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Columnas y artículos de opinión
El gobernador y el general
Luciano Blanco González
2 de febrero de 2018
alcalorpolitico.com
En la época post revolucionaria, desde los tiempos en que los generales, Cándido Aguilar, Heriberto Jara y Adalberto Tejeda y un civil poderoso y controvertido como Fernando López Arias gobernaron Veracruz, no habíamos tenido al frente de la primera magistratura un hombre que concentrara tanta energía política y consecuentemente poder bastante para conducir esta gran nave por las procelosas aguas, llenas de obstáculos e inconvenientes de apariencia insalvables.
 
A Yunes Linares se le teme y se le respeta porque en un andar retrospectivo del pasado reciente, encontramos que ha usado magistralmente el verbo para convencer, para intimidar, para someter, para amenazar y ello le ha dado excelentes resultados benéficos para su plan político, ya que con ello ha logrado consolidar un grupo heterogéneo de políticos de diversas corrientes que de alguna manera han tenido o tienen que ver con la justicia, cuando menos les persigue la fastidiosa nube de la duda respecto de su honorabilidad.
 
Su forma de ejercer la administración es un modelo que su partido aplica invariablemente en todo el país para fortalecerse mediante el descrédito de sus adversarios.
 

A la estrategia veracruzana para el encarcelamiento de Duarte, la sigue el gobernador de Tamaulipas, quien inculpa a Eugenio Hernández de los delitos de peculado y lavado de dinero y se lleva entre los pies a Tomás Yarrington. Lo mismo sucede en Quintana Roo donde el gobernador Carlos Joaquín González, bate tambores en contra de César Borge a quien finalmente logra que se le detenga y se le someta a proceso.
 
En Chihuahua, su gobernador Javier Corral, con la misma estrategia presiona para que se someta a proceso a César Duarte por un supuesto desvío de recursos y como una caricatura mal hecha del gobernador veracruzano, recorre el norte del país para denunciar una supuesta represión de las autoridades fiscales federales a quienes acusa de represión por perseguir la corrupción, pero que en el fondo no pasa de ser un chantaje de mal gusto para lograr fondos económicos.
 
Su estrategia (del Gobernador) para cimentarse sólidamente, se caracteriza por atacar una y otra vez de manera constante a posibles antagonistas, le permite ahora posicionarse y vigilar los flancos y los pasos de todos aquellos que puedan ser un estorbo o incomoden la buena marcha del gobierno o se atraviesen en su proyecto en marcha de 8 años, lo hace con tanto celo y cuidado que ello le permite resguardar las amalgamas de todo el apoyo que ha logrado reunir, cuidando que no se le suelte o se le revierta de manera peligrosa, su oferta más valiosa y codiciada es la de compartir el poder con ellos, ahora y mañana, para otros esa moneda de cambio se llama impunidad.
 

El éxito de esta estrategia lo inició contra el PRI, aprovechando su flanco más débil, que fue (y es) la nefasta corrupción practicada por malos gobernantes, quienes sintiéndose dueños del tiempo y del destino soñaron con enriquecerse impunemente con la idea de colocar en su lugar a dóciles mandaderos dispuestos a encubrir todos sus desmanes y abusos.
 
Nunca pensaron los atracadores en la existencia de un vengador silencioso, que con su voto iba a castigarlos para elegir a quien en su momento ejerciera con verdadero ánimo la venganza.
 
El pueblo indefenso se ofende y calla cuando observa y sabe del dispendio malvado y perverso de los recursos públicos en lujos y gastos inútiles que bien podrían ser obras y servicios.
 

El pueblo se irrita con los desplantes de omnipotencia que los gobernantes y su corte exhiben en cada uno de sus actos.
 
El pueblo se crispa de horror cuando ve caer a sus semejantes abatidos por fuerzas conocidas o no y se pregunta qué se esta haciendo para contener la sangre. ¿Quién amarrará el demonio que anda suelto? ¿Quién es ese demonio, que rompe nuestra tranquilidad y nos acongoja?
 
Eran entonces los tiempos de Javier Duarte, ese miserable al que equivocadamente encomendamos la guarda y custodia de nuestro estado de derecho y consecuentemente nuestras vidas, nuestra seguridad y nuestro patrimonio. Fuimos traicionados, las denuncias sobre sus corruptelas partieron primero de dentro del sistema, por los senadores José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, quienes le disputaban el poder y alertaban sobre el infame saqueo que se estaba haciendo de la riqueza publica, sus argumentos se desvirtuaban atribuyéndolos el malandrín a la lucha interna por el poder.
 

