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Columnas y artículos de opinión
Un Presidente patriota
Luciano Blanco González
13 de octubre de 2017
alcalorpolitico.com
La difícil situación general que vive México, no la podemos reducir a un horizonte limitado a las elecciones del 2018, más allá del relevo presidencial y de las tragedias provocadas por la naturaleza se encuentra la difícil batalla económica que se libra con nuestro principal socio comercial que se obsesiona en llevarnos a un abismo económico si no nos arrodillamos servilmente para cumplir sus caprichos que amenazan con aislarnos con un muro que nosotros mismos pagaríamos a cambio de los beneplácitos norteamericanos para continuar como sumisos socios del imperio, sin trabas y sin gravosos e incómodos aranceles.
 
Los Estados Unidos están aprovechando de maravilla la profunda división que existe al interior de nuestro país, ellos aspiran a sostener permanentemente una riña entre ambos países con la intención de imponer su dominio más al sur y solo busca un pretexto para legitimar sus ambiciones territoriales.
 
El actual gobierno mexicano ya no es garantía para salvaguardar sus fronteras, ya no tienen un Felipe Calderón que les brinde el libre tránsito de sus agentes y espías para operar libremente en el país.
 

Quisieran que en México gobernara un líder intransigente y retador como Kim Jong-un, actual Presidente del Partido del Trabajo y líder supremo de la República Popular Democrática de Corea del Norte cuyo populismo y tozudez se reflejan en acciones y discursos pendencieros y desafiantes sin importarle exponer la vida misma de su pueblo, en una guerra que sería sangrienta y exterminadora, con la gran ventaja ante ellos de que aunque son una potencia militar por sus arsenales nucleares se encuentra muy lejos del territorio de nuestro también agresivo vecino, pero a nosotros nos callarían la boca en un santiamén y sin decir agua va.
 
O también desearían que este país se deshiciera en pedazos como Venezuela, cuya situación es consecuencia de la incapacidad de su Presidente Nicolás Maduro quien se niega a ampliar las vías democráticas y por ello impone una dictadura de partido que bajo la sombra del generalísimo Hugo Chávez desconoce la constitución, rompe el estado de derecho, substituye las instituciones, gobierna a su capricho mediante decretos y persigue, encarcela y asesina a sus opositores.
 
Acaso ya se nos olvidó que con la venia del ex Presidente Felipe Calderón, mediante el operativo Rápido y Furioso, introdujeron miles de armas de alto poder entregadas a los grupos de la delincuencia organizada y cárteles del narcotráfico con el supuesto pretexto de darles seguimiento y saber en dónde operaban estos grupos, seriamos ingenuos si creyéramos que han dejado de enviarlas y que ahora las armas y cartuchos les llegan del cielo. La ofensiva continúa y si no ha logrado desestabilizarnos del todo, sí nos mantiene preocupados con sus sicarios sobre todo en las fronteras.
 

Nuestro gobierno ya ha dado muestras de flaquezas para congraciarse con las ruindades imperialistas de Donald Trump, Para quedar bien con el gigante hemos ofendido a Venezuela y a Corea, en la primera con propuestas y acuerdos de la OEA que van en contra de la no intervención y de la auto determinación de los pueblos y con la segunda expulsando a su embajador por un supuesto rechazo a sus pruebas nucleares, que en el fondo nada nos interesan pero había que dar pruebas de lealtad al vecino para ganarnos sus simpatías. Trump lo debe de haber interpretado más que nada como una debilidad y ahora endurece su actitud para que aflojemos más, al fin que ya nos espantó y ya mostramos que estamos dispuestos a ceder.
 
Los mexicanos no queremos como Presidente de la República, un político grillo, chocholero y caravaneador, mucho menos un mentiroso o corrupto, a quien elija el pueblo de entre un abanico de oportunidades que tendremos en el escenario, elijamos a quien asuma con responsabilidad el compromiso de desarrollar una política patriótica que privilegie la unidad del país y que defienda los intereses de los mexicanos de este lado y de aquel, no importa el nombre o el partido, México requiere un gobernante que se avoque de inmediato a la urgente reconstrucción que reclama el país, el sur y el centro del mapa nacional se encuentran arrasados por los fenómenos de la naturaleza y todo él, deshecho por una imparable violencia que desanima los ímpetus de trabajo.
 
México entero reclama un presidente que combata a fondo la corrupción, no basta con combatir a los corruptos, Peña Nieto lo ha hecho muy bien, anteponiendo el prestigio personal y del partido, no ha tapado con silencio cómplice a quienes han saqueado las arcas públicas, ni a traicionado a sus electores cuando ha encarcelado los malos Gobernadores que heredó y que algunos ocultándose en el compañerismo de partido, gozaban de impunidad y disfrutaban indolentes de sus fortunas ya limpias por el tiempo transcurrido. Tomás Yarrington, Mario Villanueva, Eugenio Hernández, Roberto Borge, Jesús Reyna, Andrés Granier, Javier Duarte, Guillermo Padrés y una larga lista de depredadores que están bajo investigación. Si con esto no aprenden los actuales, quedará decir que estamos en un país que no tiene remedio.
 

En fin que todavía tenemos mucho que ver, por lo pronto 38 mexicanos preocupados por los destinos del país y hastiados del sistema autoritario de los partidos, han elegido la difícil ruta de los candidatos independientes, más de la mitad de ellos se habrán de quedar cansados en el camino, pero cada uno de ellos significa una idea, una posición política que enriquece la democracia Mexicana, gracias a la apertura que garantiza nuestra constitución.
 
En los partidos se avizoran todavía crueles y estrepitosas deserciones y rupturas personales y masivas, pero ello no deteriorara tanto a los partidos, coaliciones y frentes como el repudio que ya se respira por su actitud mezquina y arrogante, rebosante de avaricia, demostrada con el pueblo en los peores momentos de crisis y de necesidad en que haciendo a un lado la solidaridad, apretaron con más fuerza sus canonjías, formadas por el subsidio oficial a los partidos y a los candidatos en sus campañas.
 
Pronto veremos nuestro dinero convertido en glamorosos espectaculares, en guerrosos y caros flashes televisivos y radiofónicos, en despensas y láminas, en gorras, limas y machetes, en agasajos y comilonas, que a decir verdad estos últimos no ofenden a los necesitados, pero estos promocionales de ninguna manera contribuyen al desarrollo nacional y mucho menos a la equidad en las campañas.
 

La patria esta urgida de que quienes ocupan la cúspide del poder se desempeñen como ciudadanos limpios, incorruptibles, que quieran a México y a su pueblo, que no les tiemblen las rodillas cuando haya que tomar decisiones difíciles, si massiosare se atreviere a decretar y cometer felonías, no tan solo territoriales sino con actitudes que ofendan nuestra dignidad como nación, un guía nacional que responda armado de valor, decoro, decencia y mesura, que quiera a la patria, como se quiere a una madre y que haya dado muestras intachables de probidad, capaz de conducirnos en armonía respetando el Estado de Derecho y fortaleciendo el respeto a las instituciones y a las personas en un México de iguales, sin excepciones y sin privilegios, sin fueros y sin distinciones, con un Presidente así, encontraremos el camino perdido, lo difícil está en encontrar a ese hombre, para lo que no basta la lámpara de Diogenes, pero es suficiente la lógica popular, sabia e inequívoca, lo encontraremos.- Por el bien de la causa.
 
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