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Columnas y artículos de opinión
Trinchera Final
La guerra que viene... primero en el PAN
Jenaro del Ángel Amador
13 de diciembre de 2017
alcalorpolitico.com
1.- Cuando un despistado entrevistador le preguntó al senador panista y presidente de la mesa directiva de la Cámara Alta del Congreso de la Unión, Ernesto Cordero Arroyo, si se sumaría al proyecto del cuasi candidato del Frente, por decisión propia, la contestación fue demoledora: “…Yo, con ese cabrón, ¡ni a la esquina!"
 
2.- El coordinador ejecutivo de gabinete del Gobierno de Chihuahua, Gustavo Madero, ex presidente del CEN del PAN, llamó “pendejo” al ex presidente de la república, precisamente por el PAN, Vicente Fox, luego de que éste mostró su apoyo al precandidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de México, José Antonio Meade Kuribreña.
 
Fox Quesada, escribió que para “cerrar la brecha entre el México que somos y el que aspiramos a ser” es necesario la continuidad, y para él, ésta tiene nombre y apellido: se llama Antonio Meade, y esta afirmación molestó al antiguo aliado del gobierno priista en esta década, el señor Maderito.
 

3.- Ricardo Anaya, ahora aspirante a la presidencia de la República Mexicana, criticó los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón; los gobiernos que su partido llevó al poder en el año 2000 y 2006, “porque no hicieron los cambios en estructuras y resultaron una frustración". A toro pasado Anaya es un paladín que defiende a los mexicanos…
 
Así se llevan.
 
4.- En las elecciones presidenciales del 2006, Felipe Calderón Hinojosa motejó al MALO <<Manuel Andrés López Obrador>> como “un peligro para México” y esto le costó al ínclito hijo de Macuspana, perder muchos votos en aquélla elección. Sobre ese calificativo, Rafael Cardona Sandoval, en Crónica de Hoy, lanza una alerta a tiempo, para que no se diga que es a toro pasado:
 

“…Ricardo Anaya, un hombre peligroso…”
 
Imposible caer en la bobada de llamarle a Ricardo Anaya un peligro para México. Pero más estúpido aún no percatarse de los riesgos de su personalidad.
 
Anaya es un “animal político” en el mejor sentido de la palabra, Está dotado de una inteligencia por encima de la media (cosa más o menos fácil en un país de minusválidos mentales por desnutrición crónica de una buena parte de la población) y no conoce el significado de las palabras escrúpulo ni recato.
 

Sin el ánimo de ofender, tiene un temperamento depredador. Su estrategia en la vida es avanzar y subir, al mismo tiempo. No conoce el arrepentimiento y se sabe (o se cree), dueño de la verdad absoluta. No tiene reparos, no tiene pudores en su afán.
 
— ¿Eso lo hace peligroso? yo así, lo creo.
 
Basta con leer los documentos públicos del Partido Acción Nacional en el exaltado triunfalismo de la captura de la alianza por México, como modestamente han llamado a su Frente electoral:
 

“(PAN).- Durante el registro de la coalición ‘Por México al Frente’ ante el Instituto Nacional Electoral, el dirigente nacional panista destacó que pese a los constantes ataques del gobierno y que muchos los ‘daban por muertos’, ‘aquí estamos. Sí se pudo’.
 
“Tras hacer un recuento de los desastres del PRI en el gobierno, entre los que destacó los casos de sobornos, pobreza y la violencia, Ricardo Anaya señaló que el proceso electoral del próximo año plantea una pregunta: ‘¿Continuidad o cambio? ¿Corrupción o ineficacia del PRI o planteamos un cambio?’, expresó al afirmar que el candidato del PRI representa continuidad y más de lo mismo, ideas viejas y fracasadas.
 
“La otra opción, dijo, es la que representa la coalición ‘Por México al Frente’, que es la del cambio inteligente con visión de futuro.
 

“Esta coalición electoral no solo va a ganar las elecciones, sino que logrará la transformación profunda”, sostuvo al recordar que decían que era imposible que tres fuerzas políticas distintas lograran ponerse de acuerdo, pero hoy son quienes proponen la plataforma más seria, prácticamente aprobada por unanimidad en sus respectivos órganos de decisión interna.
 
“‘Decían que era imposible que se registrara esta coalición electoral. Quiero felicitarlos, porque hicimos posible lo imposible’, enfatizó al reconocer uno por uno a todos los que del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano hicieron realidad esta coalición”.
 
