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Columnas y artículos de opinión
Trinchera Final
San Gennaro, otra vez...
Jenaro del Ángel Amador
20 de septiembre de 2017
alcalorpolitico.com
1.- “…En el año 305, durante la persecución de Diocleciano y Maximiano (la última que sufrieron los cristianos hasta la paz de Constantino), Jenaro —siendo obispo de Benevento— es encarcelado, junto con los amigos que le acompañan, por los soldados del gobernador de la ciudad, que lo reconocen en el camino cuando se dirige a visitar a un diácono llamado Festo que estaba en la cárcel.
 
Sus captores intentan convencerlo para que reniegue de su fe, pero al no conseguirlo le introducen en un horno de donde sale sin daño alguno, sin que ni siquiera sus ropas sufran el rigor del fuego. Al día siguiente, junto con el diácono y otros cristianos, es trasladado al anfiteatro, donde son echados a las fieras, las cuales no les atacan y se echan a los pies de Jenaro como si de mansas ovejas se trataran.
 
Finalmente, ante tales hechos, deciden llevarlo con los demás cristianos a la plaza Vulcana (sita en la actual Pozzuoli) para ser decapitados. Con él fueron martirizados los diáconos Sosio, Próculo Januarii y Festo y también quienes hubiesen recibido el sacramento del orden del lectorado Desiderio, Eutiquio y Acucio….” WP.
 

El 19 de septiembre de 1985, cuando oía y veía el noticiero matutino de Televisa <<7:14 hs>> que conducía Lourdes Guerrero y Juan Dosal, de pronto la conductora musitó: “está temblando”, Juan Dosal se paró rápidamente de su silla y el sonido e imagen se perdió.
 
Horas después se supo el tamaño de la tragedia. Un terremoto había sacudido a la capital mexicana con el resumen de daños que muchos conocemos.
 
La devastación de la ciudad de México impactó al mundo.
 

2.- Hoy, otra vez 19 de septiembre y cuando se practicaban los simulacros de temblores o terremotos, volvió a suceder:
 
Un sismo generado en las cercanías de la capital mexicana, revivió la tragedia del 85 y causó pánico en los habitantes de la ciudad de México.
 
Cuando esto escribo los daños no se habían evaluado. Puebla y Morelos también fueron receptores del movimiento telúrico con sus propios daños.
 

Y otros lugares, incluido Xalapa, también resultaron agraviados por el fenómeno natural que 32 años después, y sin piedad alguna, asestó otro golpe letal a tantos mexicanos que ayer y hoy necesitarán ayuda y apoyo de los gobiernos federal y estatales.
 
No hay alternativa.
 
San Gennaro, el santo que veneran en la ciudad italiana de Nápoles, por alguna razón no explicada, ha vuelto a hacerse presente.
 

La fama de que goza san Jenaro se debe a un hecho, considerado "prodigio", que no milagro, por la Iglesia, que se obra todos los años en Nápoles el 19 de septiembre, aniversario de su muerte. El hecho, que según la tradición se produce desde hace 400 años, consiste en la licuefacción de la sangre del santo.
 
Ese día, un sacerdote expone en el altar de forma solemne, frente a una urna que contiene la cabeza del santo, una ampolla del tamaño aproximado de una pera que contiene su sangre solidificada. Los presentes empiezan a rezar y la sangre, normalmente sólida y de color negruzco, se vuelve líquida y rojiza y aumenta su volumen. Se considera un milagro del santo fallecido. Otros casos de licuefacción de sangre son los de san Chárbel Makhlouf en el Líbano y san Pantaleón en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid en España.
 
Ignoro si este día se ha habido licuefacción de la sangre del Santo, pero de todos modos, para nosotros los mexicanos, se ha vuelto a repetir el daño y la tragedia.
 

Ciento veinte, ciento veintitrés muertos, los que sean; han enlutado al país de nueva cuenta.
 
Los daños materiales, cuantiosos también, se podrían reparar, pero no las vidas que se han escapado en esta nueva tragedia nacional.