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Columnas y artículos de opinión
Trinchera Final
Jenaro del Ángel Amador
23 de agosto de 2017
alcalorpolitico.com
Un buen político debe tener: corazón -que palpite-; carácter –para conducirse-, cabeza –para actuar-
 
1.- Se atribuye al veracruzano universal Jesús Reyes Heroles, la frase en la que se involucra al buen político que debe tener: Un corazón que aguante las embestidas de los propios y los extraños; un carácter férreo, casi a prueba de balas; y una cabeza con un cerebro que alumbre con luces propias.
 
Lo cierto es que don Jesús alineó muchas palabras que resultaron frases que dimensionaron su estatura política. Un práctico político que fue más allá del pensamiento que combinó como nadie, con la práctica hasta llegar a convertirlo como el más grande ideólogo de la pos revolución.
 
Hoy hay dos frases que aplican como si hubieran sido creadas exprofesamente, y que aplican lo mismo a los del PAN, a los del PRI que a los impolutos de Morena: La política es técnica de aproximación, no ciencia exacta y por ello quizá José Antonio Meade Kuribreña, podría ser el candidato del PRI a la presidencia de la república

 
Porque también quienes aceleramos las manecillas del reloj somos nosotros, y por ello, también resultaría que en política siempre se elige entre inconvenientes.
 
Pero esta dolorosa y dulce decisión, en la práctica mexicana, corresponde a un solo hombre; En Morena, en el PRI, y por inclusión, en algunos otros partidos de este país único en la forma y en el fondo.
 
2.- Los tiempos no se aceleran, son los hombres los que aceleramos las manecillas del reloj, en casi todos los casos y todos los partidos.

 
Lo mismo Ricardo Monreal que Margarita Zavala o el propio Meade, que ayer mismo se emboletaron en los noticieros matutinos para levantar la mano. Uno asido a su gurú de hoy al que venera y respeta, y al que no se le rebelará aunque lo saque del privilegio de ser a empujones.
 
Otro que usa como escudo su responsable función en la multiplicación de los recursos, y las oportunidades, para mejorar la economía de los nacionales, y la tercera en el matraqueo del piso parejo, que ni es piso y menos parejo.
 
La ansiedad por el poder es inocultable en todas las proporciones: lo mismo en la aldea que en el altiplano; todos quieren el poder para disfrutarlo en joyas; ropajes, paseos, casas, buena vida, aunque les cueste la vida o la libertad.

 
3.-Por eso Manuel Andrés ha dicho, en la comodidad de sus casi sesenta y cuatro años, “que no va a ser eternamente candidato”, y nomás eso faltaba; que fuera por la cuarta o quinta oportunidad de llegar a Palacio Nacional o irse a “la chingada”, el rancho que dicen tiene en Chiapas, -que le heredaron sus padres, seguramente- .
 
Él es el único aspirante que no quiere el poder para “hacerse rico”; él quiere ayudar a los pobres; quiere servir al pueblo; quiere sacar a todos de la pobreza; quiere a un México sin los ladrones “de la mafia del poder” porque ya los tiene dentro.
 
En fin, con MALO este país podrá redimirse y en el que todos seamos felices porque él lo dice.

 
P.D.- Ayer fue el día del Bombero. Bombero que combate el fuego y nada tiene que ver con la política...