Fue entonces que surgió explosivo y acusador, el aspirante y candidato, Miguel Ángel Yunes Linares, quien con la fuerza de la palabra y con pruebas documentales exhibió la catástrofe económica a la que nos estábamos empinando como consecuencia de los latrocinios duartistas. Por lo que el denunciante implacable una y otra vez insistía en todos sus discursos y ante todas las instancias sobre toda esta enorme porquería, prometiendo una y otra vez, que si el pueblo lo apoyaba para ser Gobernador llegaría hasta sus últimas consecuencias para detener y llevar a la cárcel al cabecilla de la mafia, al gobernador Javier Duarte y a bolsearlo para que regresara los recursos sustraídos.
 
Tanto lo repitió en campaña que la figura de Duarte se volvió tóxica y pestilente sin que éste se diera cuenta, pues se vanagloriaba en decir que todo era cosa de la prensa que deformaba la verdad, pero que a él la gente le sonreía y a los lugares a donde iba, la gente se quería retratar con él, lo saludaban y lo aplaudían por su buen gobierno, convirtiéndose fatalmente en víctima de sus aduladores que junto con su primer círculo le hicieron creer que era un Gobernador querido, menospreciando a la realidad y a la prensa, quedándose finalmente solo, pues hastiado el PRI de su conducta disoluta, no le permitió poner a su sucesor, reaccionando por ello, como el peor de sus enemigos, combatiéndolo en las elecciones a través de su camarilla que actualmente deambula avergonzada en la obscuridad como las ratas, esperando la llegada de cualquier día que parezca jueves santo, para colocarse la cuerda de la humillación, de la que han de pender como traidores, para ellos el purgatorio es infinito. Está ubicado en Pacho Viejo.
 
El licenciado Miguel Ángel Yunes Linares es un gobernante capaz de enfrentarse con éxito a cualquier adversidad, a todos nos consta que en la víspera de su ascenso a la silla palaciega de Xalapa, Duarte le tendió varias trampas y emboscadas que pretendían impedir su toma de protesta, pero Yunes no cayó, por el contrario se defendió con aquella arma secreta que aún guarda en bóvedas ocultas dispuestas a detonarse con un poder explosivo capaz de cimbrar a México en caso de que alguien atente en contra suya o de su familia y desde luego aun cuando no se decide a soltarla en caso de que alguien del más alto nivel se obstine en obstaculizarlo.
 

Se afirmó por todo el mundo político y periodístico que la supervivencia de Yunes, se debía a su estrecha amistad con el ex Secretario de Gobierno, Miguel Ángel Osorio Chong, quien supuestamente había presionado para que se registrara como candidato y le había limpiado el camino para que ascendiera como Gobernador, pero se va Osorio y cállense los especuladores para recibir la verdad, con la maratónica entrevista presidencial con el licenciado Enrique Peña Nieto, a cuyo final nos regalaron una impresión de unidad y camaradería mas allá de lo institucional y de lo partidista. En el fondo adivinamos que la entrevista fue para agradecerle el apoyo económico y para exponerle el grave problema de la inseguridad.
 
Sus críticos, los que siempre piensan en pactos secretos y en acuerdos en lo obscurito, aprovecharon para especular sobre una posible entrega política con votos para el partido del Presidente, un posible apoyo presidencial para Yunes Márquez, sea cual haya sido el motivo de la reunión, los frutos ya se ven y se verán abundantemente muy pronto.
 
Pues el gobernador armado de su inteligencia y de sus amplias relaciones en el paraninfo del poder, ha logrado para Veracruz un apoyo histórico en recursos económicos que lo fortalecen, se habla de 8 mil millones adicionales al presupuesto tradicional. Él, como político inteligente que es, ha logrado con ese excedente, estabilizar la economía del estado renegociando el pago de la deuda pública y consiguiendo fondos. Según se anunció, para liquidar las deudas institucionales que le heredó Javier Duarte con los empresarios veracruzanos que de buena fe le fiaron sus servicios, esa es una buena noticia y un motivo de reconocimiento por acceder a algo que parecía imposible y motivo de quiebra y desánimo entre la iniciativa privada que se sentía hundida y defraudada por ese motivo.
 

Se comienza a respirar la estabilidad laboral de la burocracia estatal con el pago puntual de sus prestaciones y la tranquilidad de los pensionados por la garantía de sus haberes.
 
Pero si ya Duarte está en la cárcel sujeto a proceso, si Yunes ya ha rescatado algo de lo sustraído, aun le queda por cumplir la demanda más sentida de la población veracruzana, la seguridad sigue siendo una exigencia generalizada cuyos índices a pesar de que se han hecho los mayores esfuerzos aun no cesa y lo más grave es que se acrecienta sin que haya visos de solución.
 
