icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
A salto de mata
Pifias gramaticales: como hablas, piensas
Gino Raúl De Gasperín Gasperín
21 de diciembre de 2017
alcalorpolitico.com
No es de extrañar que se escuchen por doquier pifias gramaticales. Desde luego que las cometidas por los habladores profesionales, sean políticos, sean locutores, sean maestros, etc., etc., son más notorias por ser públicas y por el eco que producen en los medios de comunicación y en las redes sociales, especialistas en descubrirlas y difundirlas profusamente.
 
Esto es bueno, es decir, que esos yerros se detecten y se hagan públicos, y hasta que sirvan de escarnio a quienes los cometen. Desde luego, hay que tener siempre presente que al mejor cazador se le va la liebre, que en casa del jabonero, el que no cae resbala y que, como decían los latinos, Aliquando dormitat Homerus (‘Algunas veces hasta Homero se duerme’), y todos estamos expuestos a dormitar, resbalar y caer.
 
Los últimos garrafales errores (horrores) tienen padres muy conocidos. Cuando ya casi se olvidaba el ler del exsecretario de Educación (¡!) y hoy coordinador de una campaña política, nos llegan otras preciosidades. Empezando por el presidente que tuvo la gentileza de ofrecernos aquello de que «México se ha volvido ejemplo para otros países», y dicho nada menos que ante los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (la famosa, temida y metiche OCDE, que nos trae en jaque (es un decir) con sus presiones, críticas y exigencias neoliberales. Y, para más, en la Ciudad Luz, el París de los intelectuales y los poetas. Para distraer la atención de ese fiasco (o quizá por cosecha propia e ignorancia sabida), el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, se descosió con su «ha abrido una gran brecha… los proyectos de alto calado (¿?) en la parte (¿?) agrícola, turística e industrial». Y luego, este rollito digno de ser grabado con letras, de oropel al menos, en la sede de la RAE: «generando un andiamiaje, regulotorios y aduaneros a nuestros paisanes…, algunos kilémetros y el sigrente gran corredor… y en esa solidaridad solidaria» (¡todo sic!)
 (https://twitter.com/RIDMEXICO/status/942889614091497472).

 
No sabemos si de por sí se expresa así este señor, quizá a causa de algún molesto frenillo (‘Membrana que sujeta la lengua por la línea media de la parte inferior, y que, cuando se desarrolla demasiado, impide mamar (claro que, del presupuesto, no) o hablar con soltura’: RAE), o, de plano, sabe de gramática castellana lo que yo de chino. O estaba manifestando que tiene el perfil y podía haber sido un buen sucesor de su señor…
 
Habrá que precisar, antes de dar la palabra a un alto funcionario de la Academia de la Lengua en esto de la corrección en el leer y escribir el castellano, que eso de volvido y abrido son errores por simple y llana ignorancia de lo que son los adjetivos provenientes de los verbos y el participio, llamado antes pasivo, de estos mismos.
 
Existen dos formas de estos participios: las regulares y las irregulares. Las regulares se forman con los sufijos –ado, –ido (con sus variantes de género y número), y los irregulares con los sufijos –to, –so, –cho; por ejemplo, roto, tenso, dicho. La Academia de la Lengua ha dictado sentencia: solamente los verbos freír, imprimir y proveer tienen las dos formas de participio, es decir, ambas formas se pueden usar para los tiempos compuestos y para las perífrasis de voz pasiva. Así, se puede decir «hemos freído o frito el pescado», «han imprimido o impreso el libro», «ha sido proveído o provisto lo necesario». De ahí en fuera, hay verbos que solo admiten la forma irregular del participio, como volver, decir, hacer, escribir, romper, abrir, poner, morir, cubrir, ver, resolver, poner, satisfacer, etc. Así, es incorrecto decir: «hemos volvido, decido, hacido, resolvido, rompido, abrido, etc. Y hay unos adjetivos que, aunque se originaron de verbos, no tienen ya carácter de participios sino de meros adjetivos, y por ello no se deben usar para formar los tiempos verbales compuestos. Por ejemplo: bendito, maldito, exento, manifiesto, concluso, corrupto, confuso, abstracto, fijo, harto, suelto, sujeto, presunto, etc. Por ello, nunca es correcto decir: hemos bendito el pan, sino hemos bendecido el pan; pero es correcto decir: el pan está bendito, etc., etc.

 
 Ahora leamos a Darío Villanueva, director de la Academia de la Lengua, quien, al referirse al modo de hablar de los mexicanos, confesó: «Los mexicanos hablaban, hablan y seguirán hablando lo que quieran; es decir, si la academia española propusiera cosas impositivas y absurdas no tendría ni el más mínimo éxito. La RAE trabaja con la ASALE (Asociación de Academias) y con la Academia Mexicana de la Lengua, con la que tenemos un contacto intensísimo» (https://www.nytimes.com/es/2017/07/23).
 
Ojalá esa Academia Mexicana de la Lengua se pusiera, en verdad, a trabajar y cesara de aplaudir todo lo que hacen los políticos, especialmente del sector educativo. Por ejemplo, exigir a la SEP que se enseñe la gramática y la ortografía en serio en todos los grados educativo (y muy especialmente en las Normales y en las escuelas y facultades de lengua) y se hagan los programas de español como deben hacerse y no esos bodrios que actualmente tenemos y con los cuales los estudiantes, aunque hablen español (castellano), no saben español. El resultado lo tenemos a la vista y al oído: una sarta de ignorantes que cada día destruyen el idioma a ciencia y paciencia de esos burócratas de la lengua castellana y de los políticos metidos a funcionarios educativos.
 
Así es que, señoras y señores, que los habladores sigan hablando como quieran o puedan… Solo hay que recordar que «la riqueza de vocabulario manifiesta la riqueza de pensamiento». Como hablas, piensas.

 
[email protected]