Obviamente el Frente es un triunfo casi personal de Anaya. No solamente dejó en la cuneta a sus adversarios internos, sino a los externos, quienes se presentaron como aliados iniciales, como es el caso de Miguel Ángel Mancera, traicionado por todos los flancos.
 

Anaya creó este modelo de unión entre los débiles, hasta formar un Frente realmente competitivo cuya fuerza electoral aún está por demostrarse, pero lo evidente ahora es el talento y la impía crueldad con la cual se conduce implacable Anaya, quien lo mismo ordena el secuestro de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados para tirar al fiscal nacional cuya entronización automática desde la Procuraduría, él mismo había favorecido (y desviar la atención sobre su riqueza y sus métodos para lograrla), o demanda al centenario periódico El Universal o se pone al tú por tú contra el Presidente de la República, a quien acusa de una campaña mediática en su contra, cuando meses atrás apoyaba y respaldaba todas las acciones provenientes del Pacto por México.
 
Anaya secuestró al partido, lo cual habla de su talento; Anaya traicionó a sus viejos promotores, lo cual habla de su habilidad; Anaya desbarrancó a los fantasmones del PAN, lo cual demuestra su independencia; Ricardo defenestró a Felipe Calderón y de paso le demostró su debilidad en el partido de su vida entera; destruyó, además, su intento de reelección conyugal y de paso echó de las filas azules a Margarita, lo cual prueba su gelidez absoluta. Pero Anaya se puede convertir en la víctima de sus propios éxitos.
 
Hoy se enfila a una campaña feroz. La parte disidente del PAN es capaz de pagarle las traiciones con una pequeña “cargada” en favor del PRI, lo cual vendría a agregar otro elemento tradicionalmente impensable, pero la única tradición válida ahora en la política nacional es la invalidez de las tradiciones.
 

Anaya ha roto con el PAN del foxismo advenedizo y con el acedo partido de los fundadores y sus descendientes (FCH). Ha señalado cómo dos administraciones panistas dejaron intacta la estructura nacional construida por el PRI.
 
“Hubo un pacto de impunidad”, dijo, lo cual equivale a darle un acta de nacimiento, desde la candidatura presidencial, al PRIAN. Hoy él ha inventado el “PARDEMOC (Partido Acción Revolucionario-Democrática del Movimiento Ciudadanizado)”.
 
En esas condiciones ha roto con las “corrientes” del PAN y se ha purgado del ADN de sus antecesores. Su mejor retrato, ahora, es un espejo.
 

Sobre el nuevo partido en el poder, solamente tiene denuestos, y en torno de Andrés Manuel López, descalificaciones.
 
Ricardo Anaya vive ausente en la soledad de su imagen y su semejanza, como Narciso. Es, por definición, un autócrata egoísta. Y eso lo hace peligroso, muy peligroso.
 
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5.- Al precandidato del PRI, Meade Kuribreña, le hace falta un verdadero Coordinador de Campaña; es necesario que lo muevan, que lo hagan ir desde ya, hacia donde está primero el voto duro, para transmitirles su fortaleza y tomar la de ellos; desde su registro como precandidato único de ese partido, a la presidencia de la república, sus apariciones públicas han sido, hasta donde se sabe y visualiza, únicamente para sanear a los aporreados con su aparición como aspirante presidencial, y nada de pueblo.
 
¿Aurelio Nuño Mayer sabrá que eso es necesario? Por lo que se ve, Enrique Ochoa Reza no quiere complicaciones y sólo se dedica a repetir una y otra vez: que es el mejor; que es el más preparado; que tiene licenciaturas, maestrías y doctorados.
 
Que si el Peje <<así le motejan al MALO>> apenas si obtuvo una licenciatura a empujones; que si Anaya no tiene experiencia de funcionario público; total, el camino se recorre andando…Y no lo hace hasta hoy.
 

P.D.- Mundial de Clubes: Gremio de (Brasil) le ganó a Pachuca de (México) en el Estadio Hazza Bin Zayed, de Emiratos Árabes Unidos y pasó a la final del Mundial de Clubes. Con arbitraje del alemán Felix Brych empataron cero a cero en los 90' reglamentarios y el alivio para los brasileños llegó en el alargue con un golazo de Everton.