1.- Todo tiene un principio y también un final. La botarga llamada precampaña ha concluido. Y lo que sigue: La campaña que se inicia el 30 de marzo, una vez que concluya el intermedio.
 
Intermedio sólo con acciones de alcance limitado, como pudieran ser, las entrevistas que irán huérfanas de propuestas, pedimento de voto y accesorios.
 
Ayer vimos, al iniciarse la tarde, la entrevista que dio José Antonio Meade Kuribreña, de triunvirato del PRI y aliados.
 

Y Meade confirmó lo que sabe ya de él: Conoce la problemática nacional y tiene claro las vías de solución.
 
Su participación apretará fuerte cuando en marzo se formalicen los activos de cada uno de los aspirantes, con la inclusión de los aspirantes Independientes que logren llegar a la boleta.
 
En la etapa que sigue no habrá espacio para holganza ni fuegos artificiales. El que no tenga un discurso sólido, bajará los escalones. No habrá espacio para los chascarrillos y los chistes; menos para el tuiteo insulso dirigido a los bots a sueldo que reciclan todo tratando de agradar a quienes les pagan.
 

2.- Lo que sigue es la batalla en serio. La que dará origen a la elección del próximo presidente mexicano. Y no hay lugar para errores porque en seis años más, el país se fortalece o se derrumba.
 
Los signos de los tiempos no dan margan para ensayos.
 
La vigencia o desaparición del Tratado de Libre Comercio está en camino.
 

La agresividad financiera espera detrás de la puerta para abatir el peso y encarecer el dólar, con su cauda de resultados funestos para economía del país.
 
Y los anuncios sin contenido un durarán un suspiro.
 
Pasó la etapa de refocilarse con el ingenio popular y buscar lo que realmente sirva y oriente al elector.
 

No debe olvidarse que es una elección múltiple y concurrente.
 
3.- Ayer el presidente Enrique Peña Nieto reunió a sus colaboradores con quienes, por cierto, realizó una valoración de la ejecución de los diversos programas de gobierno, como tema principal.
 
Pero en el fondo, instruyó a todos, hombres y mujeres, para que cumplan al pie de la letra, los lineamientos y disposiciones legales sobre el proceso electoral en marcha.
 

Esto es, que no hay lugar para favoritos.
 
Ante la ley, todos iguales: Gobierno y servidores públicos de todos los colores y niveles, con la ley como espada y escudo.
 
Así de claro. Al final del camino se verá quienes cumplieron y quiénes no.-
 

P.D.- Los tiburones, enredados en la atarraya…