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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Uno de diciembre el antes y después
Francisco L. Carranco
21 de noviembre de 2016
alcalorpolitico.com
Poco a poco nos acercamos al gran día en que el Gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, tome posesión como Gobernador Constitucional de Veracruz, este evento, quizás, puede ser un “antes y después” en la política veracruzana; en un momento muy convulsionado por el aumento de la corrupción e impunidad en esta entidad del país.
 
Antes: Veracruz se encuentra en el umbral del estado fallido, esto es resultado de fenómenos tan complejos como la ineficacia gubernamental, el vacío de poder local, la violencia e inseguridad en varias regiones y falta de resultados en el sistema político, así como la recurrente ambición por robarse los recursos del erario público destinados al progreso y desarrollo de la entidad y que fue a parar a los bolsillos de gobernantes veracruzanos, corruptos e insaciables.
 
La administración que ya urge que fenezca, podría representar el ocaso de todas las formas de ingobernabilidad que un estado pudo tener, donde todos los políticos incrustados en los dos últimos sexenios (Fidel y Duarte) coadyuvaron al caos al darle toda la fuerza a un personaje que, en la toma de decisiones, resultó un verdadero inútil, dijera Paquita la del barrio.
 

Claro está que Javier Duarte se dedicó, de tiempo completo, a atender y construir sus negocios desde el 2011, año en el que ya el flujo de efectivo sustraído de las arcas del gobierno estatal, empezaba a dar frutos a través de las treinta y tantas empresas fantasmas y, paralelamente, las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación, por daño patrimonial.
 
La función fundamental del estado es gobernar, pero delegada irresponsablemente, ésta quedó en manos de los secretarios, funcionarios y sus dependencias, avalados por los entes fiscalizadores que año con año, junto con los diputados, aprobarían las cuentas públicas, de cada ejercicio, tapar y engaño al pueblo (administración sumergida).
 
Hasta que ya no fue posible ocultar más el quebranto y las consecuencias empezaron hacerse más visibles, la cultura del no pago floreció en la entidad; los empresarios y prestadores de servicios fueron los primeros en protestar, y reclamar sus pagos, ¿dónde está el dinero?
 

Sin embargo, y a medida que conocemos los contenidos de las demandas y denuncias en los que están envueltos muchos de los ex funcionarios y otros que aún trabajan en el gabinete actual, la sociedad se ha dado cuenta de que Veracruz tiene dinero, pero sólo para pagar los sueldos de la cúpula gubernamental, todos los demás empleados, trabajadores, pensionados, profesores y todos lo que laboran en el sector público viven en la incertidumbre de ¿qué va a pasar mañana? Cada quincena.
 
El gobernador interino, Flavino Ríos, que pensó cerrar la administración con una gira populachera que elevará su alto ego cómo gobernador de Veracruz, ha pasado sus últimos días de mandatario sufriendo la herencia que le dejó su antecesor, tronándose los dedos.
 
Muy posiblemente, tenga que responder a señalamientos y acusaciones por omisiones y acciones catalogadas como delitos e irresponsabilidades en el ejercicio público y deberes legales que, como gobernador, tuvo que haber realizado y fue omiso.
 

Después: Queda claro que a partir del 1 de diciembre otros vientos envolverán a Veracruz. Tenemos que hacer referencia a la elección pasada, en donde los veracruzanos votaron contra el sistema que no acaba de extinguirse por tanta corrupción e impunidad con que la gavilla que está pronto a huir que no a entregar, dejó a la nueva administración; una administración que hasta el momento enseña que instaurará una nueva mística de servicio
 
Este nuevo gobierno lo encabeza un político con mucha experiencia, que goza de un buen capital político; pero también, que es mal querido por el sistema actual, los políticos y los advenedizos funcionarios y exfuncionarios que se han forjado en el PRI y que tratarán de mantener una férrea oposición al ejercicio público del nuevo Gobernador.
 
La lucha de intereses políticos que se dará por la contienda electoral del año entrante, querrán capitalizarlas para desestabilizar el gobierno de Yunes, pero, hay que reconocer que el nuevo mandatario veracruzano trae otros pensamientos para Veracruz.
 

Por una parte, Yunes Linares, es un político experimentado que ya no necesita de los reflectores como los imberbes funcionarios que lo antecedieron, como un hombre con gran trayectoria política puede ofrecer a Veracruz la posibilidad de un resurgimiento.
 
En tan sólo unos días ejerciendo la política como instrumento de Estado, ha logrado que se instale una mesa de trabajo para rescatar a Veracruz, se reunió con el Presidente Peña Nieto, con el director de Pemex, con el Secretario de Hacienda y tomó las riendas, a través de Clementina Guerrero, de la Secretaría de Finanzas para detener el escandaloso robo de dinero del erario público.
 
Definitivamente se nota el ejercicio político de Yunes Linares, ahora viene lo bueno, cómo va a instrumentar las acciones del Plan Veracruzano de Desarrollo, si el gran problema son los salarios y el pago a proveedores, esta situación dejará sin liquidez y sin muchas posibilidades de que en la inmediatez Veracruz haga frente a tantas necesidades de los veracruzanos.  
 

Prometió muchas cosas como candidato, pero lo principal es que habrá orden en las finanzas y el gobierno, se pretende una reingeniería en el aparato gubernamental y un equilibrio en los objetivos del ejercicio público asumidos de forma responsable, habrá lucha contra la corrupción, un alto a la violencia e inseguridad, Inspección fiscal, laboral y guerra total a la economía sumergida. Independencia y promoción de la auditoría pública, austeridad de los funcionarios convocados a trabajar con él, respeto a los derechos humanos, rendición de cuentas, fiscalización de empresas y proveedores que existan en el padrón de contratistas y proveedores del estado y celeridad a las denuncias judiciales serias, sin juicios mediáticos paralelos contra los corruptos. Me están oyendo inútiles.
 
Obviamente, habrá detractores, soflameros como los sindicatos, fuego amigo y venganzas de los que tienen fuero.
 
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