DISTANTES
 
PIEDRA Y COYOL... Lamentable y preocupante para los habitantes del municipio de Veracruz puerto, es el distanciamiento que mantienen el gobernador del estado Miguel Ángel Yunes Linares y el alcalde del municipio de Veracruz, Ramón Poo Gil, lo cual quizá se justifique en lo político, pero no en el ejercicio de sus responsabilidades constitucionales, que al ser divergentes, provocaron por ejemplo que los saqueos y latrocinios en el norte de la ciudad porteña, fueran incontrolables durante los días cinco y seis de enero.
 
Ese distanciamiento entre el mandatario estatal y el munícipe de la ciudad de Veracruz se hace cada vez más notorio, sobre todo luego de que el primero ya logró la reconciliación con el alcalde del municipio de Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol, duartista de cepa, quien en la campaña electoral de Yunes Linares se negó a atenderlo argumentando que el entonces gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, no se lo había autorizado.
 

Caballero Rosiñol, ha sabido entender que no es lo mismo la gimnasia que la magnesia y por ello, una vez concluido el sexenio duartista, se cuadró ante el mandatario entrante con quien ha sorteado a su lado, conflictos como el de la presa Yuribia.
 
Ayer domingo, Yunes Linares y Caballero Rosiñol, estuvieron juntos en la rueda de prensa que se ofreció para dar a conocer precisamente la solución al conflicto de la presa.
 
Américo Zúñiga Martínez, alcalde de la ciudad de Xalapa, es otro de los munícipes a los que se les ha visto acompañar al gobernador del estado, Miguel Ángel Yunes Linares, como fue la tarde-noche del viernes seis de enero, cuando juntos caminaron por las calles de la capital del estado para devolver la tranquilidad y dar certeza a los comerciantes jalapeños que temían el saqueo de sus negocios.
 

Todo lo contrario a los casos de Coatzacoalcos y Xalapa se está dando en el municipio de Veracruz puerto, a donde el mandatario estatal vino dos días seguidos a atender personalmente el asunto de los saqueos a comercios, sin que le acompañara el presidente municipal Ramón Poo Gil.
 
Solo también, el alcalde porteño recorrió colonias del norte de la ciudad- su talón de Aquiles- donde el temor de la gente prevalecía la noche del viernes ante la psicosis generalizada de posibles saqueos y quema de viviendas.
 
Las acciones por separado del ejecutivo estatal y del presidente municipal de Veracruz, provocaron una total y absoluta descoordinación de mandos, que desunificados dieron pie a que los hechos delictivos y latrocinios se magnificaran en este municipio y continuaran pese a los recorridos de ambos.  
 

EL NECIO... El gran literato Carlos Fuentes, con gran ascendencia en Veracruz, resumió en una frase algo que el empresario Ramón Poo Gil no ha querido ni podrá entender aunque su director de Gobernación Gilberto Zamorano Morfín se lo haga escribir en mil planas de tarea, “La política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos”.
 
Poo Gil, quien nació en pañales de seda y de política sabe lo poco que ha leído en Wikipedia, se ha distinguido por su espíritu empresarial en los tres años que lleva como alcalde de la ciudad de Veracruz, olvidando que se debe a la ciudadanía porteña que lo eligió y que por ende, su cargo es netamente de representación popular.
 
La actitud de Ramón, como gusta que le llamen, nos hace recordar otra frase de Carlos Fuentes que le viene como anillo al dedo, “Los pueblos juzgan más por lo que ven, que por lo que entienden” y lo que ven, entre otras cosas, es que no se lleva bien con el gobernador del estado.
 

EL QUEDABIEN… Hoy lunes se cumplen siete años de que el innombrable Fidel Herrera Beltrán mandó desalojar el Penal de Allende, enviando a otros penales a los 960 reos que allí se encontraban. Actualmente la instalación ubicada en la avenida Allende, entre Cortez y Canal está abandonada, infestadas de ratas, que trasmiten más de 70 enfermedades, afectando a los vecinos de esa zona centro de la ciudad y sobre todo, a un kínder que se ubica ahí y cuyas maestras ya han denunciado públicamente lo peligroso para la salud que resulta el ex Penal de Allende.
 
Para recordar que tanto Fidel Herrera, como su hijo pródigo, el ahora prófugo Javier Duarte de Ochoa, se llevaron todo aquello que encontraron y que era propiedad de los veracruzanos, es este caso del Penal de Allende, que le entregó al director y actor norteamericano Mel Gibson, instalaciones que desalojó con el simple argumento de que habría un motín, porque los grupos delincuenciales habían advertido que entrarían al penal a degollar a todos los reos.
 
Otro argumento para desalojar el Penal de Allende, es que ello era parte de lo planeado en el Plan Veracruzano de Desarrollo que contemplaba un ordenamiento territorial.
 

En otra más de sus fideliñas, se dijo que en lugar del Reclusorio Allende, se construiría en ese lugar una plaza comercial que se denominaría, según Fidel Herrera, Corredor Mercados- Penal, en donde habría más de 20 mil metros cuadrados, techados para estacionamiento, plaza y hasta un museo y sala de exposiciones porque había en Veracruz “muchas piezas de distintas épocas que no se exhibían porque no había donde”.  
 
En otra de sus tantas cábulas, Tio Fide dijo que el Penal de Allende sería una especie de set cinematográfico, pues había ya 20 filmaciones programadas en ese lugar.
 
Posteriormente, en tanto se acercaba la salida de Fidel Herrera, se hablaba que no, que la instalación se entregaría al Instituto Nacional de Antropología e Historia para que trasladara sus oficinas a ese lugar y hasta un museo montaría en lo que fuera el Penal de Allende.
 

Hoy en día, los veracruzanos se dan cuenta que nada de ello ha ocurrido en el lugar, que fue tomada de pelo de Fidel Herrera Beltrán.
 
Hoy día los padres de los niños que asisten al kinder en esa zona de la ciudad, las maestras de esa institución educativa y los mismos vecinos, piden al gobernador del estado Miguel Ángel Yunes Linares, que se de uso al lugar, tal vez atendiendo la petición de los abogados penalistas, quienes solicitan que el lugar se recupere para la instalación de un sitio en donde se lleve a las personas detenidas y sujetas a proceso jurídico, necesidad que se demostró con los recientes saqueos en la conurbación Veracruz- Boca del Río, para lo cual se tuvo que pedir a la Armada de México que prestara sus instalaciones en la zona norte de la ciudad para recluir ahí, a todos aquellos que se arrestaron en los hechos registrados en aquella zona, donde saquearon tiendas, supermercados y todo tipo de negocios.  
 
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