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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
De las precampañas una reflexión
Francisco L. Carranco
29 de enero de 2018
alcalorpolitico.com
Es hora de presentar un balance de las precampañas en Veracruz, donde las tres coaliciones principales, buscan la aprobación de los militantes de cada partido para confirmar a sus candidatos y que sean éstos los que den la batalla en busca de la candidatura para ocupar un lugar en la boleta para elegir al gobernador de Veracruz.
 
Por supuesto que, el trámite se habrá de cumplir, y sólo que pasare algo verdaderamente excepcional, los candidatos serán los mismos que andan en precampaña proselitista con sus militantes, José Yunes Zorrilla, Miguel Ángel Yunes Márquez y Cuitláhuac García Jiménez.
 
Cada uno trae su bandera y cada uno ha propuesto estrategias veladas de lo que será su plataforma cuando se enfrente al electorado en general y que, a estas alturas del proceso, los ciudadanos deducen cuál será la temática principal para soltar el voto a favor de alguno de los tres.
 

A la fecha, la contienda en las precampañas debiera sujetarse a convencer, primero, a los militantes, de que son ellos los que representan a la ideología y la razón de ser de los partidos y en consecuencia de la militancia, sin embargo, por momentos, sus discursos confunden al ciudadano y confunden a la propia militancia, aquella que ha sido catalogada como voto duro y que los candidatos poco toman en cuenta hasta que se llegan las campañas.
 
La forma tradicional de los candidatos es la reunión triunfalista con los acarreados donde, con suerte, será la única vez que se verán con ellos, de esta forma de hacer campaña los militantes están cansados y por ello menos veces participan a favor haciendo que el otrora voto duro desaparezca cada vez más rápido.
 
En nuestro estado cada elección crece más la incertidumbre, la inconformidad, el rechazo hacia las viejas formas de hacer política; La considerada clase media, los asalariados que tiene una medianía en su forma de vivir, los que sufren directamente la omisión del estado ante la crisis política, económica y social provocada por los últimos gobiernos y que dependen del gasto público para obtener su salario, los que viven con lo necesario y se ubican en los centros urbanos ya no creen en la participación política tradicional, porque de antemano saben que los políticos encumbrados abandonarán cualquier tipo de promesa y perpetuarán la corrupción para fines personales.
 

Para estos, sigo hablando de la militancia partidista, que en estas precampañas no hay nada para ellos, acaso si preguntamos a un militante directamente ¿por qué votarías por mí para ser candidato? veríamos que las respuestas son bastante contrarias a lo que piensan los actuales elegidos como precandidatos.
 
En los actos de campaña que hemos observado hasta el momento se ven, por una parte, el rechazo y la pequeña “esperanza” por el otro y, por supuesto entrecomillada, porque es muy aventurado aceptar que sea esperanza lo que el ciudadano desea de los precandidatos para resolver lo que cotidianamente vive: los índices altísimos de inseguridad, violencia y deterioro del tejido social.
 
La militancia del voto duro verde, llamado así para reconocer la fuerza de los militantes que habitan en el campo y que por oficio son catalogados como campesinos, aquellos que ni a salario mínimo llegan y que tienen que enfrentar, tristemente, la supervivencia diaria que, el ir a un mitin le representa pérdida de tiempo, porque tiene que ir al jornal para, por lo menos, llevar algo de comida a su casa.
 

Esto no lo ven los precandidatos que en esta etapa del proceso necesitan primero consolidar su designación como candidatos para presentar al electorado en general el proyecto de estado con el cual pretenden resolver los problemas de la entidad.
 
Trepados en guerra sucia, nadie ha podido garantizar, de facto, como podrán enfrentar las causas más importantes que han sumido en el deterioro social a Veracruz, sin embargo, los tres precandidatos que serán elegidos para contender por la gubernatura, seguramente, están preparando su plataforma para el mejoramiento de la entidad y el beneficio colectivo.
 
Estamos de acuerdo que la precampaña es para, principalmente, los militantes de cada instituto político, donde la temática está alrededor de buscar el reconocimiento del candidato y detener la tendencia a la baja de ciudadanos que ya no quieren pertenecer a ningún partido.
 

Ahora vendrá la campaña constitucional, la verdadera prueba, que dará el triunfo al candidato de la coalición que logre atraer la atención de los votantes y de la elección en su conjunto, hemos de recordar que en Veracruz, las boletas para elegir representantes sociales serán 5, los veracruzanos habremos de elegir a través del voto a Presidente de la república, Gobernador de la entidad, Senadores de la República, Diputados federales y Diputados locales, nomás.
 
Siempre se ha dicho que, las elecciones federales donde se elige Presidente de la república o las estatales donde se elige al gobernador de un estado, son las más nutridas en votación y cuando hay gran afluencia a las urnas el partido en el poder es el que pierde.
 
Por ello esta votación para elegir al sucesor de Peña Nieto, será histórica porque se espera una gran votación para que la alternancia llegue, nuevamente, al país antes de que el país sucumba ante la grave crisis, aun no manifiesta, que los mexicanos vivimos y que en cascada afecta a todos los estados de la república donde ya podemos ver luces rojas de alarma, lo caro de la vida, el alza a los insumos y donde la violencia es el otro poder factico que compite con el poder civil.
 

Lo anterior tiene efecto, que es la pérdida de la credibilidad de los candidatos, implica la debilidad de los partidos políticos como interlocutores sociales, pone en evidencia la escasa representación ciudadana que hoy mantienen, haciendo propicio el que la gente busque nuevas vías, alternativas diferentes de elección con la “esperanza” de que alguno de los candidatos se identifiquen con el sufrimiento del ciudadano, con sus ideas de progreso y un programa político que detenga la caída del país.
 
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