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Columnas y artículos de opinión
Demagogia y cinismo el paquete económico
Helí Herrera Hernández
18 de septiembre de 2017
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.es
 
El pasado 8 de septiembre el Ejecutivo Federal presentó al Congreso de la Unión, por conducto del Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, para su análisis, discusión y modificación el paquete económico para el ejercicio 2018 que contiene: 1.- Criterios Generales de Política Económica. 2.- Iniciativa de Ley de Ingresos. 3.- Miscelánea Fiscal y 4.- Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.
 
Independientemente que en la exposición de motivos, Enrique Peña Nieto asegura que no desaparecerá ningún programa social ni beneficiario, lo cierto es que con letras chiquitas precisa el paquete que algunos de ellos serán lastimados (recortes económicos), y que analizados a profundidad serán los relacionados con el ámbito del bienestar social los que sufrirán una disminución en su presupuesto.

 
Lo explico: Desarrollo Social sufrirá un recorte de 3.4% (poco más de 3 mil 700 millones de pesos menos que en 2017). Salud, de 4.5% (5 mil 715 millones menos). Educación de 1.8% (5 mil millones de pesos menos), aunque el caso más alarmante es el del Seguro Popular, creado para población más vulnerable que para 2018 tendrá un presupuesto de apenas 38 mil millones de pesos, mientras este año se le asignaron 68 mil 700 millones de pesos (le recortan 44.75%), que se traducirá en menos atención médica, hospitalaria y de medicamentos.
 
Entonces los buenos propósitos que precisa el ejecutivo federal en el presupuesto de egresos chocan con los millones de pesos que el mismo contempla para el Estado de Bienestar que hipotéticamente proyecta. Porque no se puede hablar de un México incluyente cuando la desigualdad generara que el país, siendo la decimoquinta economía mundial descendiera al lugar 77 de la lista del Índice de Desarrollo Humano del programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
 
Pero hay más estadísticas para mostrar cual falsos son los pronósticos de desarrollo que presagian estos políticos neoliberales y que son, además, resultado de las políticas públicas económicas que vienen implementando desde hace más de 32 años: Entre 2012 y 2014 la pobreza aumentó en 2 millones de personas al pasar de 53.3 a 55.3 millones de personas (Coneval). El país padece una desigualdad extrema: el 10% más rico gana 20 veces más que el 10% más pobre (el promedio de la OCDE es de cerca de 8 veces más). Mientras el Producto Interno Bruto per cápita crece menos de 1% anual, la fortuna de los 16 mexicanos más ricos se multiplica por 5 (Oxfam).

 
Es inmoral e indigno vender internacionalmente un México próspero, en franco desarrollo y con crecimiento económico si están a la vista estos niveles de pobreza y desigualdad calificados no por mí, sino por organismos internacionales. Además, la mitad de la fuerza de trabajo está en la informalidad, la productividad es muy baja, no existe seguridad jurídica, el desarrollo financiero es insuficiente, los servicios de salud son deficientes, la corrupción e impunidad son sellos de estos gobiernos y el crecimiento económico ha sido de solo 2.2 por ciento anual.
 
El paraíso educativo que prometió Peña en la toma de protesta de su gobierno con la famosa Reforma Educativa, garante de una educación de calidad en México es un objetivo inalcanzable. Mas de la mitad de los alumnos no alcanzan el nivel de competencia básico en Lectura y Matemáticas; persiste una deserción de 55% durante el bachillerato; la mitad de los maestros evaluados en 2015 y 2016 obtuvieron resultados insuficientes por virtud del desfasamiento entre los programas educativos y la realidad social de alumnos que llegan sin alimentos al salón de clases, que es sinónimo de nulo aprendizaje y rendimiento.
 
Es insultante el discurso oficial que prolifera internacionalmente que México está en paz, cuando todos los días ya ni siquiera nos enteramos, sino que somos testigos o víctimas de robos, extorsiones, secuestros y asesinatos que ocurren a la vuelta o enfrente de donde vivimos. y que estos aumentan por la complicidad que hay entre delincuentes y autoridades, y más aun cuando es el mismo gobierno que impunemente viola los derechos humanos, espía e intimida actores sociales y políticos en México.

 
¡Demagogia y Cinismo! Es el calificativo que se le puede dar al Proyecto de Paquete Económico 2018 que mandó el presidente de la república al Congreso de la Unión, y que es reflejo del fracaso económico de la actual administración que desde sus inicios prometió (Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018) como meta para alcanzar un país próspero, que permitiera erradicar de manera permanente la pobreza, elevar el nivel de vida de la población y construir una sociedad más equitativa, producto de una distribución de la riqueza más democrática.
 
Se ufanan en spots de radio y televisión los voceros de Peña Nieto que México ocupa el lugar 12 en producción mundial de alimentos (José Calzada Rovirosa, secretario de SAGARPA). Pero no termina la información precisando lo maquiavélico que resulta que solo un 17 por ciento de esa producción se queda en el país porque el precario poder adquisitivo de los mexicanos mayoritarios impiden su compra.
 
Las prioridades de Peña como antes fueron las de Calderón, Fox, Zedillo y Salinas siguen siendo que: antes de darle poder adquisitivo al mexicano para que se coma esos alimentos que produce, se paguen 35 mil 850 millones de pesos cada año a los banqueros de intereses del robo que perpetraron hace 18 años (FOBAPROA), y que Ernesto Zedillo, amante de la privatización y enemigo de la socialización decidió nacionalizar esa deuda para que la pagara el pueblo hambriento.

 
Este es el timbre de los que en el discurso se declaran discípulos de los parias, pero que con sus acciones de gobierno los condenan a estadios de miseria. Así inició su gobierno Peña y así lo va a terminar.