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Columnas y artículos de opinión
Cabos Sueltos
Silvia Sigüenza
15 de marzo de 2018
alcalorpolitico.com
Voy de frente y no toco baranda. Lamentable tener que señalar lo que aquí señalo: El Partido Revolucionario Institucional, que gozó de la preponderancia electoral durante muchos años, se encontró de pronto con la novedad ¿insólita, inesperada? de que ya no lo es. Causas y razones de todos son conocidas.
 
Después de los desastres cometidos en Veracruz por dos gobiernos anteriores. Que pudieron despacharse con la cuchara no sólo grande sino gigante, ya que no tenían Presidente de la Nación, priista.
 
Se rompe la cadena de mando y obediencia o acuerdos, como usted guste llamarlo y la debacle comienza. Los resultados ni la pena vale repetirlos una vez más.
 

Por hoy, tenemos un real cuadrilátero que envidiarían los grandes del box en México.
 
Por demás decidora la presencia del Presidente de México, a estas alturas de su mandato y aún está anunciada una próxima visita en breve.
 
Pero a lo que voy: en este marco de todos conocido, tenemos una cierta alza en la presencia de grupos, asociaciones y sociedades y membretes más, integrados y coordinados por mujeres.
 

Y con la pena, pero hay que decirlo a tiempo. No acaban de cuajar estas sociedades, asociaciones y membretes más o membretes menos.
 
Directo el viaje: Sucede y acontece que las mujeres tienen por hoy puertas abiertas en todos los partidos, al menos así se dice. Lo terrible es que las féminas se han quedado la gran mayoría, en el glamour, la presencia de mando, etc, etc.
 
Por supuesto hay alguna excepción, pero se trata de grupos femeninos creados y enfocados a otro tipo de tareas.
 

Y voy con dos ejemplos recientes: hace unos días se llevó a efecto en la sede estatal del PRI, un acto en que rindieron protesta uno o dos grupos de mujeres, integradas para el trabajo político a favor de su partido, y su campo de trabajo político lo constituyen las mujeres agrupadas en asociaciones.
 
Este acto se desarrolló con dos horas mínimo de retraso por parte de las “gurus” de las féminas. Citaron a las diez de la mañana y aparecieron a las doce del día. Eso sí, muy de chongo alto, o cabellera rizada muy estilizada, otras cabello largo y lustroso de excelente corte, vestidas de fiesta dominguera. Se echaron un discursito tradicional. Luego la toma de protesta a las incautas que les creen a estas damas y finalmente la foto.
 
Y este 14 de marzo se llevó a cabo un desayuno convocado por un grupo de féminas que sí trabajan pero aún les queda mucho por aprender.
 

Y voy con mi hacha. Recibí invitación de la líder para asistir a dicho evento, que se llevó a efecto en un restaurante llamado... y enumero:
 
Llegando, a tiempo, nueve de la mañana exactamente. Lo primero que ocurre es que hay una señora que le dice a una “son ciento sesenta pesos del desayuno” Ups. ¿invitación?
 
Encontré a varias amigas que como yo son puntuales y ocupaban parte de una mesa, una de ellas me invitó a compartirla y de inmediatamente, una voz estentórea me dijo: “No, aquí no se puede sentar porque es la mesa de la lic. Amparo A. misma que ni se sentó ahí.
 

Yo volteaba cual pollo descabezado para ver en qué lugar no correría la misma suerte. Y una madama me condujo al ver mi desacierto, a la mesa de los periodistas.
 
Las rebasó la asistencia. No relacionaron lugares e invitados. Fue un real caos.
 
Ya medio acomodados, es un decir, más bien ya amontonados, en mesas que pusieron de emergencia.
 

Acto seguido, una laaaarga pasarela de participantes con temas varios y eso sí, muy largos. Con las curriculas más que completas de las damas que tomaron la palabra y pues, a escuchar a las mujeres que toda la concurrencia (hombres y mujeres) sabemos quiénes son.
 
Después, los agradecimientos, la foto pal remember, y el resto pues ya se lo imaginarán.
 
Pues así las cosas. Este PRI y sus féminas. Más de lo mismo.