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Columnas y artículos de opinión
¡Un plan siniestro!
Helí Herrera Hernández
9 de enero de 2017
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
El asunto no es fácil de comprender y explicar pero como todo, tiene un fondo, y en el caso de los saqueos que se han desatado en varias entidades del país éste es un conjunto de acciones premeditadas que vienen eslabonándose desde que la Reforma Energética se aprobó en el Congreso de la Unión con los votos del PRI, PAN, verdes, panal y varios del PRD.
 
Suena descabellado pero es la verdad; los grandes trusts petroleros norteamericanos exigieron, para poder invertir en México una vez que esos legisladores decidieron privatizar esta industria nacional: seguridad. >Si no hay seguridad nadie va a invertir, y esa seguridad solo la puede brindar y ofrecer el Ejército en las calles, estableciendo destacamentos de seguridad y de bases de operaciones móviles y fijas, la intercepción terrestre, aérea y marítima, patrullajes, puestos de vigilancia, reconocimientos, seguridad en instalaciones estratégicas y “todas las que la ley se lo permitan y se consideren necesarias”, con el claro propósito de “controlar, repeler o neutralizar actos de resistencia” incluso, si no es agresiva.

 
Por eso el discurso tronante y amenazante del general Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional el pasado 8 de diciembre donde habla a nombre del Ejército (sin ser su comandante en jefe), exigiendo un nuevo marco jurídico que faculte a esta fuerza para que siga en las calles, y que si no regresará a los cuarteles, dejando entrever (a ver quién se encarga de los delincuentes y criminales), dado que no existe ninguna fuerza capaz de enfrentarlos por colusión con ellos, y mas aun, cuando no existe gobierno porque éste ya fue rebasado por el clero político, por los hombres y mujeres de dinero en México y extranjeros, por cacicazgos regionales y otros grupos de poder como los fácticos.
 
La ley de Seguridad Interna que tanto exige y que fue apresurada a votarse antes de que acabara el pasado periodo de sesiones de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión por diputados del PRI y del PAN, fue parada con argumentos de sus pares de Movimiento Ciudadano, Morena y PRD por lo que tendrá que esperar, por lo menos hasta el siguiente periodo que fue, desde mi óptica, lo que vino a desesperar al sector duro de esos partidos y, principalmente, a los del poder económico en México, que venían exigiendo que ésta saliera desde el año pasado.
 
No es casual entonces, que los hechos se concatenen, que converjan sospechosamente con acciones gubernamentales y reacciones sociales que por más que se hubieran planeado no saldrían tan perfectas. Al Estado fallido que tenemos (desgobierno), le da por decretar un aumento a los combustibles desproporcionado, fuera de toda lógica, y aprovecha “la disposición” de los medios de comunicación de siempre para salir a explicarnos que es producto de un aumento internacional, a sabiendas que mienten, porque tan sólo en Estados Unidos el litro de gasolina fluctúa entre 10 y 11 pesos (dependiendo de la calidad), y eso tomando en consideración el actual valor del peso (21 por un dólar), dado que si lo tomáramos con el valor anterior a la devaluación estaría entre 9.27 y 9.50 pesos cada litro. Pero bueno, ya estamos acostumbrados a las mentiras del presidente que desde el primer día de su mandato prometió que las gasolinas bajarían, lo que no encaja entonces es cuando una turba 2, 3, 4 y cientos de veces salen a lo largo y ancho del país a saquear tiendas departamentales (no changarros), destrozándolas, robándose de todo, desde pantallas, colchones, ropa y comestibles y, lo inaudito, bajo la vigilancia en la mayoría de los casos de las fuerzas del orden que para desbloquear tramos carreteros y calles lo hacen con lujo de violencia, como golpeadores profesionales que son y aquí, en escenas que la televisión y las redes sociales muestran, hasta sumándose al robo, como para demostrar que no sirven, que hay que sustituirlos por otros más eficaces que sean garantía para el famoso Estado de Derecho y/o convivencia social y sana.

 
No cuadra, por lo menos a mi no. Un discurso tronante del Secretario de la Defensa exigiendo la aprobación de una ley que les permita quedarse en las calles para investigar y detener; un aumento irracional a los combustibles que generan irritación social, unas hordas muy bien dirigidas por agitadores profesionales que saquean tiendas de los adinerados en este país, y unas fuerzas del orden inoperantes, que vigilan y cooperan con su inacción a los saqueos. No, este coctel no puede salir tan perfecto si no fue ideado por mentes maquiavélicas con poder político y económico con un claro fin >legalizar la bota militar en las calles<, una bota que está educada, como bien lo dijera el Secretario de la Defensa Nacional, sólo para obedecer a sus mandos, no para razonar por sí mismos frente a hechos concretos.  
 
He leído bastante y en todas esas historias en donde el ejército duerme en los cuarteles y actúa en las calles tiene un solo nombre: dictadura, que conculca garantías individuales y derechos sociales, y es aplaudida por la clase social adinerada en esas naciones porque “pusieron orden”, frente a un Estado constitucional que no lo hacía.
 
Lo discutí hasta con mi hijo, desde aquellos comentarios que el Ejército mismo ya está cansado de tantas tarugadas de Peña Nieto y por ello podría buscar tomar el poder, hasta las calenturas de los Lópezobradoristas que precisan un Estado de Excepción donde los generales toman el poder y no convocan a elecciones. Entre estos extremos peligrosos lo cierto, lo real, es que en la Cámara de Diputados ya está una iniciativa de ley próxima aprobarse que le permitirá al Ejército y la Marina patrullar las calles de México, detener a hombres y mujeres que vean sospechosas sin ninguna orden judicial (existen múltiples denuncias en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por estos casos), sólo que ahora de manera legal.

 
¡Qué más argumentos quieren los que desean que esto ocurra, sino los saqueos irracionales acontecidos en esta primera semana de 2017!
 
Cuidado.