Pero veamos si no es poderoso nuestro Gobernador, después de la entrevista Presidencial, tuvimos en el estado la visita y no en plan turístico, sino en plan operativo del General de División y Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, el mero pushco de nuestras fuerzas armadas que con su presencia destaca la preocupación que tiene nuestro presidente por dar respuestas inmediatas a los sufridos y abnegados veracruzanos, pero además a subrayar el respaldo real, enérgico y contundente que tiene de la Presidencia de la República nuestro Gobernador. Sin importar que el primero es priista y el segundo panista en esencia.
 

El incidente de Coatzacoalcos por el pase de automóviles sin placas que el General Cienfuegos y el Gobernador presenciaron y que la opinión pública convirtió en chascarrillo popular, va realmente mas allá del chistorete, pues un militar privilegia sobre cualquier eventualidad el supremo valor ético del honor como principio moral en su recto actuar, en sus relaciones con la sociedad y es la inspiración para el cumplimiento de sus muy elevados deberes y responsabilidades, con disciplina y siempre apegados a la ética, a la, ley, el respeto y la justicia. Un militar da la vida en defensa de su honor, de su familia o de la patria misma.
 
Un hombre de tal catadura no pudo estar bromeando o haciendo observaciones a lo tontejo, con su observación posterior. Según informa la reportera de este portal informativo Elizabeth Aviña. El General fue mas allá, primero tenemos que concluir que sus observaciones no fueron a la ligera, si no, no pone nervioso al Gobernador, sino que constituyen una profunda reflexión que señala con profundidad el método y la forma en que actúan los de ese fuero y su valor crece por provenir del máximo general, a las que desafortunadamente no se les da el inmenso significado que tienen por provenir. Por eso hay que estremecerse cuando preguntándose seguramente por qué se admite que circulen automóviles sin placas dijo “todos cumplimos con la ley” y más adelante agrego “La ley se debe de aplicar parejo”.
 
Esta estricta forma de ver las cosas es a la que le tienen miedo quienes gritan en contra de la presencia de los militares en las calles. Los civiles somos tolerantes indisciplinados, todo lo arreglamos con mordidas, con sobornos, con fuero y con influencias, hacemos las cosas al ahí se va y al a mí qué, por eso nos salen las cosas mal, en los retenes quienes gozan del privilegio de la protección por compromisos, por amiguismo o por lo que sea, pueden circular libremente sin placas o sin papeles, con automóviles reportados de robo, llevando incluso cadáveres, armamento, estupefacientes, mercancía robada, ganado robado, secuestrados, dinero ilícito, maderas preciosas, especies animales prohibidas, especies marinas vedadas, sin que ninguna autoridad los moleste mientras que la autoridad finge protegernos, argumentando que sus acciones son para protegernos.
 

Estoy de acuerdo con el General Cienfuegos, la ley se debe de aplicar parejo, no solo en materia de seguridad, sino también en materia judicial, administrativa, legislativa y electoral, este principio debe de trascender verticalmente hasta el próximo escalón jurídico de la jerarquía de las leyes que son los reglamentos sobre todo en los municipios y en todas las dependencias gubernamentales.
 
Lo legal no es amenaza, es un principio doctrinal que aprendimos en las aulas, pero si este se aplica de manera selectiva estaremos ante un Estado de Derecho arbitrario por un lado pero consentidor y tolerante por otro, cuya circunstancia será reflejo indirecto del castigo inmerecido y el ejercicio caprichoso de imponerse como autoridad, degradando la intención de la ley.
 
Finalmente, estamos ante un esplendido escenario con un Gobernador fuerte que jamás ha mostrado debilidad, no tiembla ante sus adversarios y no tiene dudas de que está actuando correctamente, desafortunadamente la falta de urbanidad de algunos de sus colaboradores para transparentar los actos de gobierno le restan lustre y calidad, cuando a los periodistas les reprochan por preguntar tonterías, a quienes piensan en actos legislativos por razones electorales les llaman estúpidos y estorba la arrogancia que en ellos parece haber anidado como consecuencia de su inexperiencia en el ejercicio del poder.
 

Todo esto debe de corregirse de lo contrario los gobernados creeremos que todo es imposición, arbitrariedad e importamadrismo y que las cosas deben de hacerse y decirse como la omnipotencia manda y entonces a los débiles gobernados no nos queda más que renunciar al privilegio de ser hombres libres en este maravilloso pedazo del territorio nacional. Por el bien de la causa.
 
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