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Columnas y artículos de opinión
Abusos de autoridad
Luciano Blanco González
11 de agosto de 2017
alcalorpolitico.com
Se puede caer en grandes errores si se pretende leer la historia en la temporalidad en que suceden los hechos, máxime si son de la magnitud política y trascendencia nacional inédita, como en el caso de Veracruz, Estado en que de buenas a primeras experimentamos un relevo institucional que trastoca 87 años de prácticas rutinarias que significaron estabilidad y entendimiento para todas las corrientes y fuerzas sociales que compartieron el poder y la riqueza de manera pacífica, mediante acuerdos a veces no muy ortodoxos en la moralidad, indignos y retorcidos otras y algunos constructivos y edificantes que le dieron a nuestro Estado, estabilidad, progreso y bonanza.
 
El fatal accidente, el irremediable tropezón que provocó la trágica y lamentable ruptura transitoria del eslabón, Federación, Estado, Municipios, que colocó al Estado en una situación de crisis mediática, aderezado con una enfermiza economía y de una trágica inseguridad, sucedió como consecuencia de la insensata y equivocada imposición de un hombre creído de sí mismo, fatuo y engreído, que en su equívoca concepción de gobierno, pensó que lo podía todo, creyéndose dueño de todas las voluntades, así Javier Duarte, con su Madonica sonrisa y su natural histrionismo genuflexo, convenció a los veracruzanos de que era el hombre ideal para dirigir los destinos del gobierno.
 
Sin embargo, Javier Duarte al llegar al poder mostró en plenitud su verdadera esencia rapaz, codicioso de fortuna, burlón, corriente y desdeñoso de todo y de todos, presuntuoso al grado de asumirse públicamente como la fuente de todo poder, concitándose con monedas del erario la aprobación y apoyo de todas las oposiciones de partidos y líderes, así como los consabidos favores presidenciales, desde luego la gracia de las iglesias y ahora sabemos y nunca nos imaginamos, porque se ponía en duda su sexualidad, recibía también los favores de las mesalinas de su banda, aunque se llegó a sospechar que igualmente sucedía con sus efebos.  
 

Pero su simulado y oropelesco mundo de prosperidad, pregonado falazmente sobre una realidad de pobreza y atraso, su notorio desgobierno tangible en las calles, en las carreteras, en los edificios públicos y el indolente y agraviante saqueo del patrimonio de los veracruzanos, acentuado por una situación crítica de violencia en todos los ámbitos, fueron aireándose en indignados reclamos que parecían simples pleitos políticos por el poder en época preelectoral, en los que se vale la mentira, la calumnia, la injuria, las acusaciones sin fundamento y toda clase de ataques que contribuyeron al objetivo de arrancar el poder o en este caso a destronar al enemigo.
 
Así parecía porque Duarte y su camarilla poseían como los gatos poderosas uñas para rascar la tierra y tapar su pestilente mierda, además de poseer y utilizar suficiente billete para que sus más acérrimos detractores guardaran silencio complicitario y en algunas ocasiones colaboraran en magnificar y purificar sus designios maléficos.
 
Pero como el poder, la gracia y la fortuna no son eternos, así como el amor y el dinero son inocultables, comenzaron a elevarse las voces serias de denuncia y la exigencia de investigaciones administrativas y judiciales por parte entre otros del diputado Federal Miguel Ángel Yunes y de los senadores José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, quienes en ese momento figuraban como fuertes aspirantes al Gobierno de Veracruz, abanderados por sus respectivos partidos.
 

Lo peor que le pudo haber sucedido a Duarte fue su ciega y enfermiza soberbia que le impidió visualizar el futuro y obstinarse en heredar el cetro a uno de sus favoritos. Oponiéndose aferradamente a que el candidato del PRI fuera por sus exquisitos pantalones, cualquiera que no fuera de su círculo, aun cuando el ambiente provocado por las denuncias en su contra ya le era totalmente hostil.
 
Nadie aplaudió su grosera burleta con una caña de pescar que públicamente y con fines aviesos obsequio al senador Héctor Yunes con motivo de su cumpleaños tratando de exhibirlo, pero más que nada en un arranque de cinismo, para señalarle que él no era un corrupto, que los corruptos eran otros.
 
