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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
La comunicación es hacer ahora lo que no se hizo antes
Miguel Molina
8 de marzo de 2018
alcalorpolitico.com
Hace una semana llegó la helada que vino de la estepa y causó caos en casi todas partes en este lado del mundo, canceló vuelos y detuvo trenes y otros medios de transporte, dejó campos y ciudades cubiertos de nieve (y algunas playas llenas de miles de estrellas de mar que no pudieron resistir la quemadura del frío).
 
Uno se repone de eso y de otras cosas, pero no espera encontrar la página tres de la Gaceta Oficial del martes veinte de febrero, que cambia mucho para que no cambie nada: es un decreto del Poder Ejecutivo que de la noche a la mañana desdice casi todo lo que había dicho el gobernador del estado sobre la relación entre gobierno y prensa.
 
Y uno lee. El decreto de febrero es importante porque parece poner orden donde no había nada. Lo que decían las autoridades se ahogaba en el mar de las redes sociales pero permitía la ilusión de que decía lo que hacía y alguien – que no era periodista – se interesaba en eso.
 

Pero interesarse en las cosas públicas es asunto de los medios y responsabilidad de sus reporteros y de sus analistas. Y después el trabajo es cosa de todos. Uno va, ve, y cuenta mal que bien lo que pasó... Los medios (viejos como la prensa escrita o el radio y nuevos como cualquier cosa que haya internet en este momento) son todavía más confiables que el rumor y el chisme y el mal chiste, aunque no les guste a muchos. Los hechos no son cosa de gustos.
 
Uno divaga viendo cómo se enciende el cielo y dura un rato luminoso y se oscurece. Lo mismo pasa con la credibilidad. El ejercicio es interesante. Ahora, oficialmente, el muchacho que atiende los asuntos de la prensa en Palacio de Gobierno, o donde quiera que estén sus oficinas, tiene que acordar acciones en materia de comunicación social con los medios de Veracruz, de México y del mundo.
 
También tiene que celebrar convenios con ellos para que la imagen del gobierno cambie y todos vean una administración incluyente, transparente, sustentable y respetuosa de los derechos humanos, comprometida con la igualdad de género y la rendición de cuentas.
 

Quienes trabajan para el muchacho tienen que difundir en forma sistemática, oportuna y eficiente las actividades, obras y servicios de la Administración Pública Estatal, representar al Gobierno del Estado y a la persona Titular del Ejecutivo ante los organismos públicos o privados que asocien o den atención a periodistas o medios de comunicación, y propiciar y mantener una relación de respeto y apertura con periodistas y medios de comunicación, en el ámbito del ejercicio de sus libertades de prensa y expresión.
 
También tienen el deber de mantener actualizado el banco hemerográfico, la fototeca, la videoteca, las grabaciones radiofónicas, producciones y la página web de la Coordinación General sobre las obras, actividades y servicios del Gobierno del Estado.
 
Otra parte de su trabajo es proveer a los medios de comunicación la información oficial que emite el Gobierno del Estado, establecer los vínculos y la colaboración con las instituciones académicas, y consolidar vínculos de colaboración y apoyo con organismos e instituciones educativas y culturales, públicas y privadas, para fomentar el análisis, estudio y proyección de la comunicación social.
 

Sobre todo, la tarea de la coordinación de Comunicación Social es propiciar el acercamiento y la interacción de la sociedad a las acciones de Gobierno mediante los canales de comunicación disponibles, curiosamente lo contrario de lo que ha venido haciendo el gobierno de Veracruz, desde el más alto hasta el más bajo funcionario.
 
No es fácil olvidar que muchos reporteros fueron rechazados con el argumento de que hacían preguntas difíciles porque buscaban convenios para ellos mismos o para sus medios. Eso se acabó: ahora el gobierno buscará hacer esos convenios para cambiar su imagen, como dice el decreto de febrero. Y respetará a la prensa.
 
Borrón y cuenta nueva, pues, a menos que los medios se nieguen a hacer contratos que afecten su línea editorial (hay quienes tienen una que cuando menos es clara aunque no sea imparcial, porque sobre advertencia no hay engaño). Ha pasado, aquí y en muchas partes.
 

Pero lo primero que tiene que cambiar es la forma de hacer las cosas. Los medios de comunicación tienen el derecho de informar y la obligación de preguntar. Esa es su importancia. Mantener informados a cuantos se pueda. Es mucho trabajo. Y empieza apenas ahora. En internet, por lo pronto, no hay nada.
 
Tal vez lo primero que hay que hacer es informarle al nuevo secretario de Desarrollo Social, José Rodrigo Marín Franco, que no puede insultar a nadie como lo hizo cuando se presentó en sociedad. Así no se limpia ninguna imagen. Y hay que mandarlo a que le den clases de decencia que al parecer no le dieron en su casa. Qué vaina.