentario, becas educativas, etc. ¿Esto no lo puede manejar el Estado?
 
En la duplicidad operativa, tiene establecidas delegaciones equivalentes que aplican posiblemente por promoción personal, por la fundada desconfianza a que sucedan las vergonzosas conductas delictivas de estilo Duartista, como la que vivimos actualmente de robo y mal uso de recursos o del temor de que estos se utilicen en beneficio propio para fundar cacicazgos que nos traigan con el tiempo gobiernos despóticos o tiránicos que nos priven o suspendan las libertades y se implante la arbitrariedad o el nocivo absolutismo partidista que oprime y veja la dignidad humana mediante el maltrato, la grosera e inaguantable insolencia del poderoso, el nepotismo local o el detestable amiguismo cuyas consecuencias ya conocemos.
 
Sea cual sea la razón para que tener una Delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal y una Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas local, una Delegación de la Secretaría de Educación y una Secretaría local, una Delegación de la Secretaría de Medio Ambiente una federal y una Secretaría local, una Delegación de la Secretaría de Desarrollo Social federal y una local, una Secretaría de Salud federal y una Secretaría local y así si revisamos los respectivos organigramas con sus funciones son bastante parecidas y en algunas ocasiones idénticas.
 

Con tres elementos substanciales visibles, van dirigidos a beneficiar a la misma población, en la misma área territorial y se trata de nuestro dinero, si se trata de gastar, pues bueno adelante, a ellos no les duele porque los causantes, los que aportamos la lana somos nosotros, a ellos les corresponde disfrutarla. Pero qué triste que estas delegaciones actúen a espaldas de la autoridad local, apliquen sus propios esquemas e inviertan en lo que ellos creen que se deba de hacer, ¿no se puede frenar esta duplicidad y encargar al estado que se encargue de la ejecución de estos proyectos y programas?, finalmente es para los habitantes del estado y lo ideal es que se simplifique, nos envíen el dinero y desaparezcan las delegaciones.
 
Veracruz vive la mayor crisis económica de su existencia, la crisis política es artificial y claramente dirigida, nadie se atreve a cuestionar la legitimidad del gobierno interino que preside el doctor Flavino Ríos, que ha mostrado sensatez y prudencia ante la tempestad de quienes le exigen y le reclaman provechos que en la eventualidad resuelve en la medida de sus posibilidades y estoy seguro que a partir del primero de diciembre el licenciado Miguel Ángel Yunes nos sorprenderá con una serie de medidas económicas que cuando menos serán un paliativo que nos hará acrecentar nuestra fe en las instituciones y en el futuro de Veracruz.
 
Pero lo que si nos duele es que ahora que nos encontramos en el infortunio y en la desgracia en que nos sumió un mal Gobernador, recurramos a nuestro aliado con quien históricamente compartimos un destino común, en busca de la necesaria ayuda y ésta nos sea negada pretendiendo arrojarnos a las manos de la usura bancaria para que terminemos de hundirnos.
 

Sí tenemos la culpa, el dinero para lo presupuestado se malgastó, se lo robaron, se lo embolsó Javier Duarte o cuando menos no hizo las cuentas bien y ahora a pesar de que falta el veredicto judicial, el yo acuso popular suena al unísono, exigiendo su rápida detención para que de ser cierto su rapaz actuar, sea encarcelado y condenado a devolver todo lo que sustrajo él y sus cómplices, lo que llevará mucho tiempo, mientras aparece y mientras se le juzga, tronémonos los dedos y habrá que prepararse con saludables ahorros, recortando el gasto público, adelgazando la nómina, vigilando el actuar de todos los elegidos en el gabinete que por fortuna son gentes con vocación de servicio que no utilizan el poder para hacer negocios y que ya se avizoran formando parte del comité de entrega-recepción.
 
La Secretaría de Hacienda nos presume cada año su capacidad recaudatoria y de ahorro, al mostrarnos un superávit en esta materia con miles de millones provenientes además de las incautaciones de grandes cantidades de dinero, cuartos llenos de dólares, inmuebles, joyas y artículos exóticos al narco y decomisos aduanales de gran valor a los contrabandistas y de bienes e instrumentos utilizados por la delincuencia organizada, sin embargo, ahora que un Estado Libre y Soberano, socio fiel que contribuye a su golosa e insaciable existencia le solicita ayuda para sortear las actuales circunstancias nos da la espalda ante esto que tenemos que hacer los veracruzanos, no una asonada separatista como Yucatán o un Brexit como Inglaterra que se separa de la Unión Europea o un intento separatista como Cataluña de España, no, nosotros unidos lo que tenemos que hacer es en el presente y en el futuro exigir justicia económica a la Federación, que no nos ayuden, que no nos presten, que nos den lo que nos corresponde aumentando las participaciones y las aportaciones a las que legítimamente tenemos derecho y para ello tenemos los mecanismos legales en manos del Congreso local y el Ejecutivo del Estado, pero esto no es para mañana es ya, ya, ya. Por el bien de la causa.
 
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