La mayoría criticamos sus excesos en el ejercicio del poder cuando al Gobernador electo Miguel Ángel Yunes y miembros de su familia, en diversas ocasiones fueron cateados en las carreteras, sometidos a insulsas y ofensivas revisiones en los retenes que por sus órdenes hacían los policías a su servicio, tratando de exhibirlos y ridiculizarlos, justificando su conducta con la máxima de que “la ley se aplica sin distingos”
 

Estos actos nos revelaron un Duarte desquiciado pues en un estado de derecho la máxima es el respeto a la persona, la familia, el honor y los bienes de los ciudadanos y en la actual situación en que dócilmente permitimos ser revisados y que se violen nuestras garantías, lo hacemos porque consideramos que es la única manera que la autoridad tiene para cerciorarse de que no se trata de delincuentes. Una vez identificados como personas honorables como correspondía, lo lógico era respetuosamente permitirles el paso, pero no, aun con la identificación oficial Duarte se dio el lujo de retener a un funcionario reconocido por su honor, su profesión, su calidad de Senador, como lo es el Senador Fernando Yunes.
 
Mientras él gozaba de sus travesuras, celebrando a carcajadas que lo hacían doblarse de la risa, refiriéndolas como hazañas a quien quisiera escucharlo, olvidó el dictadorzuelo que el poder se le terminaría y cuando despertó sólo avizoró un camino, obstaculizar el ascenso de Miguel Ángel a la gubernatura, mediante una serie de vilezas inventándole investigaciones y causas penales, sintiéndose capaz de mover a su capricho el aparato judicial del país, apoyado sólo en su engreída voluntad, pues a pesar de que se hizo acompañar de los diputados federales y locales, nadie hizo eco a su endeble e infundada petición, además no representaba ya, más que al ridículo.  
 
Duarte estaba ya trastornado por la omnipotencia del poder y la enorme riqueza en la víspera electoral, pegándole a todos y con todo principalmente al PRI y al actual Gobernador, por ello el partido lo expulsa y el segundo en estricta aplicación de la justicia, aporta a las investigaciones todos los elementos a su mano para que se castigue al gobernante rapaz, por cuya culpa el dinero estatal apuradamente alcanza para lo más indispensable y se tiene que hacer un esfuerzo mayúsculo para emprender obras urgentes para resolver las necesidades de la población.
 

No se puede señalar al señor Gobernador como responsable de la escasa obra pública, cuando no hay dinero y no hay de dónde agarrar, sí habrá que reconocerle la gran obra moral que con mucho esmero ha emprendido y que esperamos concluya pues son muchos los obstáculos y resistencias que tiene que enfrentar sobre todo el de una sociedad incrédula que difícilmente valora y apoya lo que tiene a la vista, pues los cambios los considera como relumbrones políticos y mediáticos sin darse cuenta de los cambios reales.
 
Para edificar esta obra moral, tuvo que sacudir toda la estructura burocrática del viejo régimen sin importar que algunos por conveniencia lo hubiesen apoyado con sus comentarios y votos a llegar al poder, quizás por ser poseedores de una mentalidad formada en el moche, en la mordida, en el atraco de la extorsión o en el hábito de aviador. Se limpiaron las nóminas del magisterio, de la policía, de tránsito, de salud, de los costosos asesores, de La Legislatura, del Poder Judicial, de los organismos autónomos, se desaparecieron organismos descentralizados y tenemos que pensar que fue para bien, cuando menos ya no hay alumnos sin maestro, no se sabe de la voracidad de los agentes de tránsito extorsionando a discreción, no se sabe ni se siente que la policía esté al servicio del crimen, no se sabe de levantones policiacos, no hay noticia de desapariciones forzadas por parte de la autoridad, no hay noticias de fosas clandestinas frescas, en las clínicas hay mejor atención y abasto de medicinas. La Universidad y las instituciones oficiales están trabajando, no hay amenazas de huelga o paros.
 
Hay abusos de autoridad, cuando menos así se sienten al ejercer esta sus actos de manera prepotente, a nuestros policías les falta conducirse con los más elementales principios de urbanidad cuando tratan con ciudadanos de todos los niveles, pues la mínima infracción es motivo hasta de regaños y la mínima resistencia es motivo de insultos y detenciones, aunque el motivo sea nada, a lo mejor lo vemos así, porque antes todo se arreglaba con dinero o con fueros.
 

En la carretera un policía estatal es agente de todo, a quien hay que justificarle del vehículo, la propiedad, la verificación, la tarjeta de circulación, la mercancía, el dinero que porta, si llevas un animal las guías correctas, los permisos de Profepa si son exóticos, la licencia de manejar, la identificación personal, la identificación de los acompañantes, si tomas o no, de dónde vienes y a dónde vas, si llevas armas, si llevas cartuchos, a qué te dedicas, dónde vives.  
 
Cuando a una buena policía, le bastaría con identificar suficientemente a un conductor y al vehículo, dejando las funciones de Ministerio Público a este funcionario. Aunque la ley de seguridad pública, (la ley que utilizó Duarte para atracar y someter) como la penicilina es de amplio espectro y abarca hasta la sospecha.
 
Muy difícil va a ser que la sociedad perciba estos cambios, porque está más interesada en saber cuántos muertos hubo hoy y las nuevas de Duarte y su pandilla, temas por demás mediáticos que en conjunto constituyen el pan de cada día en las redes, en las mesas de alimentos y en todos los medios de comunicación.
 

No se aprecia el paso firme que el Gobernador está dando junto con las fuerzas armadas federales para combatir a la delincuencia organizada desarticulando bandas y capturando peligrosos capos que tenían asoladas amplias regiones, pero que lentamente van cayendo uno a uno, lo que da confianza en que pronto tendremos la casa limpia y la ansiada tranquilidad para todo el Estado.
 
Por otro lado, este cambio intempestivo ha traído consecuencias muy positivas en la conciencia partidista del priismo y de la sociedad civil que añora los tiempos idos de la convivencia, el acuerdo y la estabilidad, impulsados por el instinto gregario de supervivencia se agrupan y se preparan para reconquistar la plaza con fuerza, talento y decisión, a sabiendas de que las próximas elecciones serán arbitradas y supervisadas por una potencia superior a las locales, en que toda presión material o psicológica será impedida y de cometerse, fuertemente sancionada.
 
Hoy mismo los cuadros del priismo veracruzano están presentes en la gran discusión nacional que se está dando en las mesas de diálogo y discusión en diferentes ciudades de la República y antes se dieron en cada distrito electoral.
 

De la XXll Asamblea Nacional del PRI, habrán de surgir los grandes acuerdos nacionales que repercutirán hasta el pueblo más alejado del país, no a los candados, sí a la apertura ciudadana, no al fuero como escudo de impunidad. Sí a la transparencia, no a la corrupción, será esta una gran caja de resonancia que impactará grandemente a la administración pública.
 
Los veracruzanos nos sentimos gratamente representados en la Asamblea que marcará los destinos de México, por un hombre sin mancha, limpio a carta cabal, con una visión progresista de gobierno y con una inclinación natural a promover el desarrollo de toda la sociedad, sin poses, sin demagogias, sin estridencias. Los hechos y no las palabras definen al senador José Francisco Yunes Zorrilla que por algo lo eligieron para dirigir la Mesa del Programa de Acción, tema que es la piedra angular del PRI, precisamente allá donde las águilas levantan el vuelo, Toluca, que es la tierra del Presidente Peña Nieto y no lo dude desde allá, Pepe batirá sus alas con suavidad a su estilo, hacia el Palacio de Gobierno en Xalapa, Quien no lo sienta o presienta, tendrá que buscar otra explicación a tan distinguido cargo.
 
Mientras acá en el norte, por fin sentimos después de varios años algo de cariño y preocupación por los problemas de nuestra tierra por parte de un Gobernador. El licenciado Miguel Ángel Yunes, en su última visita a Tuxpan, recorrió lo que será el libramiento de esta gran ciudad, obra que indudablemente impactará fuertemente en su desarrollo, por los miles de vehículos que diariamente transitan por esta deteriorada vía, antes estuvo en el poblado de Ojite, en donde se construirá un nuevo puente para intercomunicar Tuxpan con Álamo, sin necesidad de dar una vuelta kilométrica por Potrero o por Tihuatlán.
 

Pero lo que más nos entusiasmó fue el anuncio de la construcción del eje carretero Tamiahua - Chicontepec, que de Tamiahua, desemboca en Naranjos y entronca hacia Tuxpan y Tampico, continuando hacia la sierra por los municipios de Chinampa, Tamalín, Tantima, Citlaltépetl, Chontla, Ixcatepec, desembocando en San Sebastián, para entroncar con la carretera Tantoyuca- Álamo y continuar hacia Chicontepec. Esta sería la realización de un añejo anhelo, pues actualmente existe, pero con tramos y tramotes de plano intransitables.
 
Quienes somos todavía testigos de los presentes acontecimientos, tenemos que medir y valorar las expectativas del Estado, haciendo a un lado las entrañas cuyos humores nos obnubilan y nos convierten en erráticos críticos o en dóciles corifeos, vivamos este cambio con la sensatez y prudencia que los tiempos aconsejan y no perdamos de vista el futuro promisorio que sin resabios y con sacrificios habremos de alcanzar si nos lo proponemos.- Por el bien de la causa.  
 
luciano_blanco [email protected]